jueves, 13 de diciembre de 2018

ECOSISTEMAS DE EMPRENDIMIENTO: ¿UNA MIRADA NACIONAL O DE CIUDADES?

Contar con una adecuada radiografía de las condiciones sistémicas para el emprendimiento dinámico es muy importante para tener un diagnóstico claro y para monitorear la evolución de los ecosistemas de emprendimiento e innovación. Esto nos ayuda a establecer las prioridades a la hora de diseñar políticas y programas de fomento.
POR HUGO KANTIS *

Pero para poder medir adecuadamente, una de las definiciones relevantes por establecer es la unidad geográfica de referencia. ¿A qué nivel debemos hacerlo? ¿Son los países o las ciudades lo más relevante? Se trata de un debate que no se encuentra totalmente saldado. Algunos sostienen que sólo importan las ciudades o las regiones. Sin embargo, sabemos que también existen factores relevantes cuya lógica supera el plano local, como ocurre con buena parte de las políticas y regulaciones que se implementan desde el nivel nacional o como con el caso del capital emprendedor que opera desde una lógica más global.

También entendemos que el análisis debe ser contextualizado. No es lo mismo el caso de un país muy pequeño como Israel que el de India o Estados Unidos. En unos y otros la dimensión subnacional adquiere distinta importancia. Y difiere entre la mayor parte de los países europeos y los latinoamericanos, pues los niveles de descentralización económica y política son bien distintos en unos y otros. Esto hace que, por lo general, la dimensión nacional vis a vis la subnacional sea relativamente menos relevante en los primeros.

Sin buscar cerrar esta discusión en esta nota, proponemos un análisis pragmático, tomando prestado conceptos de la oftalmología.

¿Qué anteojos utilizamos?
Todos conocemos a alguien que por alguna condición oftalmológica utiliza unos anteojos para ver “de cerca” y otros para hacerlo “de lejos”. Y sabemos que cuando se necesita una visión lo suficientemente panorámica se usan los “de lejos” en tanto que para enfocar sujetos cercanos con nitidez o para leer un libro se utilizan los “de cerca”. Lo contrario sería un problema.

Pensemos por ejemplo en una persona que tiene bastante miopía (problemas para ver a la distancia) y también presbicia (dificultad para enfocar objetos cercanos). Y un día que sale a la panadería se lleva por confusión los anteojos “de cerca”. Lo más probable es que al caminar por la calle se lleve un árbol por delante o tal vez, en extremo, puede que lo pise un carro. Ahora imaginemos el caso inverso. Al día siguiente, cuando quiere leer el periódico o buscar las llaves de la casa toma por error los anteojos “de lejos”. También se encontrará con serias dificultades.

Algo similar ocurre cuando analizamos las condiciones para el emprendimiento dinámico e innovador. Si no contamos con un instrumento que nos ayude a ver el estado de las condiciones sistémicas a nivel del país, no podremos tener una adecuada visión panorámica y nos perderemos de entender las cuestiones estructurales. De igual manera, también es aconsejable contar con un instrumento que permita tener una mirada más cercana, que identifique factores, dinámicas y actores en espacios territorialmente más acotados al interior de un país para detectar particularidades y heterogeneidades.

Por ejemplo, con los anteojos “de lejos” es posible ver que en un país las políticas de emprendimiento son muy débiles o que la investigación y desarrollo (I+D) es muy baja; pero luego con los anteojos “de cerca” se puede detectar alguna ciudad en la que las iniciativas del gobierno en favor de los emprendedores y/o la actividad de alguna institución de I+D se destacan.

¿Cómo medimos de lejos y de cerca?
Como vimos en la analogía oftalmológica, ambas dimensiones (de cerca y de lejos) se complementan, siendo relevante poder contar con herramientas que midan las condiciones sistémicas tanto a nivel nacional como a nivel de los ecosistemas locales.

