viernes, 28 de octubre de 2016

¿UNO O VARIOS REPRESENTANTES DE LA DIRECCIÓN PARA UN SISTEMA INTEGRADO?

En muchas organizacions el líder de calidad, o HSEQ, son nombrados como Representantes de la dirección, pero no tienen poder, de tal forma que su actuación es limitada y de ajo impacto.

La idea del representante de la dirección se basa en lo siguiente: En el caso en que la dirección directamente no puede liderar la implementación del Sistema de Gestión, debe nombrar a un segundo (en la antigua norma ISO 9001:1994 era requisito, que fuera del mismo nivel directivo, la razón de esto es que tuviera poder, y se tiene poder cuando se puede decidir qué se compra, poder de convocatoria y poder de premio-sanción).

Al tener un sistema de gestión integrado: se debe responder la pregunta si es mejor tener un representante para cada modelo o uno para todos. La respuesta se encuentra en la capacidad de gestión que haya que adelantar, es decir, cada sistema implica un esfuerzo de trabajo, de experticia, de voluntad del que lo va a realizar.

Los principales deberes del representante de la gerencia:

Conseguir los recursos para el mantenimiento y mejoramiento del sistema de gestión.
  • Hacer seguimiento. El seguimiento en calidad se centra en la satisfacción del cliente o usuario, el seguimiento a ambiental en cómo se están controlando los impactos ambientales significativos, y el seguimiento en seguridad industrial, en la salud de los trabajadores. Son temas bien diferentes.
  • Tomar acciones estratégicas de mejora: (no son simples AC o AP típicas, sino que cambien la estructura del sistema).
  • Premio-sanción: tiene que ver con gestionar el recurso humano.
  • Comprobar la opinión de los interesados (vecinos, usurarios, autoridad ambiental, otros).
  • Hacer la revisión por la dirección: Esta es una tarea que busca hacer un balance de la actuación del sistema de gestión estratégicamente. Es el máximo órgano de revisión que plantean los modelos ISO, por encima de la auditoría de certificación ejercida por un ente externo. Su objetivo hacer que el sistema de gestión funcione.

Informar a la dirección.

Hacer las anteriores actividades requiere tiempo, pero también requiere interés por parte del que ostenta el cargo. Para el caso específico de gestión de calidad, gestión ambiental y seguridad industrial, hemos llegado a concluir que, pocas personas defienden todos los sistemas con igual interés, siempre hay un interés marcado hacia alguno de los modelos: lo que significa que es conveniente tener cargos por separado, para que haya tiempo y pasión.

En PYMES, seguramente no va a ver las suficientes personas para que se nombren representantes por cada tema, en este caso nuestra recomendación es hacer la revisión de cada modelo en tiempos diferentes, para poder dar la importancia que se requiere. Cuando se hace conjuntamente prima el mayor interés, bien sea, de coyuntura o el propio del que lidera la revisión por la dirección.

Sea uno o varios representantes por la dirección, es deber de quién o quiénes lo ejerzan, la mirada crítica sobre el sistema y la toma de medidas concretas para hacer que éste funcione.

Tomado de: http://www.prismaconsultoria.com/

jueves, 27 de octubre de 2016

EL FIN DE LOS PROCEDIMIENTOS DE CALIDAD… LLEGA LA INFORMACIÓN DOCUMENTADA

Las nuevas versiones de las Normas ISO más populares están siendo alineadas con el ANNEXO SL, nos hace la vida más fácil y en él desaparecen los conceptos como procedimiento, registro y otros, y los sustituye por uno nuevo: INFORMACIÓN DOCUMENTADA.
Si, lo que estás leyendo.

¿Qué es la información documentada?

Pues aquí le dejamos la definición oficial:
3.11 información documentada: Información que debe ser controlada y mantenida por una organización (3.01) y el medio de que está contenido

NOTA 1: Información documentada puede ser en cualquier formato y medio de comunicación y desde cualquier fuente.

NOTA 2: Información documentada puede referirse a
  • El sistema de gestión (3.04), incluyendo procesos relacionados (3.12);
  • La información creada por la organización para operar (la documentación);
  • La evidencia de los resultados obtenidos (registros).

¿Por qué necesitamos información documentada?

Una de las causas de fracaso en la implantación de sistemas de gestión es la gran cantidad de documentación que genera, siempre se les acusa de burocráticos. Ahora que estamos en pleno cambio de las normas principales, ISO 9001 e ISO 14001, la pregunta obvia que nos formulamos todos es ¿Y vamos a seguir teniendo procedimientos, instrucciones, registros, …?

La respuesta es sí. La documentación, o como me tengo que acostumbrar a llamarla, la información documentada, va a seguir existiendo, te voy a dar tres razones, aunque seguro que tú encuentras muchas más:

Ayuda a la persona que redacta la documentación a profundizar en el proceso, evaluando los detalles. Este análisis, da la posibilidad de descubrir hechos hasta ahora desconocidos.

Cuando se necesita modificar un proceso, con la información documentada se da a conocer el cambio simultáneamente a todos los afectados.

La información documentada facilita la ejecución de los trabajos de forma similar, es un excelente guía didáctica, y facilita la homogeneidad.

Para consolarte te queda pensar que ahora eres libre, pues ninguna Norma te va a decir qué tipo de documentación, ya que, como hemos visto, vale cualquier tipo de información, puede ser en cualquier medio, desde cualquier fuente.

Tomado de: http://www.hazaconsejerostecnicos.com/

miércoles, 26 de octubre de 2016

MADUREZ DEL SISTEMA DE GESTION DE LA CALIDAD

El grado de madurez del Sistema de Gestión de la Calidad en las organizaciones determina la eficacia e impacto del mismo para el logro de los objetivos y metas, es decir, su comptitividad.
Con el objeto de lograr una ventaja competitiva y de satisfacer de manera más efectiva y eficiente las necesidades de sus clientes y de otras partes interesadas (empleados, propietarios, sociedad, proveedores), muchas organizaciones aplican sistemas de gestión de la calidad con reconocido prestigio internacional, como es el caso de la Norma ISO 9001.

Dentro de la misma familia de normas se encuentra la ISO 9004 para la mejora continua del desempeño, la cual no es tan utilizada.

La norma ISO 9004 es una potente herramienta para la mejora continua de las organizaciones hacia la excelencia que especifica “cómo” mejorar. A su vez, la Norma UNE 66174, desarrollada por un grupo de expertos españoles, plantea a las organizaciones un modelo de autoevaluación basado en la norma ISO 9004 que la complementa, detectando “qué” mejorar y cómo plantear planes de mejora.


LOS PRINCIPIOS DE GESTIÓN DE LA CALIDAD

La norma ISO 9004 incorpora en su contenido los principios de gestión de la calidad, los que deberían ser utilizados por la alta dirección para liderar la organización en el camino de la mejora de la gestión y de los resultados. 

