lunes, 28 de noviembre de 2022

4 ASPECTOS FUNDAMENTALES PARA APLICAR LA GESTIÓN DE RIESGOS EN PROYECTOS

La Gestión de Riesgos es, a día de hoy, uno de los puntos de preocupación más comunes que las empresas, sean grandes o pequeñas, tienen.

Es posible que ya todos conozcan la definición de riesgo como “un evento o condición incierta que, si sucede puede tener un efecto negativo o positivo en los objetivos del proyecto”.

Así es, un riesgo también puede tener un impacto positivo, ya que puede ser un foco de nuevas oportunidades.

La norma ISO 31000 de Gestión de Riesgos ofrece las directrices y principios necesarios para poder gestionar el riesgo en las organizaciones, por lo que es una de las normas más consideradas por las empresas y de mayor demanda en capacitación.

No obstante, este artículo no versará sobre esta norma, sino sobre los aspectos más fundamentales de la Gestión de Riesgos en cuanto a los proyectos.

Si quiere conocer más sobre la norma ISO 31000 y los beneficios de implementarla, puede leer nuestro artículo, haciendo clic aquí.

Igualmente, a la hora de afrontar los riesgos, nos podemos encontrar con dos situaciones:

  • Una, que se origine un riesgo residual tras la implementación de las medidas para mitigarlo.
  • Dos, que tras implementar las medidas y corregir el riesgo, ese produce un riesgo secundario, como consecuencia de dichas medidas.

Procesos de la Gestión de Riesgos en Dirección de proyectos

Los procesos considerados para realizar la Gestión de Riesgos de los proyectos, tienen lugar dentro de los grupos de procesos existentes dentro de la Dirección de proyectos.

Grupo de procesos de la planificación

Encontramos los siguientes:

  • Planificación de la Gestión de Riesgos: aquí deben definirse cómo se han de llevar a cabo las actividades de Gestión de Riesgos para un proyecto.
  • Identificación de riesgos: como bien indica, se identifican los riesgos individuales del proyecto, las fuentes que los ocasionan y se dejan documentadas sus características.
  • Análisis cualitativo de riesgos: se evalúan asignándoles una probabilidad de ocurrencia y de impacto, principalmente. De esta manera, se establece la prioridad de acción para cada uno de los riesgos individuales.
  • Análisis cuantitativo de riesgos: debe analizarse numéricamente el efecto combinado de los riesgos identificados para el proyecto, así como otras posibles fuentes de incertidumbre sobre los objetivos generales inherentes al proyecto.
  • Planificación de la respuesta ante los riesgos: generar estrategias y opciones para abordar los riesgos y sus consecuencias, tanto en el proyecto en general, como para cada uno de los riesgos individuales identificados.

Grupo de procesos de ejecución

Aquí, se encuentra relacionado la implementación de la respuesta ante los riesgos. En este caso, se trata de implementar la planificación realizada para abordar los riesgos.

Grupo de procesos de monitoreo de los riesgos

Para el monitoreo de riesgos, consiste en el seguimiento y control de la implementación de la planificación establecida para abordar los riesgos.

De esta manera, también se podrán identificar nuevos riesgos y así evaluar la efectividad de las medidas indicadas en la planificación.

Un riesgo también puede tener un impacto positivo…

4 aspectos fundamentales para aplicar la Gestión de Riesgos en proyectos

Finalmente, vamos a comentar cuatro aspectos que se consideran esenciales a la hora de aplicar la Gestión de Riesgos en un proyecto.

Como ya mencionamos anteriormente, todos estos aspectos están relacionados con los grupos de procesos existentes dentro de la Dirección de Proyectos.

Estos 4 aspectos son:

  • Tamaño del proyecto: se plantean cuestiones tales como, cuál es el enfoque de la gestión del riesgo del proyecto respecto al tamaño del equipo, presupuesto, duración o alcance, o si puede justificarse la simplificación del proceso de gestión de riesgos.
  • Complejidad del proyecto: se tiene que determinar si los niveles de innovación, tecnología, acuerdos comerciales o interfaces que hacen que aumente la complejidad del propio proyecto, precisan un enfoque más sólido en la gestión de riesgos.
O lo contraria, si es lo suficientemente sencillo como para realizar un proceso de gestión del riesgo más reducido.
  • Importancia del proyecto: establecer la importancia del proyecto desde el punto de vista de la estrategia de la empresa. Para ello, se debe tener en cuenta si va a generar oportunidades de importancia o si aborda bloqueos organizacionales o si se vincula a innovaciones en los productos.
  • Enfoque de desarrollo: considerar si se trata de un proyecto en cascada, donde los riesgos pueden seguirse secuencialmente, o su es de enfoque ágil, y debe abordarse al principio de cada interacción y durante la propia ejecución.

Tomado de: https://www.isotools.org/

EL TALENTO NUNCA ES SUFICIENTE (MAXWELL)

En el año 2007, vio la luz “El Talento Nunca es Suficiente” un libro de John C. Maxwell* que nos ofrece una visión en relación a la existencia de personas que logran desarrollar todo su potencial frente a aquellas que a pesar de tener lo que consideramos “talento” se quedan en el camino. 

A continuación presento un resumen con las 13 “lecciones”.

Creer (eleva tu talento)

Puede ser considerada una de las principales limitaciones en el desarrollo de nuestras capacidades. La falta de confianza en nuestras posibilidades conlleva a no efectuar el trabajo de un modo correcto y genera sospecha tanto en uno mismo como en los que nos rodean. La creencia en nuestras posibilidades es una condición imprescindible.