Para medir las condiciones de emprendimiento innovador a nivel país, hace seis años venimos produciendo desde Prodem el Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico, (ICSEd-Prodem), que permite conocer la situación y la evolución de 60 países, 16 de ellos latinoamericanos. Y recientemente, hemos desarrollado una metodología para medir estas condiciones a nivel de las ciudades.

Esta metodología nos ha permitido construir un Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico en Ciudades (ICSEC- Prodem) y aplicarlo en 18 municipios, en colaboración con el programa “Ciudades para Emprender” de la Secretaría de Emprendedores y Pymes de Argentina. Este trabajo nos permitió constatar que el índice a nivel país se complementa muy bien con el índice de ciudades. Así pudimos establecer la línea de base del programa y, analizando de manera combinada ambos índices, efectuar recomendaciones y lineamientos de política más ajustados para el gobierno.


El enfoque propuesto coloca la lupa sobre aspectos propios de cada ciudad tales como la fuerza de las startups y empresas jóvenes locales; el rol de la cultura y las instituciones educativas locales; los factores dinamizadores de oportunidades para los emprendedores de la ciudad y los canales de acceso a las mismas; la riqueza de las redes locales y de las instituciones de apoyo; los actores financieros y las regulaciones locales; y el accionar del gobierno de la ciudad, desde su capacidad para intermediar programas nacionales hasta de diseñar e implementar instrumentos a nivel local. 

El índice otorga especial importancia a las condiciones para el apalancamiento por parte de los actores de la ciudad de activos extra-locales (recursos, capacidades y oportunidades) a través de “antenas” y canales activos. Contempla también la influencia que tiene la escala sobre los ecosistemas en las ciudades de distinto tamaño. Se basa en 8 dimensiones, 20 subdimensiones y más de 40 variables. Lea el informe del Índice de Ciudades en Argentina.

Como todo índice, es una aproximación imperfecta a la realidad. Lo más importante es que permite disparar un proceso de conversaciones productivas entre los actores de la ciudad para detectar rumbos de acción que ayuden a desarrollar el ecosistema y monitorear su evolución en el tiempo. También es muy relevante para dialogar con los gobiernos de instancias superiores (provinciales, estatales y/o nacionales), y para que estos puedan comprender las heterogeneidades existentes al interior del país en materia de condiciones para el surgimiento de emprendimientos innovadores. Recomendación final: no olvidar los anteojos! Los “de lejos” y los “de cerca”.

Los índices como herramienta
  • La preocupación por construir índices a nivel de países ha tendido a crecer en los últimos años. El ICSEd-Prodem no es el único existente. Lo que lo distingue es el respaldo que le otorgan a su marco conceptual las investigaciones realizadas junto al BID en numerosos países. Aporta un enfoque centrado en el emprendimiento dinámico y contempla los factores estructurales que inciden sobre el surgimiento de emprendedores, oportunidades y redes, en vez de partir de su existencia.
  • También está, por ejemplo, el Global Entrepreneurship Development Index, que propone la interacción de algunas variables del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) con otras de tipo institucional para captar su efecto combinado. Mide los siguientes subíndices (y pilares): actitudes (por ej.: percepción de oportunidades, habilidades, riesgo y apoyo); habilidades (por ej: emprendimiento por oportunidad, absorción tecnológica, capital humano y competencia) y aspiraciones (innovación de proceso y producto, internacionalización, alto crecimiento y capital de riesgo).
  • A nivel subnacional también hay otros índices como por ejemplo el Global Startup Ecosystem Index, que partió oportunamente, a nivel conceptual, de las condiciones existentes en Silicon Valley como benchmark para rankear a las ciudades incluidas. Reporta un ranking de 20 ciudades del mundo, construido sobre cinco dimensiones (desempeño, financiamiento, alcance del mercado, talento y experiencia de startup). Lo hace fundamentalmente en base a encuestas a startups que participan en forma voluntaria.