El nivel de madurez de las organizaciones y, por lo tanto, su nivel de competitividad, aumenta proporcionalmente con la experiencia en el uso de estos principios de gestión de la calidad y en el desarrollo de los requisitos de gestión de la calidad. En la norma UNE 66174 se ha tenido en cuenta la importancia de los principios de gestión de la calidad mediante:
  1. La matriz de relación entre los apartados de la norma y los principios de gestión de la calidad: en ella se especifica el nivel de relación (ninguna, ligera, clara y fuerte) entre los 27 apartados de la norma ISO 9004 y los ocho principios de gestión de la calidad.
  2. El marco comparativo para la evaluación directiva: en él se especifican para cada principio de gestión de la calidad los cinco niveles de madurez que describe la norma UNE 66174 y la situación del sistema de gestión de la calidad para cada uno de los niveles.
OBJETO Y CAMPO DE APLICACIÓN DE UNE 66174

La norma UNE 66174 está basada en la norma ISO 9004, y constituye una formidable herramienta de gestión que sirve a la organización para conocer el nivel de madurez en el desempeño del sistema de gestión de la calidad, establecer objetivos medibles, establecer planes de mejora y medir, parcial o totalmente, la mejora en el desempeño del sistema. Las actividades que deben desarrollarse son las siguientes:
  • Evaluación interna o externa del nivel de madurez del sistema de gestión de la calidad
  • Actualización de las políticas y directrices tendentes a la mejora del sistema de gestión de la calidad
  • Elaboración de planes de mejora del sistema de gestión de la calidad, basados en los resultados de la evaluación.

La orientación general de la norma UNE 66174 consiste en que tanto los usuarios actuales de la norma ISO 9001 como los nuevos usuarios:

1) Puedan realizar una evaluación e identificar el nivel de madurez en el que se encuentran, definiendo alguno de los siguientes niveles:
  • Nivel 1: la organización aplica parcialmente la norma ISO 9001.
  • Nivel 2: la organización está aplicando la norma ISO 9001 de forma inicial.
  • Nivel 3: la organización está avanzada en la aplicación de la norma ISO 9001 e inicial en el uso de la norma ISO 9004.
  • Nivel 4: la organización está aplicando la norma ISO 9004 de forma avanzada.
  • Nivel 5: la organización es excelente y se considera un modelo a seguir.
2) Puedan utilizar las directrices de la norma ISO 9004 para implantar las mejoras que transformen sus debilidades en fortalezas, estableciendo planes de mejora basados en las directrices de la norma ISO 9004 y mejoren su puntuación final.

EVALUACIÓN DEL NIVEL DE MADUREZ

La norma UNE 66174 establece dos herramientas de evaluación del nivel de madurez: la Evaluación directiva y la Evaluación detallada.
  • La Evaluación directiva debería realizarla la alta dirección de la organización apoyándose en el “Marco comparativo para la Evaluación directiva”. Este documento establece cinco niveles de madurez para cada uno de los ocho principios de gestión de la calidad. Esta evaluación se realiza para cada uno de los ocho principios de gestión de la calidad, y permite tener una visión global del estado actual de la organización en base a estos principios.
  • La Evaluación detallada debería ser realizada por técnicos o responsables de procesos por el nivel de detalle que exige el “Cuestionario para la Evaluación detallada”. Dicho documento establece preguntas acerca de la situación de la organización con respecto a cada uno de los apartados de la norma ISO 9004.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS Y ELABORACIÓN DEL PLAN DE MEJORA

La norma UNE 66174 plantea un análisis de resultados de la Evaluación directiva teniendo en cuenta la media de la puntuación de los ocho principios:
  1. Trazando una división con la puntuación media entre los principios peor puntuados y los mejor puntuados.
  2. Visualizando los escenarios correspondientes a los niveles de madurez que deben alcanzarse.
  3. Identificando las estrategias, políticas y directrices que se deben poner en marcha para alcanzar el nuevo nivel de madurez.
  4. Utilizando los apartados de la norma ISO 9004 fuertemente relacionados con los principios más débilmente puntuados, ya que así se conocerán los apartados de la norma sobre los que se debe actuar. 


El análisis de resultados de la Evaluación detallada tiene en cuenta la puntuación final y se plantea:
a) Trazando una división entre los apartados peor puntuados y los mejor puntuados.
b) Analizando las áreas de mejora y los puntos fuertes.
c) Identificando qué se ha evaluado, cuándo y por quién.
d) Utilizando los apartados de la norma ISO 9004 más débilmente puntuados, así como las preguntas concretas peor puntuadas para conocer lo que se debería estar haciendo y no se hace.
e) Identificando nuevos niveles de madurez que deben alcanzarse.

Teniendo en cuenta el análisis de los resultados, los recursos de la organización, las políticas, estrategias y las necesidades y expectativas de las partes interesadas, así como otra información relevante (legislación, cambios planificados, etc.), se llevará a cabo la planificación de la mejora, que es la salida más importante del proceso de evaluación de la organización.

En su elaboración debería participar la dirección y los evaluadores, y se priorizará poniendo énfasis en aquellas acciones que más aspectos cubran (disponibilidad de recursos, necesidades y
expectativas de las partes interesadas, políticas y estrategias).

A modo de ejemplo, un posible Plan de mejora podría incluir las siguientes actividades:
  • Identificación de la oportunidad de mejora, así como de la razón para trabajar en ella.
  • Evaluación de la situación actual en términos de eficacia y de eficiencia, y otros datos relevantes actuales.
  • Análisis de las causas de las situaciones ineficaces e ineficientes.
  • Acciones de mejora con indicación de responsables y fechas de implantación.
  • Implementación de las acciones.
  • Evaluación de la eficacia y de la eficiencia de la mejora implementada con indicación de responsables y fechas de evaluación, así como la inclusión de lecciones aprendidas si procede para implementar en otras áreas de la organización.
CONCLUSIÓN:

La Alta Dirección y la organización en su conjunto, evolucionan par y paso con su Sistema de Gestión de la Calidad en el sentido e que es éste el que aporta las herramientas para ser más competitivo y alcanzar los objetivos fijados. Los sistemas de gestión deben avanzar en la medida en que los principios de la calidad son apropiados y puestos en práctica. Es por esto que, el sistema es dinámico, evoluciona y se adapta a las condiciones que el mercado y las normas fiaja.  En este sentido, es importante pensar en la evolución que la versión 2015 demanda de los sistemas: liderazgo, pensamiento basado en riesgos, estructura de alto nivel, entre otros.

Tomado de: https://calidadgestion.wordpress.com

¿QUÉ LÍDERES QUIERE EL PAÍS?

Los colombianos quieren tener líderes eficientes, pero no autoritarios, que les presten más atención a las soluciones de los problemas urgentes que a las políticas de largo plazo. 
Esa es una de las principales conclusiones a las que llega el primer estudio sobre liderazgo en el país, recién finalizado por el Centro de Liderazgo Público (CLP) de la Universidad de los Andes, con el apoyo de la Fundación Liderazgo y Democracia.

La investigación, que se apoya en una compleja encuesta realizada por Cifras y Conceptos a 1.101 habitantes de Bogotá, Medellín y Barranquilla, llega a conclusiones que trascienden el lugar común según el cual los colombianos están cansados de los políticos. Estas son las ocho principales.

