sábado, 23 de abril de 2016

Los 7 pecados capitales de un sistema de gestión de calidad

Has empezado a implantar un sistema de gestión de calidad y de pronto te parece estar en un gran problema. Eso es porque has cometido uno de los 7 pecados capitales de un sistema de gestión de la calidad.


Lo que suele ocurrir, es que de pronto te lees la norma, no la comprendes del todo, porque si no eres un “iniciado” no hay quien la entienda (ni aún la nueva) y te embarcas en un proyecto que no sabes acabar sin naufragar. Entonces caes en alguno de los 7 pecados capitales de un sistema de gestión de calidad, mira a ver si te reconoces en alguno:

1. Soberbia

Sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás. No necesito ayuda, ni formación, ni nada de eso. La soberbia te incita a valorarte demasiado, enorgulleciéndote y creyéndote capaz de hacer cualquier cosa por encima de los demás e incluso de tus propias capacidades, de las circunstancias o mejor dicho los contratiempos que se presenten.

Mi madre siempre decía que contra la soberbia, humildad. Si quieres que tu barco llegue a puerto debes recibir formación e información sobre la norma, sobre todo ahora, con la norma nueva (ISO 9001:20015). Otro punto muy importante es no trabajar solo dentro de tu organización, crea un equipo, y entre todos tendréis éxito. Definir bien los roles, funciones y responsabilidades en relación al sistema de gestión también hará que tu sistema funcione mejor, descargándote de tareas que no te corresponden y haciendo partícipes y responsables del buen funcionamiento del sistema a todas las personas de la organización.

2. Avaricia

Es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes u objetos de valor abstracto con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal. Aplica a aquellos que atesoran papeles. Su mayor tesoro son los documentos, los registros a cumplimentar, la burocracia por la burocracia, en muchos casos mal asesorados y tras muchos años certificados, estas personas trabajan para su sistema de gestión de calidad y no al contrario. La norma ISO 9001:2015 pide poca información documentada, si no lo necesitas para que en tu organización se desarrollen los trabajos.

Deja que el auditor se gane el sueldo y busque las evidencias no documentales.

3. Envidia

Es aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles. ¿Eres de  quieren un certificado por que tu competencia lo tiene? Ese es un error de los grandes. Implantar un sistema de gestión de calidad supone un coste alto de recursos, tanto humanos como económicos, que serán una inversión ventajosa para tu organización si tu motivación es la mejora continua y no la de llegar a tener un papel.

Este coste sólo podrá ser visto como una inversión si tiene retorno en tu organización. Las ventajas de implantar y certificar son muchas, lograr los objetivos de tu empresa, agregar valor a tus productos y servicios, satisfacer a tus clientes y con ello desarrollar y mantener ventajas competitivas que te diferencien de sus competidores. Pero no las tendrás si tus motivaciones son las correctas.

4. Ira

Emoción que se expresa a través del resentimiento o de la irritabilidad. La actitud es “No estoy de acuerdo con lo pide la norma, hagamos lo que ellos quieren y luego lo cambiamos”. Esta actitud se vive especialmente en organizaciones que contratan apoyo externo para implantar su sistema de gestión. En muchos casos se une al pecado de soberbia, llevamos 20 años habiendo las cosas a mi manera, no van a decirme a mi estos de la ISO cómo trabajar.

Te llevará de cabeza al cumpli-miento. Es decir, a escribir que haces una cosa y hacer otra. A los sistemas paralelos, a rellenar papeles para pasar la auditoría pero que no te aportan ningún valor.

5. Lujuria

Es el deseo sexual desordenado e incontrolable. Bueno, imagino que, aunque hay gente para todo, no te “pone” la norma ISO 9001, por eso vamos al sentido no sexual de la lujuria, el que se refiere a un deseo apasionado de algo. Puede que desees tanto tener el certificado que estés dispuesto a cualquier cosa, como certificarte con un sistema de los llamados de corta y pega, que no reflejan la realidad de tu organización, o simplemente llevar un sistema paralelo, un montón de papeles de cara a pasar la auditoría, que no se tocarán hasta un mes antes de la siguiente auditoría. ¿Sabes que estás tirando tu tiempo y tu dinero por el váter, verdad?.

Analiza a fondo a tu organización y también la norma, y encuentra tu propia forma de implantarla, igual que tu organización es única, tu sistema de gestión también debe serlo.

6. Gula

Es un exceso en la comida o en la bebida. Pues sí, me has pillado, a este pecado capital no he podido relacionarlo con la implantación de un sistema de gestión, pero si la virtud teologal que la combate, la templanza, que ayuda a afrontar la gula Al practicar la templanza se desarrolla la voluntad sobre los instintos manteniendo así los deseos en los límites de la honestidad. Practica la templanza, marcando desde el principio los límites de tu sistema de gestión. Analiza el contexto en el que se mueve tu organización, analiza los requisitos de tus partes interesadas, así como los requisitos legales y normativos que te aplican, y basándote en ellos define el alcance de tu sistema de gestión. Será un buen primer paso en tu camino hacia el éxito.