* Hugo Kantis (Phd) es Director del Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem) y de la Maestría en Economía y Desarrollo Industrial de la Universidad Nacional de General Sarmiento (Argentina). Académico y experto en emprendimiento e innovación, diseño y evaluación de programas de fomento. Miembro del Comité Editorial de revistas indexadas como Venture Capital (Reino Unido) y referee de Small Business Economics. Autor de numerosos libros y artículos sobre la temática.

Tomado de: https://blogs.iadb.org

QUÉ DEBE LLEVAR UN BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS EN TU EMPRESA

Una empresa tiene que velar por la salud de sus empleados. Eso no solo es una obligación legal, sino también sentido común.  

Al igual que es importante hacer todo lo posible para conseguir un buen ambiente de trabajo y una gran motivación, para que la gente se sienta feliz de trabajar en este lugar, es evidente que tener un personal en buena salud también es beneficioso para todos, y para el rendimiento de la empresa. Por eso vamos a comentar algunos temas relacionados con la salud en el trabajo, y en particular el botiquín de primeros auxilios de empresas.


¿Para qué tener un botiquín en la empresa?
Primero quiero aclarar que voy a hablar de negocios que no tienen riesgos específicos. Por ejemplo, en una tienda de ropa o en una oficina, normalmente no existen los mismos peligros que en una fábrica con maquinaria pesada o gases tóxicos. En este artículo me voy a limitar a trabajos de oficina y similares, que presentan pocos riesgos.

Sin embargo, siempre puede ocurrir un accidente. Una caída, un pequeño corte, o cualquier otro tipo de percance difícil de prever. Suelen ser incidentes de poca gravedad, pero no por eso hay que tomárselos a la ligera. Por ejemplo, un pequeño corte se podría infectar y complicar si no se trata correctamente. Para poder resolver rápidamente y con total seguridad estos pequeños problemas, las empresas deben disponer de un botiquín.

Características del botiquín
La reglamentación es muy clara sobre las condiciones que tiene que cumplir el botiquín:
  • Solo puede contener material de primeros auxilios.
  • El material usado se tiene que reponer inmediatamente.
  • El contenido ha de ser perfectamente ordenado para poder ser usado sin demora en caso necesario.
  • Hay que revisar periódicamente las fechas de caducidad para reponer los materiales vencidos.
  • El contenido ha de estar adecuado al nivel de conocimiento del usuario o socorrista.

Contenido
Si quieres saber lo que tiene que tener un botiquín,  me parece más visual ponerte una  infografía sobre los botiquines para empresas cuya imagen he incluido a continuación.


  • Lo que tiene que contener el botiquín: vendas, algodón hidrófilo, desinfectantes y antisépticos (agua oxigenada, alcohol), apósitos adhesivos, esparadrapo, gasas estériles, tijeras, pinzas y guantes.
  • Lo que no tiene que contener: medicamentos. Eso es muy importante. Porque incluso los medicamentos más comunes como la aspirina o el paracetamol pueden provocar alergias o reacciones adversas. No es competencia de las empresas almacenar esos productos.

Es importante recordar que el objetivo de tener un botiquín es la atención primaria de pequeñas heridas, nada más. Para casos más graves hay que acudir a los servicios médicos.

Otras formas de promocionar la salud en tu empresa

Si quieres promocionar las actitudes saludables en tu empresa, puedes tomar varias medidas como por ejemplo:
  • Organizar charlas de profesionales sobre temáticas importantes de salud, por ejemplo sobre como comer bien (con un nutricionista), como dejar de fumar, o como evitar tener un ritmo de vida sedentario.
  • Fomentar los reconocimientos anuales. Los empleados no tienen la obligación de ir, pero por lo general les interesa a todos hacerlos. Un seguimiento anual permite detectar a tiempo problemas de salud graves, y resolverlos mucho mejor.

Nota: Este articulo debe ser alineado con la normatividad de su país.