1. No hay consenso sobre los problemas del país

Según la investigación, los colombianos no han logrado ponerse de acuerdo sobre cuáles son los principales asuntos que los angustian. Si bien la inseguridad es el problema que más mencionan, representa menos de una cuarta parte de las preocupaciones de las personas consultadas. El desempleo y la salud ocupan el tercer y cuarto puestos, mientras que la educación, la corrupción y los problemas de movilidad preocupan por igual a los colombianos. Para Maite Careaga, directora del CLP, que ni siquiera la mitad de los habitantes coincida en cuál es el principal reto nacional, pone en evidencia que “no hay prioridades claras en los temas en que se debe trabajar, lo cual dificulta la toma de decisiones públicas. Si no coincidimos en cuáles son nuestros problemas, difícilmente coincidiremos en definir a dónde vamos como país”.

2. La gente quiere menos caudillos y más demócratas

Contrario a lo que podría pensarse, los colombianos rechazan el autoritarismo y prefieren actores políticos que planteen discusiones, busquen consensos, consulten las decisiones y planteen la búsqueda consensuada de soluciones a los problemas. En otras palabras, no están de acuerdo con que quienes gobiernan tomen medidas unilaterales sin deliberar con la ciudadanía o sus representantes. “No es cierto que los caudillos tengan un espacio garantizado”, dice Álvaro Forero, director de la Fundación Liderazgo y Democracia.

Pero la evidencia más delicada que arroja la medición, tiene que ver con que a tres de cada cuatro personas no les gusta el tipo de liderazgo que se ejerce en Colombia y lo consideran autoritario. Paradójicamente, en un país de alianzas y acuerdos, solo el 22 por ciento de los encuestados creen que sus líderes están dispuestos a lograr consensos.

3. Los colombianos prefieren atender lo urgente a solucionar lo importante

Para la mitad de los encuestados, los mejores líderes tienen la capacidad de solucionar el día a día, más que visionar el largo plazo. A manera de ejemplo, les preocupa más donde vivirán los guerrilleros desmovilizados, que construir una paz de largo plazo; o atender a los indigentes del Bronx en Bogotá, que diseñar una política eficiente para tratar a los habitantes de calle. Según expertos como Antanas Mockus, Claudia López y Carlos Caballero, quienes participaron en una de las etapas del estudio, “en el país se concibe el liderazgo político como una estación de bomberos, que solo apaga incendios”.

Adicionalmente, los colombianos esperan que el líder solucione los problemas y, aunque rechazan el autoritarismo, prefieren delegar las soluciones a participar de ellas. “En el ejemplo de la movilidad de las ciudades, por ejemplo, esta respuesta es delicada. Los ciudadanos sienten que el alcalde debe solucionar los trancones, y que ellos no tienen nada que ver con el problema”, dice Careaga.

4. Los líderes no nacen, se hacen

Que siete de cada diez encuestados consideren que los líderes se deben más a su trayectoria que a su cuna de origen, permite pensar que los colombianos están agotados con los ‘delfinazgos’. Esta hipótesis se corrobora por el hecho de que la mayoría de los encuestados cree que son más importantes las acciones que realiza un líder, que su carisma o carácter.

5. El Congreso y los políticos importan más que los actores

En contraste con los bajos niveles de credibilidad del Congreso, sorprende que el 45 por ciento de los encuestados considere que en el Congreso se ejerce liderazgo. Y a pesar de que la academia insiste en que la sociedad civil colombiana aún es débil, uno de cada dos colombianos cree que las fundaciones y ONG son las que más liderazgo tienen en el país, seguidas por los medios de comunicación.

El escepticismo con la política no es suficiente como para que la gente deje de valorar la importancia del Poder Legislativo. Así, el 98 por ciento de las personas que respondieron la encuesta, creen que el Congreso debe seguir funcionando. Eso sí, con mejores líderes.

La otra sorpresa en este tema es que los colombianos prefieren seguir a un líder político que a un cantante, un deportista o una actriz. Así, por cada diez encuestados que siguen las actividades de un dirigente y se inspiran en su actuar, sólo hay uno que dice seguir a un actor.

6. Lo nacional importa más que lo local

Las teorías sobre cómo la globalización transforma la política, que dicen que con el paso del tiempo a la gente le importa más el futuro de su ciudad que el de su país, quedan reevaluadas con esta conclusión. Así, los encuestados identifican con mayor facilidad problemas nacionales y le ponen más atención al gobierno del país que a los alcaldes.

7. Primero yo, segundo yo y tercero yo

A pesar de que los colombianos consideran que el liderazgo es importante, reconocen que ellos mismos no ejercen liderazgo en sus comunidades, y que en el último año no han hecho nada para que otros cumplan las normas. No han convocado a otros a asumir responsabilidades y no han denunciado hechos de corrupción a pesar de sospechar que existen. Esto tiene que ver con que ocho de cada diez personas afirman ser líderes en ámbitos de la vida privada como la familia, el círculo de amigos y el trabajo, y ejercer poco liderazgo en el barrio, la localidad o la ciudad.

8. Confianza en algunos temas

Los colombianos consideran que los líderes políticos funcionan mejor en unos temas que en otros. Así, uno de cada cinco colombianos confía en el liderazgo ejercido en temas de educación, y poco más del 10 por ciento confía en las decisiones que toman los gobernantes en medioambiente, primera infancia y salud. A pesar de que esas cifras son bajas, no lo son tanto como las que reflejan la desconfianza que existe en el manejo de la pobreza, el desempleo, la inseguridad, el conflicto armado, la inseguridad y la corrupción.

Tomado de: http://www.semana.com/

martes, 25 de octubre de 2016

QUÉ ES LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (Y QUÉ TIENE QUE VER CON LA TECNOLOGÍA DIGITAL)

A finales del siglo XVII fue la máquina de vapor. Esta vez, serán los robots integrados en sistemas ciberfísicos los responsables de una transformación radical. Los economistas le han puesto nombre: la cuarta revolución industrial. 
Marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas, anticipan que cambiará el mundo tal como lo conocemos. ¿Suena muy radical? Es que, de cumplirse los vaticinios, lo será. Y está ocurriendo, dicen, a gran escala y a toda velocidad.

"Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes", vaticina Klaus Schwab, autor del libro "La cuarta revolución industrial", publicado este año.

Los "nuevos poderes" del cambio vendrán de la mano de la ingeniería genética y las neurotecnologías, dos áreas que parecen crípticas y lejanas para el ciudadano de a pie.

Pero las repercusiones impactarán en cómo somos y nos relacionamos hasta en los rincones más lejanos del planeta: la revolución afectará "el mercado del empleo, el futuro del trabajo, la desigualdad en el ingreso" y sus coletazos impactarán la seguridad geopolítica y los marcos éticos.

La fábrica automática y muy, muy inteligente

Entonces, ¿de qué se trata el cambio y por qué hay quienes creen que se trata de una revolución? Lo importante, destacan los teóricos de la idea, es que no se trata de desarrollos, sino del encuentro de esos desarrollos. Y en ese sentido, representa un cambio de paradigma, en lugar de un paso más en la carrera tecnológica frenética.

"La cuarta revolución industrial no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital (anterior)", dice Schwab, que es director ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y uno de los principales entusiastas de la "revolución".

