martes, 19 de septiembre de 2017

LA IMPORTANCIA DE LA NORMA ISO 29990 PARA LA FORMACIÓN

La Norma ISO 29990 ofrece soluciones a las características y particularidades de las empresas proveedoras de formación no reglada y su relación con los distintos clientes y alumnos.
La formación ocupa un lugar predominante para el futuro de todas las empresas ya que es esencial para que todos los procesos se lleven a cabo de forma eficaz, se mejore de forma continua, se potencie la implicación del personal y su motivación y se innove de forma constante en todas las materias.

La Norma certificable ISO 29990, Servicios de aprendizaje para la educación y formación no formal, se centra en los servicios de formación no reglada, poniendo especial atención en la identificación de las necesidades de formación, la provisión del servicio de aprendizaje, la adecuación y existencia de los recursos y entorno necesarios, así como la evaluación de la eficacia de la misma.

En este artículo voy a hablar de la importancia, campo de actuación y beneficios de la aplicación de esta norma por parte de los distintos proveedores de enseñanza no formal.

La diferencia entre formación reglada y no reglada.

La Norma ISO 29990 se centra en las necesidades y características de las empresas dedicadas a la formación no reglada.

Antes de comenzar a hablar de la Norma ISO 29990 tenemos que dejar clara la definición e implicaciones de la formación no reglada o no formal y su diferencia con aquellas que denominamos reglada.

Ambos tipos de formación tienen como objetivo básico proporcionar conocimientos a los alumnos que asisten a sus actividades y jornadas, sin embargo la diferencia radica en quién la proporciona.

De esta forma, la formación reglada es impartida por los centros, ya sean privados o públicos, acreditados para ello, así como las instituciones incluidas dentro de la Administración Pública, como por ejemplo los colegios.

Por otro lado, la formación no reglada o no formal es impartida por centros de formación privada, academias de idiomas, escuelas de negocios, formación por internet o e-learning, consultorías, universidades privadas a través de masters, centros técnicos, etc. Esta formación permite y busca, a través de su oferta, ofrecer una especialización de la actividad de trabajo o área profesional o una ampliación de la misma.

De esta forma, contribuye activamente a apoyar y promover un activo esencial de las empresas: el conocimiento. Este activo tiene que ser cultivado de una forma activa en el interior de las distintas organizaciones a través de una comprensión de las necesidades existentes, la competencia disponible, las prioridades actuales y futuras, la motivación del personal y la disponibilidad de realización. Pero, de la misma forma, tiene que estar complementada por una formación externa eficaz, que responda a las necesidades de la empresa, que se adapte a los alumnos y que mejore de forma constantes para adaptarse a las innovaciones tecnológicas, culturales e intelectuales existentes.

Objetivo y requisitos de la Norma ISO 29990.

La propia Norma ISO 29990 en su documento nos indica que:

“The objective of this International Standard is to provide a generic model for quality professional practice and performance, and a common reference for learning services providers (LSPs) and their clients in the design, development and delivery of non-formal education, training and development. This International Standard uses the term “learning services” rather than “training” in order to encorauge a focus on the learner and the results of the process, and to emphasize the full range of options available for delivering learning services.
This International Standard focuses on the competency of LSPs. It is intended to assist organizations and individual to select an LSP who will meet the organization's needs and expectations for competency and capability development and can be used to certify LSPs”.
De esta forma, busca mejorar la calidad de la oferta formativa adaptándose a las necesidades y expectativas de sus clientes para adaptarla de forma eficaz al ámbito laboral y convertirla en una gran aliada de la mejora continua en las empresas.

Para conseguir este objetivo establece una serie de requisitos que se organizan siguiendo la estructura de alto nivel ya conocida en otras normas  y que puedes consultar en el artículo “La estructura de alto nivel en la revisión de las Normas ISO”. Adopta unos puntos comunes que permiten que se integre con facilidad con otros sistemas de gestión incorporando aquellos aspectos propios de la formación no reglada a sistemas de gestión como la Norma ISO 9001, Sistema de Gestión de la Calidad, o la Norma ISO 27001, Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información.