7. Pereza

Es la negligencia, astenia, tedio o descuido en realizar actividades. Uno de los pecados que más afectarán al correcto funcionamiento de tu sistema de gestión, y que en muchos casos vendrá dado por haber cometido, en primer lugar, alguno de los pecados anteriores.

Si tu sistema es muy burocrático, poco ajustado a la realidad de tu organización, o no se han definido y comunicado claramente las funciones y responsabilidades en relación a él, entre otras cuestiones, esto dará como resultado que el mantenimiento del sistema te de una pereza horrible. El resultado será que tu sistema no te servirá para nada, ni cumplirás  los objetivos de tu organización, ni será competitiva, ni eficaz, ni haréis las cosas de una manera más simple, ni podrás asegurar que todos, en la organización, trabajan para cumplir los requisitos del cliente. Bueno, sí, para algo sí que servirá, para darte quebraderos de cabeza.

Como me imagino que no quieres que tu sistema de gestión se convierta en un "gran problema", no caigas en ninguno de los 7 pecados capitales de un sistema de gestión de calidad. Si necesitas nuestra ayuda para ello, estamos deseando hacer equipo contigo.

Tomado de: http://www.hazaconsejerostecnicos.com/7-pecados-capitales-de-un-sistema-gestion-calidad/

La gestión del riesgo en las normas ISO de alto nivel

Uno de los cambios fundamentales que incorporan las nuevas versiones de las normas ISO de alto nivel o HLS (27001:2013, 9001:2015, 14001:2015, etc…), consiste en establecer un enfoque sistemático de los riesgos, en lugar de tratarlos como un componente más de un sistema de gestión.

Por: 

Beatriz Martínez Cándano


En ediciones anteriores de la mayor parte de las normas, existía una cláusula que definía el contenido y los términos de las acciones preventivas, necesarias para la mejora continua. Pues bien, en las nuevas ediciones, el riesgo es considerado e incluido a lo largo de todas las cláusulas y partícipe de todos los procesos. 

Es decir que, al adoptar un enfoque basado en el riesgo, cualquier organización se convierte en proactiva en lugar de reactiva como anteriormente. La misión de todo ello es prevenir o reducir los efectos no deseados de los escenarios de riesgo, cuya materialización pueda hacer que los objetivos empresariales y, por ello, los de los diferentes sistemas no lleguen a cumplirse, a la par de promover la mejora continua. O, lo que es lo mismo, que la acción preventiva se convierte en automática cuando tenemos un sistema de gestión basado en la percepción y gestión continua del riesgo al que estamos expuestos.

A decir verdad, la gestión del riesgo es algo que todos hacemos de forma automática y, a menudo, de manera inconsciente puesto que forma parte de nuestra rutina diaria de “integridad” personal.  Nuestro pensamiento (salvo el de los inconscientes) está basado en el riesgo. Al saltarnos un semáforo con el coche todos evaluamos el riesgo y tomamos una u otra decisión, más o menos acertada, basándonos en nuestras propias necesidades. No obstante, cuando pensamos en riesgo, la idea general es la de la visión negativa. Cuando lo que esta nueva visión aportada por las normas nos pretende inculcar es que el pensamiento basado en riesgo también puede ayudarnos a identificar las oportunidades.

Si esto lo aplicamos al ejemplo de saltarnos con el coche un semáforo en rojo, nuestro primer pensamiento puede ser el que, haciéndolo, tendremos la oportunidad de llegar antes al sitio al que nos dirigimos; pero existe un índice de riesgo elevado de que tengamos un choque contra otros vehículos. Mientras que este índice de riesgo de accidente se reduciría considerablemente si esperásemos a que el semáforo se pusiese en verde para poder pasar. Pero quizás esta opción haría que, al llegar más tarde al sitio al que nos dirigíamos, perdiésemos la oportunidad de cerrar una operación importante.

Una oportunidad, por tanto, no siempre está directamente relacionada con el riesgo puesto que, incluso habiendo optado por la decisión con menos riesgo, podríamos haber llegado a tiempo; pero lo que sí está claro es que siempre está relacionada con los objetivos, en este supuesto, cerrar la operación. La mejora empieza cuando, al considerar una situación bajo este prisma, podemos identificar oportunidades de mejora. Por ejemplo, y aplicado a este caso, tomar una autopista de peaje que, aunque nos suponga un coste adicional nos permita llegar sin sobresaltos e, incluso, comprar un detalle por el camino para asegurarnos el éxito, o bien hacer una llamada que no habíamos tenido en cuenta para convocar a alguien más que llegue antes que nosotros y nos permita que la operación no es escape. Todo esto no sería posible sin una perspectiva ni un análisis previo, puesto que cualquier acción que tomemos va a cambiar el contexto.

Conclusión: Uno de los principales objetivos de las normas ISO de alto nivel, es el de proporcionar la confianza necesaria en la capacidad de la organización para gestionar sus sistemas como herramientas y no como barreras para conseguir los objetivos que se han marcado. Suena bien ¿No? Seguiremos ahondando en ello.

Tomado de: http://www.krio.es/la-gestion-del-riesgo-en-las-normas-iso-de-alto-nivel/