"Hay tres razones por las que las transformaciones actuales no representan una prolongación de la tercera revolución industrial, sino la llegada de una distinta: la velocidad, el alcance y el impacto en los sistemas. La velocidad de los avances actuales no tiene precedentes en la historia. Y está interfiriendo en casi todas las industrias de todos los países", apunta el WEF.

También llamada 4.0, la revolución sigue a los otros tres procesos históricos transformadores: la primera marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; la segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa. Para la tercera hubo que esperar a mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones.

Ahora, el cuarto giro trae consigo una tendencia a la automatización total de la manufactura - su nombre proviene, de hecho, de un proyecto de estrategia de alta tecnología del gobierno de Alemania, sobre el que trabajan desde 2013 para llevar su producción a una total independencia de la mano de obra humana.

La automatización corre por cuenta de sistemas ciberfísicos, hechos posibles por la internet de la cosas y el cloud computing o computación en la nube. Los sistemas ciberfísicos, que combinan maquinaria física y tangible con procesos digitales, son capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar -entre ellos y con los humanos- mediante la internet de las cosas.

Lo que veremos, dicen los teóricos, es una "fábrica inteligente". Verdaderamente inteligente. El principio básico es que las empresas podrán crear redes inteligentes que podrán controlarse a sí mismas, a lo largo de toda la cadena de valor.

Los guarismos económicos son impactantes: según calculó la consultora Accenture en 2015, una versión a escala industrial de esta revolución podría agregar US$14,2 billones a la economía mundial en los próximos 15 años.

En el Foro de Davos, en enero de este año, hubo un anticipo de lo que los académicos más entusiastas tienen en la cabeza cuando hablan de Revolución 4.0: nanotecnologías, neurotecnologías, robots, inteligencia artificial, biotecnología, sistemas de almacenamiento de energía, drones e impresoras 3D serán sus artífices.

Pero serán también los gestores de una de las premisas más controvertidas del cambio: la cuarta revolución podría acabar con cinco millones de puestos de trabajo en los 15 países más industrializados del mundo.


Revolución, ¿para quién?

Son precisamente los países más avanzados los que encarnarán los cambios con mayor rapidez, pero a la vez los expertos destacan que son las economías emergentes las que podrán sacarle mayor beneficio.

La cuarta revolución tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras, apunta Schwab, las mismas que se han beneficiado con la llegada del mundo digital (y la posibilidad, por caso, de hacer pagos, escuchar música o pedir un taxi desde un celular ubicuo y barato).

Sin embargo, el proceso de transformación sólo beneficiará a quienes sean capaces de innovar y adaptarse.

"El futuro del empleo estará hecho de trabajos que no existen, en industrias que usan tecnologías nuevas, en condiciones planetarias que ningún ser humano jamás ha experimentado", resume David Ritter, CEO de Greenpeace Australia/Pacífico, en una columna sobre la cuarta revolución para el diario británico The Guardian.

Aunque los empresarios parecen entusiasmados -más que intimidados- por la magnitud del reto: un sondeo revela que 70% tiene expectativas positivas sobre la cuarta revolución industrial. Así se desprende del último Barómetro Global de Innovación, una medición que publica General Electric cada año y que recoge opiniones de más de 4000 líderes y personas interesadas en las transformaciones de 23 países.

Aunque la distribución regional es desigual y son los mercados emergentes de Asia principalmente los que están adoptando los cambios de manera más disruptiva que sus pares de economías desarrolladas.

"Ser disruptivo es el estándar de oro para ejecutivos y ciudadanos, pero sigue siendo un objetivo complicado de llevar a la práctica", reconoce el estudio.

Los peligros del cibermodelo

Así, no todos ven el futuro con optimismo: los sondeos reflejan las preocupaciones de empresarios por el "darwinismo tecnológico", donde aquellos que no se adapten no lograrán sobrevivir.

Y si ello ocurre a toda velocidad, como señalan los entusiastas de la cuarta revolución, el efecto puede ser más devastador que el que generó a su turno la tercera revolución.

"En el juego del desarrollo tecnológico, siempre hay perdedores. Y una de las formas de inequidad que más me preocupa es la de los valores. Hay un real riesgo de que la élite tecnocrática vea todos los cambios que vienen como una justificación de sus valores", le dice a BBC Mundo Elizabeth Garbee, investigadora de la Escuela para el Futuro de la Innovación en la Sociedad de la Universidad Estatal de Arizona (ASU).

"Ese tipo de ideología limita gravemente las perspectivas que se traen a la mesa a la hora de tomar decisiones (políticas), lo que a su vez exacerba la inequidad que ya vemos en el mundo hoy", agrega.

"Dado que mantener el status quo no es una opción, necesitamos un debate fundamental sobre la forma y los objetivos de esta nueva economía", apunta Ritter, que considera que debe haber un "debate democrático" en torno a los cambios tecnológicos.

Por una parte, hay quienes descreen que se trate de una cuarta revolución: es cierto que los cambios son muchos y muy profundos, pero el concepto fue por primera vez usado en 1940 (en un documento de una revista de Harvard titulado "La última oportunidad de Estados Unidos", que pintaba un futuro sombrío por el avance de la tecnología) y su uso representa una "pereza intelectual", dice Garbee.

Otros, más pragmáticos, alertan que la cuarta revolución no hará sino aumentar la desigualdad en el reparto del ingreso y traerá consigo toda clase de dilemas de seguridad geopolítica.

El mismo WEF reconoce que "los beneficios de la apertura están en riesgo" por medidas proteccionistas, especialmente barreras no tarifarias y normativas del comercio mundial, que se han exacerbado desde la crisis financiera de 2007: un desafío que la cuarta revolución deberá sortear si quiere entregar lo que promete.

"El entusiasmo no es injustificado, estas tecnologías representan avances asombrosos. Pero el entusiasmo no es excusa para la ingenuidad y la historia está plagada de ejemplos de cómo la tecnología pasa por encima de los marcos sociales, éticos y políticos que necesitamos para hacer buen uso de ella", remata Garbee.

Tomado de: http://www.lanacion.com.ar/

LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, UN ENORME DESAFÍO PARA EL MUNDO

Choques que plataformas como Uber han tenido con legislaciones son apenas la punta del iceberg.
Por: Diego Alarcón

El futuro ya no es esa referencia lejana que dejaba mucho tiempo para pensar en la mejor manera de abordarlo. Hace apenas cuatro meses, Klaus Schwab, director y fundador del Foro Económico Mundial (FEM) –que reúne a potencias económicas, líderes y a varios de los capitales más poderosos del mundo– advertía en Davos (Suiza) que la Cuarta Revolución Industrial ya está marchando en el mundo y “el problema está en que ni los gobiernos ni la sociedad civil serán capaces de paliar los grandes desbarajustes que ocasionará este auténtico maremoto, que tendrá importantes consecuencias económicas, políticas y sociales a nivel mundial”.

Con la discusión puesta en esta nueva ‘revolución’, por el Foro desfiló una cifra escalofriante: en la próxima década el desarrollo de las industrias impulsadas por el avance de las nuevas tecnologías pondrá en riesgo el 47 por ciento de los empleos actuales en países como Estados Unidos.