Además, se centra en aspectos como:

  • el diseño, desarrollo y actividad de la formación no reglada,
  • la selección adecuada del proveedor de servicios de aprendizaje,
  • la transparencia en los distintos procesos,
  • la detección de las necesidades de formación que permitan ofrecer un servicio que se ajuste a las características, peculiaridades y necesidades actuales,
  • disponibilidad de los recursos tanto físicos, materiales como humanos,
  • entorno de impartición que promueva una formación activa,
  • retroalimentación como base para la mejora,
  • evaluación objetiva de la formación ofrecida a través de mecanismos eficaces que permitan conseguir el feedback de los alumnos y empresas,
  • gestión de la comunicación, tanto interna como externa,
  • gestión financiera y de riesgos y oportunidades,
  • y utilización de la auditoría interna como eficaz herramienta de detección de puntos débiles, aspectos críticos a corregir, puntos fuertes y oportunidades de mejora.

Ventajas de la Norma ISO 29990.

Optar por este sistema de gestión de servicios de aprendizaje para la educación y formación no formal, permite una diferenciación con otras empresas de la competencia, a la vez que promociona la mejora continua, permite contar con procesos más eficaces, optimiza los servicios ofrecidos a los clientes, alumnos y empresas, permite adaptar el servicio de formación ofrecido a las necesidades reales del mercado, mejora la comunicación y promueve una retroalimentación activa y la gestión eficaz de los recursos disponibles.

La Norma ISO 29990 se convierte en la herramienta primordial tanto para los proveedores de formación no formal o no reglada como para las empresas que cuentan, de esta forma, con un aliado que realiza una gestión eficaz, tiene en cuenta las necesidades de formación e innova para adaptarse al mercado, a los alumnos y a las organizaciones con sus necesidades presentes y futuras.

Tomado de: http://www.sbqconsultores.es/

LA IMPORTANCIA DE REALIZAR UNA BUENA AUDITORÍA INTERNA

Más allá de un mero trámite, las auditorías internas son la piedra angular de los sistemas de gestión como la ISO 9001, la ISO 14001 o la ISO 27001.
Las Auditoría Internas de, por ejemplo, la Norma ISO 9001, la Norma ISO 14001 o la Norma ISO 27001, no son en ningún caso meros trámites, sino que son una herramienta de gran valor para la mejora continua gracias a su carácter de actividad de análisis que permite comprobar el seguimiento y la verificación de la implementación eficaz del sistema de gestión, entre otros aspectos.

Comprender el objetivo de las Auditorías Internas y las características que deben tener es clave para todas aquellas empresas que tengan implantado un sistema de gestión o que estén pensando en hacerlo. Por esta razón, en el artículo de la semana voy a hablar de estos dos aspectos.

La Auditoría Interna como piedra angular
La Auditoría Interna es la piedra angular o la columna maestra que garantiza la mejora continua en las Normas ISO 9001 o ISO 14001, por ejemplo.
En la Norma UNE-EN ISO 9000:2005, “Sistemas de Gestión de la Calidad. Fundamentos y Vocabulario”, nos define la Auditoría como un “proceso sistemático, independiente y documentado para obtener evidencias de la auditoría, y evaluarlas de manera objetiva con el fin de determinar la extensión en que se cumplen los criterios de auditoría”.

Es decir, es un examen y, como todos los exámenes, persiguen un objetivo muy concreto: evaluar el sistema de gestión implantado en la empresa y como la empresa sigue sus indicaciones, así como su evolución en el camino hacia la mejora continua.

Como ya dije antes, no puede ser considerada como un documento sin valor o, como algunas empresas lo consideran, un mero trámite más para la certificación ya que de esta forma sólo conseguimos desvirtuarla, restarle valor y que sus aportaciones estén viciadas. Si caemos en este error, en lugar de transmitirnos una imagen fiel y verídica de la empresa, su funcionamiento y su relación con la Norma ISO que tengan implantada, se transformará en un cuento de ficción en el cuál cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Tampoco se debe caer en el otro lado de la moneda y ver las auditorías internas como una herramienta para buscar culpables de los incumplimientos detectados, ya que, aunque se realice siguiendo los pasos adecuados y manteniendo la objetividad y la independencia del auditor, los otros protagonistas se sentirán presionados, la verán como un proceso policial y actuarán como tal.

Sobre este aspecto, tampoco debemos olvidar que en el proceso de auditoría el protagonista único no es el auditor, sino que también juegan un papel primordial y relevante todos y cada uno de los miembros de la empresa, desde la gerencia o el equipo directivo al personal de administración o a los del sector de la producción, por poner un ejemplo.