Pasión (estímulo del talento)

Trabajar en algo que nos gusta o desarrollar actividades en las que ponemos todo nuestro interés constituye un factor determinante para explorar e ir más allá invirtiendo todo el tiempo necesario en mejorar. La pasión constituye un “arma” para resistir la adversidad que siempre acaba apareciendo en cada actividad y es un aliciente para la superación de obstáculos.

La iniciativa (activación del talento)

Este punto se basa, según Maxwell, en hacer siempre lo correcto sin que nos lo digan. Esto supone un gran paso para el éxito. El liderar y ser, en muchas ocasiones, el que marca el camino supone la apertura de posibilidades y opciones que el resto de personas apenas vislumbran. La pasividad está totalmente reñida con el desarrollo del talento.

El enfoque (dirección del talento)

El intentar abarcar múltiples actividades supone una “merma” de energía y atención lo que dificulta el desarrollo de nuestros talentos naturales. La eficacia y la mejora continua precisa de estar centrados y enfocarnos. Desde este punto debemos siempre desafiar las excusas que pueden surgir y poner nuestro foco en el desarrollo de nuestros puntos fuertes y en la búsqueda de resultados.

La preparación (posiciona el talento)

La propia definición de Maxwell delimita la preparación como mejora de nuestra posición de modo que podamos anticipar eventos que pueden ocurrir en el futuro. Este punto supone un valor en alza como consecuencia de los cambios que están ocurriendo en los últimos años. Bajo esta premisa el futuro comienza en el presente y nuestra formación y adquisición de capacidades se consideran un proceso de evolución.

La práctica (afina el talento)

La práctica “marca la frontera” de nuestro talento, éste nunca puede ir un paso más allá. El trabajo de nuestra habilidad la “afina” y mejora continuamente suponiendo retos que debemos superar y que van enriqueciendo nuestro desarrollo. En este punto Maxwell marca la relevancia de “un poco más”, intentando “añadir” o ir un poco más lejos cada vez desafiándonos a nosotros mismos.

La perseverancia (sostiene el talento)

Constituye un “ingrediente” fundamental en el desarrollo de nuestro talento, pues las opciones de “rendirnos en el camino” son múltiples como consecuencia de los problemas y obstáculos que nos iremos encontrando. El éxito es enemigo de la rendición y debemos evitar: tener un estilo de vida vacilante, creer que la vida es fácil, creer que el éxito es un destino, carecer de visión y no tener resistencia.

El valor (como prueba del talento)

Este aspecto “entra de lleno” en los profundo de nuestro modo de actuar: nuestros principios y valores, que serán, con toda seguridad, sometidos a prueba durante el desarrollo de nuestro talento. Para evolucionar tendremos que salir de “nuestra zona de confort” y enfrentarnos a situaciones nuevas y/o cambiantes y para ello necesitaremos valor.

La disposición de aprender (ampliación del talento)

Este punto vendría a ser como la “gasolina” de nuestro talento. Si no continuamos nuestro proceso continuo de aprendizaje, de estudio y de desafío de nuestros límites simplemente quedamos “estancados” frenando el desarrollo (y las posibilidades) de nuestro talento.

El carácter (protección del talento)

Aquí Maxwell “contribuye con el escudo” que protege nuestro talento. Tal y como comenta el autor “la ausencia de un carácter firme con el tiempo arruina el talento ¿Por qué? Porque las personas no pueden escalar más allá de las limitaciones del carácter”. Bajo esta premisa nuestro carácter marcará el límite y la máxima posibilidad de nuestro talento. Este punto nos ayuda a “evitar los atajos” y a creernos superiores entre otras cuestiones. La integridad se convierte en una necesidad para proteger nuestro talento.

Las relaciones (como influencia del talento)

El ambiente en el que nos “movemos” infiere directamente en el correcto desarrollo de nuestro talento. Necesitamos incrementar las relaciones que “refuercen” o ayuden a desarrollar nuestro potencial así como minimizar aquellas que nos llevan en el sentido opuesto. El primer tipo nos “empujan” hacia el éxito y el segundo son como lastres que nos ralentizan e impiden avanzar.

La responsabilidad (fortalece el talento)

Según el autor la responsabilidad es el ingrediente principal del éxito al desplegar una reputación fuerte e incrementar nuestras capacidades que a su vez elevan las oportunidades que se nos presentan llevándonos a mayores responsabilidades por lo cual nuestro talento se desarrolla y crece.

El trabajo en equipo (como multiplicador del talento)

Último “punto de valor” de Maxwell en relación al talento como muestra de evolución de hacer del talento de algo grande a algo extraordinario. El autor “baraja” la premisa de que el trabajo en equipo divide el esfuerzo y multiplica el talento generando un “añadido de valor” hacia otras personas con el impacto correspondiente.

Bajo estos trece principios se pueden desarrollar capacidades particulares para lograr el éxito partiendo del cambio a nivel personal. Resumiendo y tal y como comenta Maxwell uno puede tener talento y aún así no lograr todo su potencial o puede tener un talento extra y realmente sobresalir.

“Si el talento fuera suficientes, entonces ¿por qué conocemos a personas talentosas que no son exitosa?”

*John C. Maxwell, escritor y conferencista estadounidense (s. XX-XXI), experto en liderazgo.

Autor. J Daniel Blanco.

Tomado de: https://dbcalidad.blogspot.com/