La predicción pareció ir por el mismo camino de los vaticinios de John Chambers, presidente ejecutivo del gigante de las telecomunicaciones Cisco Systems, quien desde el año pasado viene insistiendo en que, si las empresas de hoy no se montan a la ola de las nuevas plataformas tecnológicas, el 40 por ciento de ellas terminará por ahogarse y desaparecer en solo una década.

Suena al apocalipsis, pero el propio Schwab (ver columna anexa) invitó a dedicar la última edición del FEM a pensar en conjunto y, muy seriamente, cómo estar a la altura del desafío y plantar cara, de la mejor manera, al terremoto que están ocasionando iniciativas como Uber y Airbnb, entre otras.

Se trata de un choque de modelos. O de estructuras. A finales del siglo XVIII el revuelo lo causaron las máquinas a vapor. Luego, en el XIX, la electricidad. A finales del siglo XX y principios del XXI, la automatización de las fábricas, la aparición de los computadores e internet. Y ahora, la que ha sido bautizada como la ‘cuarta revolución’ toca la campana avisando que es hora de montarse en el tren de la ‘internet de las cosas’, que es el concepto que, más allá de la red misma, abarca la posibilidad de que objetos, máquinas y personas interactúen remotamente en cualquier lugar y momento.

Los conflictos que Uber ha desatado con los taxistas tradicionales, que denuncian competencia desleal; el de Airbnb con el sector hotelero, que demanda más controles estatales, o el de Netflix con la televisión tradicional (en diversos países se estudia la posibilidad de cargar el servicio con un impuesto) son apenas algunos de los síntomas de las grandes transformaciones que está gatillando la tecnología en nuestro mundo.

Mientras tanto, la incapacidad de los sistemas legislativos y comerciales actuales para adaptarse a estos nuevos escenarios es tan evidente como dramática, ya que todavía se ve a varias sociedades debatiéndose entre la prohibición de estas apuestas y su funcionamiento sin ninguna regulación.

Sin embargo, mientras las naciones discuten, las nuevas plataformas no dejan de nacer, anticipando nuevas tormentas. En Estados Unidos y Europa ya existe TaskRabbit, una plataforma que tras ver la luz como una empresa de mensajería y domicilios, expandió sus servicios a proveer mano de obra para asuntos diversos como el aseo del hogar o la plomería, invitando incluso a sus usuarios a que tengan conocimientos en estas áreas a que se registren en ella para acudir a donde sean requeridos y ganar un dinero extra. El debate sobre la seguridad social de sus ‘trabajadores’ ya comenzó.

Otras como Turo, que ya funciona en toda Norteamérica, pone a disposición del usuario el alquiler de los automóviles que otros usuarios registran en las plataforma para ser usados en cualquier ciudad, lugar y momento. Si un pasajero aterriza en Nueva York, por ejemplo, bastará con que coordine con su contraparte la entrega del carro en el aeropuerto en vez de pagarles a las firmas de alquiler de siempre. La discusión sobre las pólizas especiales de seguros que deben pagar estos carros y sobre la compatibilidad de licencias de conducción también han estado sobre la mesa, así como la revisión de presuntas captaciones ilegales de dinero de las que son acusadas propuestas como LendingClub, que reúne dinero de sus usuarios para realizar a través de internet préstamos a costos más bajos que los de la banca tradicional.

La avalancha de este tipo de economías colaborativas es tan grande y el avance de las regulaciones tan lento que la fuerza del mercado y las soluciones de las necesidades de los clientes parecen imponerse por knock out, al punto que en casos como el colombiano la plataforma Cabify acaba de anunciar que competirá directamente con Uber en un país que aún no sabe a ciencia cierta si Uber es legal o ilegal.

Situaciones así son tan comunes ahora en el mundo que incluso Europa ya luce lista para dar el paso. Elzbieta Bienkowska, comisaria europea a cargo de temas de industria, afirmó esta semana que “no se puede prohibir totalmente una actividad solo para proteger modelos económicos existentes”. Y agregó: “La economía colaborativa puede constituir una oportunidad para los consumidores, los empresarios y el sector privado, con la condición de que sea fomentada de la manera correcta”.

Futuro cercano

“Vivimos pegados al status quo de la segunda revolución industrial y algo de la tercera”, asegura Alfredo Osorio, experto en emprendimientos digitales, quien desde su compañía Bomba Camp, en Chile, se dedica a apoyar económicamente ideas de emprendimiento con potencial, así como a asesorar a empresas tradicionales para que puedan entrar en la nueva era.

Según él, el mundo en pocos años será un lugar distinto: “Habrá autos que se conducen solos en algunas ciudades, la realidad virtual comenzará a cambiar para siempre la educación porque permitirá simular un montón de actividades y escenarios; la aplicación de las ‘neuronas robot’ permitirá controlar prótesis directamente desde el cerebro; las impresoras 3D permitirán hacer productos personalizados para los usuarios así como, incluso, dar origen a órganos artificiales que puedan reemplazar a los biológicos; y gracias al ‘big data’ –los datos que van dejando los usuarios en la red durante su interacción– las empresas tecnológicas no solo podrán diseñar mejores productos sino predecir lo que sus clientes buscarán en el futuro”.

El cambio que se viene es radical. El consumidor se enfocará en la senda ‘on demand’ (por demanda), consumiendo lo que quiere en el momento que quiere. Como asegura Marc Randolph, cofundador de Netflix, “una tendencia será la personalización profunda de los productos definida por las preferencias del cliente de acuerdo con lo que ve, lee y consume”.

Todo esto será posible gracias al ‘big data’, que, de acuerdo con Osorio, pronto permitirá también que instituciones bancarias entreguen préstamos solo estudiando la disciplina de los usuarios al pagar sus servicios en internet, lo que le supondrá a la banca tradicional la necesidad de suprimir sus departamentos de análisis del riesgo. De hecho, Osorio está tan convencido del cambio que apunta que el sistema financiero será totalmente distinto a de aquí a cinco años, con la progresiva desaparición de las sucursales y con el crecimiento de monedas netamente digitales, como el bitcóin.

En la cuarta revolución industrial, las nuevas empresas, como ya estamos viendo actualmente, se enfocarán más en encontrar valor al resolver las necesidades de las personas, tal y como lo sugiere el especialista británico Paul Mason, autor del libro Poscapitalismo: Hacia un nuevo futuro. A este escenario se suma el alcance global de internet y la posibilidad de llegar a un público diferenciado con servicios que se prestan de manera directa y que prescinden de intermediarios y largas cadenas de distribución. Solo de esta manera, por dar otro ejemplo, será posible que a través de una plataforma de venta online un emprendedor pueda competir directamente con grandes superficies sin necesidad de puntos de venta y con una mano de obra reducida, lo que al final se traducirá en la posibilidad de ofrecer mejores precios. Por realidades de este tipo es que algunos teóricos de la nueva economía han descrito a la ‘cuarta revolución’ como la era que democratizará el emprendimiento.