Por lo que, no debemos restar la importancia que presenta y tienen las Auditorías Internas ya que si no las consideramos como la piedra angular del sistema de gestión implantado, lo único que haremos será minar la utilidad de esta herramienta como evaluación para el crecimiento y la mejora.

Características de las Auditorías Internas.

Tal y como se ha transmitido anteriormente, las Auditoría Interna se caracterizan por ser un:
  • examen metódico,
  • independiente,
  • documentado,
  • basado en evidencias objetivas,
  • participativo por toda la empresa,
  • marcado por la objetividad, y
  • centrado tanto en la parte positiva como en las no conformidades.

De la misma forma y para completar la visión sobre la importancia de la realización de una correcta auditoría interna, los objetivos de esta se pueden resumir en los siguientes puntos:
  • Estudiar los documentos del sistema.
  • Evaluar cuál es el punto en la capacidad para cumplir los requisitos legales, reglamentarios y contractuales.
  • Establecer el nivel de cumplimiento de los procedimientos.
  • Verificar que todos los niveles de la empresa sigan los procedimientos.
  • Comprobar que se alcanzan los objetivos marcados.
  • Indicar puntos que se deben mejorar y cuáles podrían ser las acciones correctivas para corregirlos.
  • Proponer oportunidades de mejora.
  • Servir para prevenir problemas futuros.
  • Y, por último pero no por ello menos importante, ayudar a mejorar de forma continua.

Tomado de: http://www.sbqconsultores.es

8 RAZONES POR LAS QUE UNA MALA GESTIÓN DEL TIEMPO TE ESTÁ PERJUDICANDO

¿Alguna vez tienes la impresión de que podrías ser más productivo simplemente si tuvieras más tiempo?
Si tu respuesta es sí, ahora piensa en un simple detalle: ¿cuánto tiempo ganarías solamente si dejaras de pensar todas esas veces que necesitas más tiempo? 

En realidad, muchas más veces de las que creemos se trata de un simple problema de gestión del tiempo. Por suerte, ese mal tiene cura; y aunque es imposible hacer que el día tenga más horas, puedes mejorar tus habilidades para sacar el máximo partido al tiempo que tienes. Para empezar, deberías identificar qué hábitos podrían estar robándote el tiempo.

1. Estar atrapado en tu correo electrónico

El e-mail es un elemento esencial en el mundo de los negocios de hoy en día, y con la llegada de los smartphones, los mensajes que llegan a nuestra bandeja de entrada están a sólo un clic. Pero ser tan accesible también significa que sentimos más a menudo la necesidad de estar disponibles para lo que el trabajo requiera. A muchos de nosotros nos resulta casi imposible ignorar el sutil pero adorable timbre que anuncia la llegada de un e-mail. La notificación provoca un aumento de la dopamina, pero también de la hormona del estrés, el cortisol. Para evitar convertirte en un cóctel de hormonas, apaga todas las notificaciones, o asigna una franja horaria varias veces al día para comprobar y responder correos.

2. Indecisión

Si pasas mucho tiempo preguntándote qué hacer, habrás hecho descarrilar tu tren de trabajo. La indecisión consume mucha fuerza de voluntad y energía mental, haciendo que cualquier sesión de trabajo productiva llegue a un alto brusco. Para evitar el desperdicio de tiempo, adopta la regla de los 2 minutos: si tardas más de 2 minutos en resolverla, archíbala en la lista de "decidir". De esta manera, tendrás más tiempo para pensar en ello sin temer olvidarla.

3. Demasiadas cosas que hacer

Una de las maneras más populares de administrar tiempo es crear una lista de cosas que hacer. Pero cuidado: las listas pueden hacer más mal que bien: después de todo, es fácil llenar una lista con una buena cantidad de tareas, pero pronto verás que no puedes completarlas todas. Si tienes dos o tres prioridades, las completarás; pero si tienes de cuatro a diez cosas pendientes, solo conseguirás terminar una o dos. Asumir demasiadas obligaciones sólo conducirá a un rendimiento deficiente.

4. Estar ocupado por el bien de ella

La gente vive a una velocidad vertiginosa y no tiene la energía o la perspectiva para ver si hay una manera diferente de hacer las cosas. Eficiencia es conseguir completar un montón de tareas, mientras que la eficacia es realizar las tareas adecuadas con un nivel de calidad. Empieza a hacer un seguimiento de tu tiempo: esta información le mostrará cuántos minutos a lo largo del día se está escapando en actividades absurdas, y ayudará a detectar cualquier patrón problemático. Saber esto hace que sea más fácil asignar mejor su tiempo.

