lunes, 5 de diciembre de 2016

EMPOWERMENT: TÉCNICA PARA LA GESTIÓN EFICAZ DEL CAMBIO

Utilizar la técnica Empowerment permite gestionar de forma eficaz los cambios en la organización para evitar que se produzca, en la medida de lo posible, la resistencia al cambio.
El Empowerment se compone de una serie de técnicas que permiten afrontar eficazmente los cambios que se producen en la empresa.

Es decir, debemos definir la técnica de empowerment como una serie de actuaciones que se destinan para aprender a delegar y confiar en todas las personas de la organización y conferirles el sentimiento de que son dueños de su propio trabajo.

Este tipo de técnicas son muy prácticas cuando tratamos de adaptarnos a los cambios de mercado y cuando deseamos gestionar de forma más efectiva y rápida las adaptaciones que se realizan a la empresa en todo tipo de materias.

En este artículo vamos a hablar de la necesidad de cambio y de como la técnica Empowerment ayuda a llevarlo a cabo de una forma eficaz.

La realidad actual de la necesidad de cambio y la resistencia a este.
Debemos definir la técnica de empowerment como una serie de actuaciones que se destinan para aprender a delegar y confiar en todas las personas de la organización y conferirles el sentimiento de que son dueños de su propio trabajo.
 En los momentos actuales, las empresas que desean sobrevivir a las nuevas vicisitudes del mercado deben estar siempre adaptándose a las nuevas necesidades de los clientes, del mercado, etc. Por esta razón, no se debe pensar en los cambios como modificaciones menores que no influyen en la visión global de la empresa. Sino que se entiende por cambio a la “alteración del diseño organizativo o de estrategia con el fin de que los miembros de una organización, se comporten de manera diferente en la forma de hacer su trabajo, o de relacionarse con sus compañeros o superiores.”

Además, la necesidad de cambio y adaptación a las nuevas necesidades del momento no se centra sólo en la organización, sino que también va a abarcar otros campos, como la necesidad de nuevos productos, nuevas formas de acercarse a los clientes, nuevos campañas de difusión de los productos y/o servicios.

Todos estos puntos son de comprensión simple para todas las organizaciones, sin embargo se olvida un punto muy importante. Las empresas no solo deben convencerse de la necesidad de cambiar, sino que deben hacer entender a los miembros de su organización la necesidad de este cambio.

Pongamos un ejemplo: cuando un directivo de una empresa observa que su cuota de mercado y que sus productos ya no tienen la misma aceptación por parte de los clientes, decide que ha llegado la hora de incluir una serie de cambios en su organización.

Dichos cambios van a abarcar todos los campos de la empresa: se procede a mejorar los productos estrella, se incluyen nuevas máquinas para crear los productos de forma más rápida y eficaz, se procede a reestructurar la nave de producción, etc. Junto con todos estos campos se procede a hacer una restructuración de algunos trabajadores de la empresa. Aquí hay que matizar que no se trata de despedir al personal, sino que se procede a trasladar a determinas personas a otras cadenas de producción.
Utilizar técnicas como el Empowerment permiten que las piezas que componen el cambio encajen con la precisión de los engranajes de un reloj.
Todos estos cambios persiguen un fin común: deben ser capaces de crear mejoras en los campos de la estrategia, la tecnología y el diseño organizativo, pero también deben ser aceptados por el resto de personas que forman parte de la organización.

De nada sirve que este directivo haya sido capaz de crear un espectacular y muy efectivo esquema de actuación y de cambios, si después sus empleados, es decir, las personas que deben ponerlo en práctica y el funcionamiento de la empresa no son capaces de adaptarlo a la nueva necesidad, estableciendo una resistencia pasiva a los cambios que provoca que todo lo que se ha trabajado no sirva para nada. La dirección debe conseguir realizar los cambios necesarios y, además conseguir que sus empleados también entiendan los cambios y los adapten a su forma de actuar.

Todo esto puede parecer muy complicado, ya que cada empresa y organización es un mundo y no se puede aplicar las mismas normas para todos como una solución única e indiscutible. Sin embargo, si que pueden darse una serie de pasos que ayudarán a que los cambios sean aceptados por parte de todos los integrantes de la organización:
  • Crear la concienciación sobre la necesidad del cambio.
  • Establecer un diagnóstico sobre la situación que crea la necesidad de cambio.
  • Comunicar el cambio a los afectados.
  • Supervisar el cambio y revisar los ajustes necesarios.

A pesar de que sigamos estos pasos, la aparición de la resistencia al cambio puede ser muy probable, ya que si en el proceso las personas no perciben ventajas, se resistirán. Tenemos que tener presente que las modificaciones siempre crearán incertidumbre en los empleados, ya que no tiene claro lo que el cambio va a representar. Puede reducir las oportunidades profesionales o eliminar la posición a la que aspiraban o puede suponer un cambio en los procedimientos de trabajo o en las asignaciones de tareas que puede requerir que la persona aprenda una nueva manera de realizar su trabajo.

La relevancia del Empowerment en la gestión del cambio.

Por todas estas razones, es muy importante que las empresas emprendan y utilicen técnicas que les ayuden a que los cambios necesarios lleguen a buen término. Una de estas técnicas es el Empowerment que nos permite adecuar la empresa a los cambios de forma efectiva y eficaz.


Para resumir podemos indicar de forma breve que los beneficios que aporta el uso de las técnicas de Empowerment son los siguientes:
  • Aumenta la satisfacción y confianza de las personas que integran la organización, ya que son parte activa de los cambios que se efectúan en la empresa.
  • Consigue procesos más eficientes para la toma de decisiones, debido a que no se producen resistencias a las necesidades de cambio que se vean obligados por la situación.
  • Desarrolla la creatividad, ya que los empleados tomar parte activa en la toma de decisiones y en la búsqueda de soluciones.
  • Disminuir la resistencia al cambio, debido a que ven los cambios como una actividad de superación personal, involucrándose en la propia efectividad del cambio efectuado.
  • Extender la comunicación en todos los niveles y direcciones. Se crea una forma de organización en la que las divisiones entre los distintos puestos no son tan marcadas, ya que todas forman parte del entramado de la misma y no se observa a los superiores como obstáculos o personas que sólo sirven para mandar y no para decidir.
Tomado de: http://www.sbqconsultores.es/

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