El nuevo capitalismo

¿Acaso este escenario económico no hubiera sido un sueño para el propio Adam Smith, un mundo con miles de actores ofreciendo y demandando continuamente? Posiblemente, pero más que el ápice capitalista, las trasformaciones de estos días podrían ser más una especie de reinicio del sistema mismo, una refundación que para expertos como Mason equivaldría a un cambio de modelo: la información y la conexión cambiarán para siempre la noción de trabajo, los mercados perderán las pautas usuales con las que hasta ahora han puesto sus precios y la producción colaborativa seguirá desafiando las estructuras jerárquicas que sustentan la economía de hoy.

La transformación está siendo tan aparatosa que empresas y gobiernos que se matricularon en la doctrina del libre comercio y promovieron tratados para implementarlo se ven hoy muy preocupados porque en ciertos sectores la propiedad intelectual está en peligro, los recursos no se están quedando en sus países, ni siquiera en sus regiones, y las industrias nacionales corren el riesgo de naufragar con un costo humano enorme a bordo.

Más allá de todo esto, la consigna del presente parece ser la de prepararse para los retos. De las políticas de los gobiernos en este tema dependerá no solo el crecimiento económico, sino también la disminución de la desigualdad entre naciones y ciudadanos. El Banco Mundial advirtió en un reciente informe sobre los dividendos digitales en el mundo que las plataformas de productos y servicios a bajos costos, al llegar a la gran escala, podrían fundar nuevos monopolios en internet para los que hasta ahora no existe regulación alguna.

La clave estará entonces en encontrar el equilibrio entre el control legal y el uso libre de internet, una plataforma sobre la que, hasta ahora, cualquier señal de interferencia estatal es tildada de intromisión indebida. “Lo primero que debemos procurar es no estigmatizar internet por los cataclismos que está causando y sería ingenuo también pensar en que los cambios legales deben venir para plataformas específicas y no para una nueva realidad. Al contrario, debemos ser conscientes de que esta es una oportunidad para replantearnos el contrato social”, explica Carolina Botero, directora de Fundación Karisma, una organización independiente dedicada a apoyar y difundir el buen uso de las tecnologías en los entornos digitales, sociales y de políticas públicas.

Para Osorio, lo único claro es que el horizonte está lejos de despejarse en este momento, caracterizado por el crecimiento exponencial que ha tenido la tecnología y la estupefacción de los gobiernos y las empresas tradicionales, a las que aconseja: “Sigan usando el modelo de negocio actual, pero generen una nueva área de exploración donde puedan hacer experimentos en paralelo, sucesivos, rápidos y baratos, que permitan comenzar a entender lo nuevo y encontrar nuevos esquemas de servicio y producción”.

Algo en lo que los expertos concuerdan es que el nuevo escenario no lo parará nada ni nadie y que al mundo se le vienen días complicados. Como escribió recientemente Larry Hatheway, economista jefe del grupo de gestión de capital GAM en Inglaterra: “Las nuevas formas de producir cosas a menudo matan a las viejas industrias y eliminan puestos de trabajo antes de que la totalidad de los beneficios del modelo sucesor de producción se haga realidad. Un cierto grado de violencia acompaña inevitablemente al progreso humano”.

Tomado de: http://www.eltiempo.com/

ANÁLISIS DE LA NORMA ISO 37001

Cuando hablamos de soborno nos referimos tanto al pago realizado a un oficial de policía para evitar una multa por exceso de velocidad o al pago de una gran suma de dinero para conseguir un contrato empresarial. 
El soborno es una lacra comercial sufrida en numerosos sectores y países.  La ISO 37001 pretende acabar con este tipo de prácticas en las empresas y organizaciones que implementen dicho sistema.

En base a estimaciones del Banco Mundial, se llega a pagar más de un trillón de dólares al año en sobornos. En muchas ocasiones, se entiende como una parte necesaria para lograr el negocio o evitar los tediosos trámites burocráticos.

Podemos definir a la norma ISO 37001 como un nuevo estándar de sistemas de lucha contra el soborno elaborada por la ISO, la Organización Internacional de Normalización, la cual se encarga del desarrollo y posterior publicación de estándares internacionales y que está formada por los organismos nacionales de normalización de 163 países miembros. Un total de más de 80 expertos procedentes de 28 países participantes, 16 países observadores y 7 organizaciones de enlace están involucrados en la redacción de la ISO 37001. El proyecto se encuentra actualmente en la etapa dos del borrador, por lo que el cronograma prevé la publicación de la norma a finales de este año 2016.

La ISO 37001 está diseñada para facilitar la implementación del Sistema de Gestión de Lucha contra el Soborno en una organización. En esta norma se detallan una serie de medidas que la organización debe implementar para tratar de evitar, localizar y abordar las malas prácticas comerciales de esta índole.

Esta norma puede ser implementada tanto por empresas pequeñas y medianas, como por grandes organizaciones, tanto en el sector público como en el privado. La ISO 37001 es una herramienta de carácter flexible que se adapta a las características de tamaño o naturaleza de la empresa y al nivel de riesgo de soborno que se enfrenta.

Cualquier organización, independientemente del país al que pertenezca, puede utilizar la ISO 37001 de forma que le ayude al cumplimiento tanto de las correctas prácticas internacionales como de los requisitos legales de lucha contra el soborno, propios de cada país en el que la organización desarrolle su actividad.

Exigencias y beneficios

Las medidas establecidas por la norma ISO 37001 deben de implementarse proporcional y razonablemente a una serie de factores relevantes, como el tamaño y la estructura de la empresa, la ubicación y sectores en los que opera, la naturaleza, escala y complejidad de sus actividades o el riesgo de soborno al que se expone, por lo que ello no va a suponer una burocracia innecesaria en la organización.

Entre estas medidas se incluye:

  • Adopción de una política de lucha contra el soborno, la cual necesitará del liderazgo de la alta dirección.
  • Nombramiento de una persona que supervise el cumplimiento de dicha política empresarial anti-soborno.
  • Capacitación al personal de la organización.
  • Realización de evaluaciones de riesgos de soborno.
  • Compromiso de la debida diligencia en los proyectos y las relaciones empresariales.
  • Implementación de diferentes controles financieros y comerciales.
  • Presentación de procedimientos e informes de investigación.
Entre los beneficios que puede aportar la ISO 37001 a la organización encontramos:
  • Ayuda en la aplicación del Sistema de Gestión de Lucha contra el Soborno o en la mejora de los controles existentes.
  • Ayuda a garantizar la implementación del Sistema de Gestión contra el Soborno a sus propietarios, inversionistas, clientes y otros socios comerciales, demostrando que la empresa ha implementado los controles internacionales contra el soborno.
  • En el supuesto caso de que se llevase a cabo una investigación, ayuda a proporcionar evidencia a los fiscales y tribunales de que la empresa ha utilizado los procedimientos necesarios para intentar prevenir el soborno.
Efectos del soborno

Según un estudio de Transparencia Internacional, el 27% de un total de 3.000 empresarios encuestados han declarado que en algún momento de su carrera empresarial han perdido negocios debido a los sobornos llevados a cabo por sus competidores. Algunos de los daños que causan este tipo de prácticas a los países, organizaciones y particulares son:
  • Disminución del crecimiento económico.
  • Desaliento de la inversión.
  • Marginación y restricción de los mercados globales.
  • Erosión del apoyo a la ayuda económica.
  • Reducción del nivel de vida de las personas.
Tomado de: https://www.isotools.org

MAS SOBRE ISO 37001 SISTEMA DE GESTIÓN ANTI SOBORNOS

El soborno es un riesgo comercial significativo en muchos países y sectores. Puede ser tan pequeño como el pago a un oficial de policía en una multa por exceso de velocidad o tan grande como el pago para ganar un contrato importante.
Esta norma busca erradicar estas prácticas en las organizaciones que implementen este sistema. Según estimaciones del Banco Mundial, anualmente se paga más de 1 trillón de dólares en sobornos. En muchos casos, se tolera como una parte necesaria para "conseguir el negocio" o "eludir los trámites burocráticos".