5. Distracciones constantes

¿Sabías que una persona tarda un promedio de 23 minutos para recuperar totalmente la concentración después de distraerse? Las distracciones son estresantes, costosas y aumentarán el tiempo necesario para cualquier tarea. Si el problema es tu constante acceso a los medios sociales, apaga tu conexión a datos o Wi-Fi durante un tiempo. Si son tus amigos y familia, hazles saber que no puedes ser interrumpido en ningún momento, o salir a trabajar donde otros no pueden molestarle. Si se trata del teléfono, intente desactivar todas las notificaciones cuando necesite trabajar.

6) Exceso de perfeccionismo

¿Tienes normas de trabajo poco realistas? ¿Pasas demasiado tiempo revisando que todo esté perfectamente? Entrando en la vorágine del perfeccionismo arruinarás los niveles de productividad por los retrasos que conlleva estudiar cada uno de los detalles. Trata de concentrarte en terminar sus tareas, y no en ser perfecto.

7. Multitarea

Es un mal de nuestra era: estamos tan estimulados que tendemos a empezar una tarea para pasar a otra y finalmente no terminar ninguna de las dos. En última instancia comenzamos muchas cosas y acabamos pocas. Al hacer esto, la mayoría de tu energía se concentra precisamente en la transición entre tareas. Trata de llevar a cabo una sola tarea en lugar de varias: al centrarte en el acabado de una tarea, puedes hacerlo a un nivel mucho más alto.

8. Perderte en el desorden

¿Guardas archivos sin más en el escritorio por miedo a perderlo en las carpetas del ordenador? Si tu escritorio refleja tu desorden electrónico, impedirá que tengas la capacidad de hacer eficientemente cualquier trabajo. Según el Wall Street Journal, el trabajador promedio gasta hasta 6 semanas al año en buscar documentos que ya tiene en su ordenador. Si pasas demasiado tiempo trasteando por carpetas y archivos, debería seriamente plantearte la necesidad de hacer una buena limpieza.

Tomado de: https://www.weforum.org/

21 PAUTAS PARA COMBATIR LA PROCRASTINACIÓN

Brian Tracy, en su libro “Eat the frog”, nos presenta una serie de pautas para ayudarnos contra la procrastinación.

La rana simboliza la tarea más importante que tenemos que realizar; pero también lo que que con mayor probabilidad vamos a retrasar.

Estas 21 pautas a seguir nos servirán para organizar y gestionar nuestro tiempo de forma óptima, para conseguir ser disciplinados y desarrollar hábitos que nos permitan alcanzar nuestros objetivos.

1. Pon la mesa

La primera pauta y probablemente la más importante de todas es definir claramente tus objetivos y no desviarte de ellos:

a) Define tus objetivos
b) Escríbelos
c) Define una fecha límite
f) Arranca de inmediato y empieza por realizar una de las tareas
g) Trata de trabajar cada día en tu tarea más importante.

2. Planifica tus días por adelantado

Está demostrado que nuestra capacidad a planificar y decidir es nuestra mejor arma para evitar la procrastinación.

Debes siempre empezar por hacer una lista. A medida que vayas completando tareas, márcalas para poder visualizar tus progresos y motivarte.

3. Ten en cuenta las consecuencias

Una visión a largo plazo influye considerablemente en tu comportamiento y tus decisiones a corto plazo. De hecho, algo que pueda tener consecuencia a largo plazo es, por definición, algo importante que tienes que priorizar. Incluso si esto implica sacrificios hoy debes tener en cuenta que los beneficios serán mayores en el futuro.

4. Concéntrate en las áreas de resultados claves

Para definir las áreas de resultados clave debes preguntarte ¿Por qué y para qué he sido contratado?

Cada puesto de trabajo puede dividirse entre 5-7 áreas claves que dependen totalmente y solamente de ti por lo que si no consigues los resultados nadie más lo hará.

a) Piensa en tus puntos fuertes y en tus puntos débiles.
b) Analiza las áreas dónde obtienes buenos resultados y las áreas dónde no eres tan eficiente.
c) No justifiques ni busques excusas para la falta de rendimiento y resultados en estas áreas.
d) No hagas como la mayoría de las personas que procrastinan las actividades y tareas de áreas dónde no se desenvuelven de forma tan eficiente.
e) Fíjate unos objetivos y haz un plan para lograr paliar tus deficiencias.