Tomado de: https://crearmiempresa.es

NUESTRO MUNDO ESTÁ CAMBIANDO -PERO NO TAN RÁPIDO COMO LA GENTE PIENSA

¿Cómo será el futuro de las empresas? Lo sé, es una pregunta colosal. Y una que muchas personas han intentado responder antes que yo. Sin embargo, es la pregunta que me he propuesto abordar en un nuevo proyecto de libro basado en un relevo de entrevistas.
Por Jonathan Wichmann *

"La historia nunca se repite, pero a menudo rima", supuestamente dijo Mark Twain. Y aunque podría no ser una descripción muy precisa, es cierto que podemos, y debemos, usar el pasado para proporcionar información para el futuro.

Por esa razón, comencé mi proyecto entrevistando a tres historiadores empresariales. Primero hablé con Chris McKenna de la Saïd Business School de la Universidad de Oxford. Más tarde mantuve conversaciones con Nitin Nohria, el decano de la Escuela de Negocios de Harvard y con el profesor de Historia Empresarial Geoffrey G Jones, también en la Escuela de Negocios de Harvard.

Si bien estos tres eruditos aportaron perspectivas muy diferentes, todos coincidieron en una cosa: que el mundo no está cambiando tan rápido como la gente piensa.

La hiperventilación del cambio
La idea de que el cambio se está acelerando es común. Si busca "cambio exponencial", por ejemplo, encontrará un sinfín de artículos sobre el tema, escritos por voces conocidas y publicados por medios de comunicación empresariales de gran prestigio.

No es una idea nueva. Es la ley Moore de 1965. En aquel entonces, el ingeniero Gordon Moore observó que la cantidad de transistores en un circuito integrado denso se duplicaba cada dos años.

Hoy en día, lo que se duplica cada dos años es la cantidad de datos. Junto con la crisis climática, el aumento de la inteligencia artificial y los niveles extremos de conexión de la actualidad -más de 4 mil millones de personas ahora usan Internet– podemos entender por qué el término "disrupción" se ha convertido en el favorito de los pensadores empresariales y otros comentaristas.

¿Entonces, cuál es el problema?
Bueno, en primer lugar, esta hiperventilación del cambio tiene una gran variedad de implicaciones negativas. Promueve la idea de que el mundo es impredecible. Genera miedo. Nos impide tratar de decir algo significativo sobre el futuro. Y nos desanima a aprender del pasado.

En segundo lugar, la idea de un cambio exponencial simplemente no es cierta. Sí, el mundo está cambiando. Pero el cambio no se está acelerando.

"Dijeron que el cambio se estaba acelerando en 1900", nos recuerda Chris McKenna. "Lo mismo dijeron en 1920, 1940, 1960, 1980 y 2000. Entonces, la presunción es que antes las personas estaban equivocadas y ahora no".

"Lo que estamos haciendo, es idolatrar la segunda derivada. Estamos preocupados con la velocidad del cambio".

Geoffrey G. Jones plantea el mismo argumento:

"Si vuelve y lee lo que escribió la gente en el siglo XIX, verá que pensaban que el cambio estaba sucediendo a una velocidad increíble que nunca antes se había visto".

Dicho esto, tenían razón en pensar eso en el siglo XIX. El nivel de transformación fue extraordinario. Científicamente, entre Darwin y Einstein, vimos un gran cambio en la forma en que percibimos el mundo. Y tecnológicamente, la velocidad de la información cambió por completo con el telégrafo.

"Antes del telégrafo, la información viajaba a la velocidad de un caballo. Esa es la mayor transformación que uno podría imaginar en el mundo de la información. Y la web no ha hecho eso", dice Jones.

Imagen: El primer telegrama del mundo con información sobre las ventas de plata/ REUTERS.

¿Qué tan transformativa es la web, realmente?
Sin embargo, nuestra noción actual de cambio exponencial está muy impulsada por la web y la transición a una economía de red en lo que se ha denominado "la Era de la información".