¿Qué es ISO 37001?

ISO 37001 es un nuevo estándar de sistemas de gestión anti-soborno que actualmente se encuentra en fase de desarrollo por la ISO. ISO es la Organización Internacional de Normalización, que desarrolla y publica estándares internacionales y que se compone de los organismos nacionales de normalización de 163 países miembros.

¿Cuál es el propósito de la norma ISO 37001?

ISO 37001 está diseñado para ayudar implementar un sistema de gestión anti-soborno en una organización. En él se especifica una serie de medidas que la organización debería implementar para ayudar a la organización a prevenir, detectar y abordar el soborno además proporciona orientación en relación con la aplicación del mismo.

¿Quién puede utilizar la norma ISO 37001?

ISO 37001 está diseñado para ser utilizado por organizaciones pequeñas, medianas y grandes en el sector público, privado o sin fines de lucro. Es una herramienta flexible que puede adaptarse en función del tamaño, la naturaleza de la organización y el riesgo de soborno al que se enfrenta.

¿En qué países se pueden utilizar ISO 37001?

ISO 37001 puede ser utilizado en cualquier país. Está diseñado para ayudar el cumplimiento por parte de la organización, tanto con las buenas prácticas internacionales como con los requisitos legales anti-soborno en todos los países en los que opere la organización.

¿Cuáles son los tipos de medidas exigidas por la norma ISO 37001?

ISO 37001 requiere que la organización implemente una serie de medidas de una manera proporcionada y razonable. Estos incluyen la adopción de una política anti-soborno, lo que requiere el liderazgo de la alta dirección, nombramiento de una persona para supervisar el cumplimiento contra el soborno, proporcionar capacitación al personal, realizar evaluaciones de riesgos de soborno, asumir  la debida diligencia en proyectos y relaciones de negocios, además de una implementación de controles financieros y comerciales así como la presentación de informes y procedimientos de investigación.

¿Cómo puede beneficiar a mi organización la norma ISO 37001?

(1) Ayuda a una organización en la aplicación de un sistema de gestión contra el soborno, o en la mejora de los controles existentes; (2) ayuda a asegurar la implementación del sistema anti-soborno a sus propietarios, inversionistas, clientes y otros socios comerciales, demostrando que la organización ha implementado los controles internacionales anti-soborno; (3) en el caso de una investigación, ayuda a proporcionar evidencia a los fiscales y/o tribunales de que la organización ha tomado los procedimientos necesarios para prevenir el soborno. 

¿ISO 37001 impondrá una burocracia innecesaria en mi organización?

No va a imponer una burocracia innecesaria en una organización, ya que requiere que las medidas contra el soborno sean implementadas de una manera razonable y proporcional a una serie de factores relevantes, como el tamaño y la estructura de la organización, ubicación y sectores en los que opera, la naturaleza, escala y complejidad de sus actividades, además de el riesgo de soborno que enfrenta.

¿Puede un tercero certificar el cumplimiento de la organización con la norma ISO 37001?

ISO 37001 es una norma de requisitos tipo A, por tanto es capaz de una certificación independiente.

¿Cuál es estado/fase y fecha de publicación de la norma ISO 37001?

Más de 80 expertos, procedentes de 28 países participantes, 16 países observadores y 7 organizaciones de enlace están involucrados en la redacción de la norma. El proyecto se encuentra actualmente en la etapa 2 del borrador. El cronograma prevé la publicación de la norma a finales de 2016.

Un mal económico

Según un estudio de Transparencia Internacional, un 27% de 3,000 empresarios encuestados informaron de que habían perdido negocios debido a los sobornos por parte de sus competidores. Estos son algunos de los daños causados por el soborno a los países, organizaciones y/o individuales:
  • Disminuye el crecimiento económico
  • Desalienta la inversión
  • Margina y restringe los mercados globales
  • Erosiona el apoyo a la ayuda económica
  • Pone una pesada carga económica sobre los pobres
  • Reduce el nivel de vida de las personas

¿Y tú, que opinas?; ¿Sería interesante que esta norma fuera una norma obligatoria en algunos sectores?. 

Esperamos que compartas este artículo y que hagas tus comentarios en este blog.

Tomado deISO.org citado en: https://www.globalstd.com/ 

QUÉ ES LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y POR QUÉ DEBERÍA INTERESARNOS?

A finales del siglo XVII fue la máquina de vapor. Esta vez, serán los robots integrados en sistemas ciberfísicos los responsables de una transformación radical.
Los economistas le han puesto nombre: la cuarta revolución industrial.

Marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas, anticipan que cambiará el mundo tal como lo conocemos.
Los sistemas ciberfísicos, capaces de comunicarse entre sí y con los humanos, están en el centro de la revolución en ciernes.
¿Suena muy radical? Es que, de cumplirse los vaticinios, lo será. Y está ocurriendo, dicen, a gran escala y a toda velocidad.

"Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes", vaticina Klaus Schwab, autor del libro "La cuarta revolución industrial", publicado este año.

Los "nuevos poderes" del cambio vendrán de la mano de la ingeniería genética y las neurotecnologías, dos áreas que parecen crípticas y lejanas para el ciudadano de a pie.

Pero las repercusiones impactarán en cómo somos y nos relacionamos hasta en los rincones más lejanos del planeta: la revolución afectará "el mercado del empleo, el futuro del trabajo, la desigualdad en el ingreso" y sus coletazos impactarán la seguridad geopolítica y los marcos éticos.
La manufactura cambiará de un modo radical y, con ella, el mundo del empleo.
La fábrica automática y muy, muy inteligente

Entonces, ¿de qué se trata el cambio y por qué hay quienes creen que se trata de una revolución?

Lo importante, destacan los teóricos de la idea, es que no se trata de desarrollos, sino del encuentro de esos desarrollos. Y en ese sentido, representa un cambio de paradigma, en lugar de un paso más en la carrera tecnológica frenética.

5 claves para entender la REVOLUCIÓN 4.0

1. Alemania fue el primer país en establecerla en la agenda de gobierno como "estrategia de alta tecnología"
2. Se basa en sistemas ciberfísicos, que combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología, tecnología digital de comunicaciones
3. La internet de las cosas jugará un rol fundamental
4. Permitirá agregar US$$14,2 billones a la economía mundial en los próximos 15 años
5. Cambiará el mundo del empleo por completo y afectará a industrias en todo el planeta

"La cuarta revolución industrial, no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital (anterior)", dice Schwab, que es director ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y uno de los principales entusiastas de la "revolución".