5. Aplica la regla de 80/20 también llamada el principio de Pareto.

La regla del 80/20 es uno de los conceptos más interesantes en cuanto a gestión del tiempo. De hecho, se puede aplicar a todos los ámbitos económicos. Por ejemplo, se dice que el 20% de nuestros esfuerzos nos permitirán alcanzar el 80% de nuestros resultados, o que el 20% de nuestros clientes representarán el 80% de nuestras ventas.

6. Maximiza tus poderes

Ser eficiente y productivo depende en buena parte de tu condición física, mental y psicológica. Nuestra productividad desciende después de una jornada de 8-9 horas pero durante el día tenemos fases en las que somos más productivos.

a) Identifica tus periodos de mayor productividad y aprovéchalos para realizar las tareas más importantes.
b) Descansa y aliméntate bien. Una causa de la procrastinación es la fatiga.

7. Practica el método A-B-C-D-E todo los días

Cuando elabores tu lista de “To do” del día siguiente pon una A-B-C-D-E delante de cada punto de tu lista antes de empezar a hacer nada.

Una A significa que la tarea no sólo es importante sino imprescindible. Tienes que completarla porque las consecuencias de conseguirlo o no son importantísimas. Una B corresponde a algo que debes hacer pero cuyas consecuencias son de menor alcance. Nunca se debe hacer una B antes de hacer una A. Una C representa tareas agradables pero no imprescindibles. Si pones una D delante de una tarea, definitivamente puedes delegar su ejecución y finalmente si otorgas una E a una tarea puedes eliminarla de tu lista ya que su impacto es nulo.

8. Haz los deberes

La causa más frecuente de la procrastinación y otros retrasos es la falta de confianza en nuestras habilidades. Si somos conscientes de nuestras limitaciones sobre un trabajo lo más probable es que acabemos sin empezarlo. De lo contrario, si sabemos que podemos hacer el trabajo bien, seremos entusiastas y llenos de energía y, con toda seguridad, evitaremos la procrastinación.

Por ello es fundamental sentirse preparado y eficiente en las áreas claves pero hay que mantener y trabajar nuestras habilidades, ampliar nuestro conocimiento a diario para no quedarnos atrás.

a) Lee algo relacionado con tu campo cada día
b) Apúntate a todos los cursos y seminarios que puedan ayudarte a desarrollar tus habilidades
Tu confianza y motivación aumentarán a medida que aprendes y, cuanto más aprendas, mayor será tu capacidad para aprender.

9. Prepárate a conciencia antes de empezar

Asegúrate de tenerlo todo preparado a mano antes de empezar. Ordena y limpia tu escritorio para tener sólo una tarea en él.

10. Aprovecha tu talento

Hay cosas que puedes hacer que pueden ser extremadamente valiosas para ti u otras personas. Identifica estas áreas únicas y conviértete en un especialista.

11. Identifica las limitaciones y obstáculos

En toda tarea, pequeña o grande, hay un factor, un obstáculo, una limitación que determinará la velocidad con la que se podrá completar para alcanzar nuestros objetivos.

Tienes que focalizarte en identificar este factor limitador, porque una vez lo hayas conseguido tus progresos se multiplicarán. Aplica la regla del 80/20 a la identificación del factor limitador.

12. Concéntrate en una tarea a la vez.

La mejor manera de evitar la procrastinación cuando tenemos una enorme tarea delante de nosotros es concentrándonos en una acción concreta para empezar.

13. Practica la procrastinación creativa

La procrastinación creativa es una de las técnicas más eficiente de rendimiento personal. Puesto que no tenemos tiempo para hacer todo lo que tenemos que hacer, sabemos que tendremos que procrastinar de todas formas.

Di “No” a todas esas cosas que no son relevantes para ti. Tu trabajo consiste en procrastinar esas tareas que no tienen mucho valor y así disponer de más tiempo para realizar otras que si lo tienen.

14. Obedece la ley de la eficiencia forzosa

Esta ley dice que no hay nunca tiempo para hacerlo todo, pero siempre suficiente tiempo para hacer lo más importante.