Sí, la web ha cambiado completamente el panorama de los medios. Y también ha permitido nuevas formas basadas en la red de intercambio de productos y servicios a través de, por ejemplo, la economía de intercambio y las tecnologías de cadena de bloques.

Pero, según Jones, la web aún debe tener un gran impacto transformador más allá de los ámbitos de la información:

"Si pensamos, por ejemplo, en el transporte físico y cómo movemos las cosas, esa tecnología apenas ha cambiado en 30 o 40 años. Todavía tenemos las mismas aeronaves, y todavía transportamos nuestros productos en grandes barcos. Y aún no hemos encontrado la cura para el cáncer".

Por qué amamos la historia del cambio exponencial
¿Por qué seguimos pensando que el cambio se está acelerando? ¿Por qué idolatramos la segunda derivada?

Por un lado, hay un aspecto psicológico, o incluso biológico. Como siempre, mientras las nuevas generaciones impulsan el cambio, sus padres y abuelos sentirán que el mundo se ha vuelto loco. Simplemente se siente como un cambio exponencial.

En segundo lugar, hay un aspecto comercial. Una razón para mantener viva esta idea:

"Si lee la literatura empresarial, nunca ha habido un momento en el que los gerentes no hayan invocado la idea de que el mundo está cambiando ha mucha más velocidad que antes", me dice Nitin Nohria. "Es una forma de desafiar a su organización, de crear energía motivacional". Si dice que todo será más o menos igual, ¿por qué las personas deberían estar atentas?

Una tercera razón es el concepto de revoluciones industriales. En este momento, podemos decir que supuestamente estamos en el medio de la Cuarta Revolución Industrial; y durante un período de gran agitación, como el actual, las cosas cambian a un ritmo más rápido que en otros momentos.

Esto, a su vez, alimenta la idea de que se avecina un cambio revolucionario y que dará vueltas al revés el mundo de los negocios.

Sin embargo, en realidad el cambio no es exponencial. Se describe mejor como una serie de curvas S. Hay períodos de gran agitación y hay períodos tranquilos.

Imagen: Jonathan Wichmann

Preste atención a las pausas
¿Acaso nos equivocamos al enfocarnos en estos períodos donde el cambio se acelera? ¿Y hay una alternativa a esta historia sobre cambios revolucionarios?

"Desde mi punto de vista", dice McKenna, "en realidad creo que deberíamos pasar más tiempo haciendo preguntas como: ¿Qué pasa cuando hay una pausa? Las pausas son tan importantes como los períodos de aceleración".

Según McKenna, hay dos razones por las cuales las pausas entre las revoluciones industriales son importantes:

Muchos desarrollos importantes han tenido lugar durante las pausas. Los ejemplos son la energía nuclear, la televisión y el aire acondicionado:

el verdadero trabajo tiene lugar en las pausas. Por ejemplo, lo más importante no es la rápida evolución de la tecnología robótica, sino su aplicación durante los próximos 30 años.

Por qué ganará lo aburrido
Para mí, sobre la base de mis conversaciones con el trío de académicos empresariales, lo siguiente se convertirá en la verdadera historia de los negocios en las próximas décadas:

La gran mayoría de nosotros tenemos todas estas (de alguna manera) nuevas tecnologías a nuestra disposición. En este momento, estamos intentando comprender qué son, cómo funcionan, qué significan, etc.

Pero pronto estas tecnologías dejarán de deslumbrarnos y entraremos en una pausa. Ahí es cuando comienza el trabajo real y aburrido. Y es entonces cuando las empresas deben mantenerse enfocadas, cuando el atractivo tecnológico inicial ya no existe.

En resumen, los ganadores del mañana podrían muy bien ser las empresas aburridas. Las que evitan la hiperventilación, desarrollan meticulosamente su producto principal y se enfocan en el largo plazo.

Jonathan Wichmann, cofundador, Wichmann/Schmidt.

Tomado de: https://es.weforum.org