"Hay tres razones por las que las transformaciones actuales no representan una prolongación de la tercera revolución industrial, sino la llegada de una distinta: la velocidad, el alcance y el impacto en los sistemas. La velocidad de los avances actuales no tiene precedentes en la historia… Y está interfiriendo en casi todas las industrias de todos los países", apunta el WEF.

También llamada 4.0, la revolución sigue a los otros tres procesos históricos transformadores: la primera marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; la segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa.
La primera revolución industrial permitió pasar a la producción mecanizada, gracias a novedades como el motor a vapor.
Para la tercera hubo que esperar a mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones.

Ahora, el cuarto giro trae consigo una tendencia a la automatización total de la manufactura - su nombre proviene, de hecho, de un proyecto de estrategia de alta tecnología del gobierno de Alemania, sobre el que trabajan desde 2013 para llevar su producción a una total independencia de la mano de obra humana.

La automatización corre por cuenta de sistemas ciberfísicos, hechos posibles por el internet de la cosas y el cloud computing o nube.

Los sistemas ciberfísicos, que combinan maquinaria física y tangible con procesos digitales, son capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar -entre ellos y con los humanos- mediante el internet de las cosas.

Lo que veremos, dicen los teóricos, es una "fábrica inteligente". Verdaderamente inteligente.

¿Y qué pasará con el empleo?

El principio básico es que las empresas podrán crear redes inteligentes que podrán controlarse a sí mismas, a lo largo de toda la cadena de valor.

Los guarismos económicos son impactantes: según calculó la consultora Accenture en 2015, una versión a escala industrial de esta revolución podría agregar US$14,2 billones a la economía mundial en los próximos 15 años.

En el Foro de Davos, en enero de este año, hubo un anticipo de lo que los académicos más entusiastas tienen en la cabeza cuando hablan de Revolución 4.0: nanotecnologías, neurotecnologías, robots, inteligencia artificial, biotecnología, sistemas de almacenamiento de energía, drones e impresoras 3D serán sus artífices.

Pero serán también los gestores de una de las premisas más controvertidas del cambio: la cuarta revolución podría acabar con cinco millones de puestos de trabajo en los 15 países más industrializados del mundo.

Revolución, ¿para quién?

Son precisamente los países más avanzados los que encarnarán los cambios con mayor rapidez, pero a la vez los expertos destacan que son las economías emergentes las que podrán sacarle mayor beneficio.

La cuarta revolución tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras, apunta Schwab, las mismas que se han beneficiado con la llegada del mundo digital (y la posibilidad, por caso, de hacer pagos, escuchar música o pedir un taxi desde un celular ubicuo y barato).

Sin embargo, el proceso de transformación sólo beneficiará a quienes sean capaces de innovar y adaptarse.

"El futuro del empleo estará hecho de trabajos que no existen, en industrias que usan tecnologías nuevas, en condiciones planetarias que ningún ser humano jamás ha experimentado", resume David Ritter, CEO de Greenpeace Australia/Pacífico, en una columna sobre la cuarta revolución para el diario británico The Guardian.

Aunque los empresarios parecen entusiasmados - más que intimidados- por la magnitud del reto: un sondeo revela que 70% tiene expectativas positivas sobre la cuarta revolución industrial.

Así se desprende del último Barómetro Global de Innovación, una medición que publica General Electric cada año y que recoge opiniones de más de 4.000 líderes y personas interesadas en las transformaciones de 23 países.

LA CUARTA REVOLUCIÓN ¿Qué opinan los empresarios?

  • 70% de los ejecutivos tiene expectativas positivas
  • 85% cree que las innovaciones de los sistemas ciberfísicos serán beneficiosas
  • 64% está dispuesto a asumir los riesgos de innovar
  • 17% teme por el impacto negativo en los trabajadores. Barómetro Global de Innovación 2016, GE
Aunque la distribución regional es desigual y son los mercados emergentes de Asia principalmente los que están adoptando los cambios de manera más disruptiva que sus pares de economías desarrolladas.

"Ser disruptivo es el estándar de oro para ejecutivos y ciudadanos, pero sigue siendo un objetivo complicado de llevar a la práctica", reconoce el estudio.

Los peligros del cibermodelo

Así, no todos ven el futuro con optimismo: los sondeos reflejan las preocupaciones de empresarios por el "darwinismo tecnológico", donde aquellos que no se adapten no lograrán sobrevivir.

Y si ello ocurre a toda velocidad, como señalan los entusiastas de la cuarta revolución, el efecto puede ser más devastador que el que generó a su turno la tercera revolución.
La revolución tendrá que escribir una nueva relación entre los hombres y los robots. Pero detrás hay dilemas éticos y sociales por resolver, dicen los críticos.
 "En el juego del desarrollo tecnológico, siempre hay perdedores. Y una de las formas de inequidad que más me preocupa es la de los valores. Hay un real riesgo de que la élite tecnocrática vea todos los cambios que vienen como una justificación de sus valores", le dice a BBC Mundo Elizabeth Garbee, investigadora de la Escuela para el Futuro de la Innovación en la Sociedad de la Universidad Estatal de Arizona (ASU).

"Ese tipo de ideología limita gravemente las perspectivas que se traen a la mesa a la hora de tomar decisiones (políticas), lo que a su vez exacerba la inequidad que ya vemos en el mundo hoy", agrega.

"Dado que mantener el status quo no es una opción, necesitamos un debate fundamental sobre la forma y los objetivos de esta nueva economía", apunta Ritter, que considera que debe haber un "debate democrático" en torno a los cambios tecnológicos.
Los mercados emergentes de Asia están a la vanguardia de la cuarta revolución, dicen los expertos.
Por una parte, hay quienes descreen que se trate de una cuarta revolución: es cierto que los cambios son muchos y muy profundos, pero el concepto fue por primera vez usado en 1940 (en un documento de una revista de Harvard titulado "La última oportunidad de Estados Unidos", que pintaba un futuro sombrío por el avance de la tecnología) y su uso representa una "pereza intelectual", dice Garbee.

Otros, más pragmáticos, alertan que la cuarta revolución no hará sino aumentar la desigualdad en el reparto del ingreso y traerá consigo toda clase de dilemas de seguridad geopolítica.

El mismo WEF reconoce que "los beneficios de la apertura están en riesgo" por medidas proteccionistas, especialmente barreras no tarifarias y normativas del comercio mundial, que se han exacerbado desde la crisis financiera de 2007: un desafío que la cuarta revolución deberá sortear si quiere entregar lo que promete.

"El entusiasmo no es injustificado, estas tecnologías representan avances asombrosos. Pero el entusiasmo no es excusa para la ingenuidad y la historia está plagada de ejemplos de cómo la tecnología pasa por encima de los marcos sociales, éticos y políticos que necesitamos para hacer buen uso de ella", remata Garbee.

Tomado de: http://www.bbc.com/mundo/noticias