Cuando te quedas sin tiempo y las consecuencias por no completar una tarea son muy serias, siempre encuentras tiempo para acabarlas, incluso en el último momento. El problema es que tienes que trabajar bajo presión y con mayor estrés, por lo que surge falta de rigor y se pueden multiplicar los errores.

15 Ponte la presión

Sólo un 2% de las personas son capaces de trabajar sin supervisión. Son líderes.

Tu trabajo consiste en ponerte la presión y no esperar que otra persona lo haga en tu lugar. Debes escoger tus ranas y comértelas por orden de importancia.

16. Motívate

Conviértete en tu coacher personal, habla contigo mismo, motívate y felicítate. Tu auto-estima, la opinión que tienes de ti mismo, es determinante.

17. Empieza siempre por la tarea más difícil

Una de las técnicas más efectivas para evitar la procrastinación y hacer cosas más rápidamente es empezar por la tarea más difícil de todas.

a) Haz la lista de las tareas que debes hacer mañana.
b) Revisa tu lista utilizando las técnicas del 80/20 y del A-B-C-D-E.
c) Una vez hayas seleccionado tu A, prepara tu espacio de trabajo.
d) Por la mañana, se disciplinado: levántate, prepárate y empieza a trabaja enseguida en esta tarea sin interrupciones.
e) Repítelo durante 21 días hasta que se convierta en un hábito y duplicarás tu productividad.

18. Crea un estado de urgencia

Cuanto más rápido te muevas más energía sientes. Cuanto más rápido te muevas más cosas podrás hacer y mejor te sentirás. Cuanto más rápido te muevas más experiencia y conocimiento podrás adquirir. Cuanto más rápido te muevas más competente serás en tu trabajo.

19. Desmenuza la tarea

Uno de los motivos de la procrastinación es que esas tareas tan importantes nos parecen enormes e inalcanzables. La mejor técnica es la de desmenuzar esta enorme tarea en pequeñas sub-tareas que completaremos una tras otra.

20. Resérvate grandes segmentos de tiempo

Prográmate cada día largos periodos de tiempos durante los cuales no estarás interrumpido y utilízalos para trabajar en tu tarea más importante.

21. Focalízate en tu tarea

Una vez empieces a trabajar intenta evitar las distracciones e interrupciones hasta haber acabado totalmente. Cada vez que te pares debes acordarte de dónde lo dejaste y mentalizarte para empezar de nuevo sabiendo que eso requiere esfuerzos, disciplina y persistencia.

Tomado de: https://www.emprendices.co/

5 SOLUCIONES O POLÍTICAS PARA ENFRENTAR EL DESEMPLEO DEL FUTURO

Parece que se nos agotaron las opciones para nombrar a las generaciones sucesivas. 
Después de los Baby Boomers llegó la Generación X y los Millennials (alias Generación Y), que ahora son sucedidos por la Generación Z. 

Si uno encuentra o no algún simbolismo, presagio o ironía en esto no es importante. Lo que importa es preguntarnos: ¿en qué tipo de mundo crecerán los nacidos en el siglo XXI? La automatización de todo ¿excluirá a muchas personas, aportando desesperación y decepción? La realización de nuestro potencial, ¿ya no será definido por el éxito profesional o medido por el valor neto? Si para una cantidad significativa de la población trabajadora se vuelve innecesario trabajar, y cuando sea que esto suceda, ¿podremos adaptar nuestro sistema de valores para permitir el ocio sin culpas, impulsar una investigación más creativa y reconocer el valor del aprendizaje para toda la vida?

Días después de que Amazon introdujera su nuevo producto, Amazon Go, realizó la primera entrega comercial por dron. El mundo fantástico del mañana con vehículos voladores y tiendas sin dinero se vuelve la realidad mundana de hoy, demasiado real para las personas cuyas condiciones de vida se ven amenazadas. Solo imaginar un escenario donde los empleos de cajeros y vendedores minoristas en los Estados Unidos sean completamente automatizados añadiría 7,5 de millones de personas al índice de desempleo. En otro ejemplo, ya sea Uber, Google, Apple, Tesla o cualquier otra empresa que introduzca en el mercado una tecnología viable que no requiere controladores, si esta tecnología se vuelve común, otros 3,5 millones de empleos en EE. UU. desaparecerían rápidamente. En comparación, desde comienzos del siglo XXI, la economía norteamericana ha sumado 800.000 empleos por año en promedio. La pérdida de solo dos de esas profesiones apenas definidas podría deshacer el equivalente a 14 años de creación de empleos.


Más allá de esos ejemplos vívidos, una publicación en un blog ampliamente compartido en la plataforma de la Agenda del Foro Económico Mundial prevé que casi la mitad de todos los empleos serán perdidos a causa de la automatización en menos de dos décadas. Uno podría consolarse al mirar las experiencias pasadas donde algunas vocaciones desaparecieron, pero otras nuevas surgieron en reemplazo. Sin embargo, muchos analistas sostienen que las cosas serán diferentes esta vez. Si esas predicciones son ciertas, y en verdad nos dirigimos a un futuro sin empleos, ahora sería el momento adecuado de iniciar un debate sobre políticas acerca de cómo podemos prepararnos para ello.

En 2013, una era antes de Amazon Go y vehículos autónomos que parecen recientes y distantes, los investigadores del MIT identificaron un fenómeno que llamaron “gran desacoplamiento”, donde la brecha se amplía entre las ganancias en la productividad y la creación de nuevos empleos. En otras palabras, el crecimiento en la producción económica —más productos y servicios para todos— no necesariamente requerirá más esfuerzo humano si esta tendencia continúa.

Si Airbus pudo imprimir en 3D un modelo de avión hoy, ¿qué implica esto para los empleos de fabricación altamente cualificados del mañana? Cualquiera que use un smartphone para administrar una cuenta bancaria, reservar un viaje o leer las noticias, debe reconocer la magnitud en la que han cambiado nuestros propios hábitos y cuántos empleos hemos presentado como obsoletos personalmente. Varias tareas que los humanos solían manejar ahora son realizadas por un dispositivo que cabe en el bolsillo. Harvard Business Review analizó las últimas tendencias y llegó a una conclusión inquietante en su titular: “La tecnología reemplazará a muchos médicos, abogados y otros profesionales”. Un reciente estudio de McKinsey descubrió que “las tecnologías presentadas actualmente podrían automatizar un 45 % de las actividades por las cuales se le paga a la gente por realizarlas”.

De la misma manera en que reconocemos intelectualmente que el mundo del mañana tendrá menos empleos, o al menos mucho menos de lo que definimos como empleo hoy, una retórica de la creación de empleos continuará dominando nuestro discurso político. Este denominado mañana tomará una década o dos,

o cinco, en llegar, pero sin duda, parte lo hará y enterrar la cabeza en la arena no es la solución. Enfocarse en las habilidades necesarias para competir con los empleos que aún deben ser inventados es solo una parte del rompecabezas. A medida que se amplía la brecha entre el crecimiento de la población y la automatización, y entre la creación de empleos y las necesidades de nuestro futuro guiado por máquinas, debemos comenzar a hacer serios ajustes para mantener la cohesión social.

¿Qué sucedería si la automatización continua del trabajo, ya sea investigación legal, diagnósticos médicos o escribir artículos periodísticos, ofrece ganancias en productividad que pueden ser distribuidas entre la población sin la necesidad de que todos contribuyan en una forma tradicional (es decir, al conservar un empleo)? De imaginar dicho futuro, requerirá un mayor cambio de paradigma acerca de cómo se organiza nuestra sociedad, cómo definimos la contribución, dónde encontramos la realización y cómo le damos sentido a nuestras actividades diarias.

Una pregunta enérgicamente debatida es cómo una persona podría financiarse a sí misma cuando se supondría que no está trabajando. El ingreso básico incondicional o “dividendo digital” es un concepto que reúne potencia y algunas jurisdicciones han jugado con la idea o ya la están poniendo a prueba. “El debate político necesita comprometerse con el tema tabú de garantizar la seguridad económica para las familias, a través de un ingreso básico universal”, escribe David Ignatius para el Washington Post.

Esta novedosa propuesta de política comúnmente se contrasta con el bienestar y los argumentos son a favor o en contra. El problema con el discurso es que se encuadra en los términos de la situación actual, donde las políticas están designadas para disuadir el aprovechamiento de algunos de los esfuerzos de otros. Lo que en cambio deberíamos considerar es una situación donde todos los humanos se aprovechen de los esfuerzos de las máquinas. Estos no crean una demanda y eso produce un serio problema para nuestro sistema económico. Hace más de un siglo, Henry Ford anticipó este debate cuando propuso que: “No es el empleador quien paga los salarios. Los empleadores solo administran el dinero. Es el cliente quien los paga”.

Tan radical como la idea de un ingreso básico universal puede sonar, en términos estrictos es una simple solución técnica para un problema en gran parte entendible como social. Será mucho más difícil imaginar e instaurar un nuevo sistema de valor donde el desempleo no esté estigmatizado. Adoptar normas en una sociedad, donde la contribución de una persona ya es definida por la producción económica, es un desafío de escala y complejidad diferentes. Para abordarlo, antes de que las tensiones sociales rebosen, necesitaremos gran coraje, mucho pensamiento creativo y gran parte de experimentación en políticas.

El neurocientífico y filósofo Sam Harris hizo la pregunta del millón en su Ted Talk acerca de la IA: ¿qué sucede cuando inventamos un “dispositivo de ahorro de trabajo perfecto, que puede diseñar la máquina que puede crear la máquina que puede hacer trabajo físico, impulsado por la luz solar, más o menos por el costo de las materias primas?” La explosión de inteligencia que Sam nos advirtió supone un conjunto distinto de preguntas, si es que sucede. No intentaré abordarlo ahora, pero hay algunas ideas con las que podríamos comenzar de antemano en un tiempo en que el alcance y la escala de necesidad para esfuerzos humanos en generar producción económica comienzan a disminuir.

1. Con el espíritu del liderazgo responsable y receptivo, debemos comenzar a reconocer abiertamente y luego enfrentar la realidad. Debido a que las carreras políticas son creadas y disueltas bajo las promesas de la creación de empleos, requerirá mucho valor para nuestros líderes tomar responsabilidad e iniciar un debate sincero acerca de la posibilidad de un futuro sin empleos.

2. El marco intelectual mediante el cual analizamos nuestros sistemas económicos también necesita cambiar. Podemos comenzar por redefinir el PBI para considerar la contribución no compensatoria, como el cuidado de niños y las tareas domésticas o, mejor aún, avanzar hacia una matriz mayor, como un índice de progreso social o cualquier otra metodología que reconoce la contribución y el progreso humano en nuevas formas.

3. Una de las preguntas más simples y aún así más complicadas para considerar en un mundo libre de empleos tradicionales es: ¿qué haremos los seres humanos con nuestro tiempo libre? Sería bueno facilitar nuestro camino hacia él al analizar un día laboral de seis horas y otras políticas que Suecia introduce “para aumentar la productividad y hacer más feliz a la gente”. 

Días laborales más cortos no solo ayudarán a prevenir el agotamiento, darán a las personas un espacio para encontrar otras actividades de las cuales pueden obtener significado. Para aquellos que conservan un empleo, un trabajo no es solo un vehículo para ganar el sustento, es un medio para abordar las necesidades humanas básicas para vivir. Explorar cómo esta necesidad podría satisfacerse fuera del lugar de trabajo sería digno de hacer.

4. Hoy, la ambición de una persona comúnmente se mezcla con las aspiraciones profesionales y luego medida por el éxito de su carrera. La ambición del futuro podría potencialmente ser vista a través del prisma de crear la capacidad de uno mismo para la imaginación y la aspiración por aprender, generar e intercambiar ideas. Popularizar la idea de vacaciones sabáticas en distintos campos profesionales, más allá de solo las instituciones académicas, nos ayudará a allanar esta transición.

5. Todos los esfuerzos anteriores deberían ir de la mano para solucionar una desigualdad en aumento y el reconocimiento de la crisis espiritual de la economía moderna: “donde el fracaso (para encontrar un empleo después de perder otro) es una fuente de humillación profunda y una razón para culparse a sí mismo”.

El futuro imaginado en que los humanos no tengan que trabajar, debido a que las máquinas se encargarán de un amplio rango de nuestras necesidades y deseos, no es seguro, pero es altamente probable. Podemos debatir el calendario y seguir guardando esta difícil conversación en una lata para patearla a la calle, pero sería más constructivo ahondar en este debate de una vez, probando nuevas políticas, aprendiendo de otros y formando nuestro futuro sin empleos para minimizar sus insatisfacciones. Nuestros hijos, la generación Z, nos agradecerán por ello.

Tomado de: https://www.weforum.org/es