En el mundo empresarial, como en la vida, la única constante es el cambio. Y eso lleva a la incertidumbre. Para sostenerse y crecer, los negocios y las pymes necesitan tener un control de riesgos.
Y no solo hablamos de capear factores externos como cambios en el mercado o crisis económicas, sino también de evitar fallos internos como una mala gestión financiera, el incumplimiento normativo o decisiones estratégicas equivocadas. Acompáñame a descubrir cómo las pymes pueden poner en marcha estrategias de control de riesgos efectivas, apoyándose a menudo en asesorías contables, financieras y tributarias para lograrlo.
¿Qué es el control de riesgos y por qué importa?
No es la primera vez que hablo de gestión de riesgos, un aspecto que me parece fundamental en cualquier negocio. Se trata de identificar, evaluar y mitigar los factores que pueden afectar negativamente el funcionamiento o los objetivos de una empresa. Sin un sistema adecuado de control, una pyme puede enfrentar pérdidas económicas, sanciones legales o incluso la quiebra
Pero el control de riesgos no trata solo de prevenir problemas, sino de crear un entorno donde la empresa pueda tomar decisiones estratégicas con confianza, optimizar recursos y crecer de manera sostenible. Y si todo eso te suena muy complicado, que sepas que tu negocio no está solo, te pueden ayudar.
La importancia de las asesorías para las pymes
Un pequeño negocio o empresa suele contar con recursos limitados, tanto en personal como en presupuesto. Por eso a menudo es inteligente y más eficiente externalizar ciertas funciones, como la contabilidad, la gestión financiera y el cumplimiento tributario.
Las asesorías especializadas no solo ayudan a cumplir con las obligaciones legales, sino que también aportan una visión experta para reducir riesgos y mejorar la toma de decisiones.
Contabilidad, la base del control financiero
Una contabilidad bien llevada es el primer paso para tener una visión clara de la situación financiera de tu empresa. Las asesorías contables garantizan que los registros sean precisos, actualizados y cumplan con las normativas tributarias de cada país.
Imagina una pequeña empresa dedicada a la venta de jabones artesanales. Decide contratar una asesoría contable para gestionar sus libros. Tras analizar las cuentas, la asesoría le hace ahorrar un 15% en impuestos anuales porque la empresa no aprovechaba algunas deducciones. Reinvierte el dinero ahorrado en marketing y aumenta sus ventas.
Las asesorías contables también ayudan a detectar riesgos como irregularidades en los flujos de caja, facturas impagadas o gastos excesivos, permitiendo a la empresa actuar antes de que estos problemas escalen.
Asesoría financiera para optimizar decisiones estratégicas
La planificación financiera permite tomar mejores decisiones para el futuro de la empresa. Una asesoría financiera profesional puede analizar la viabilidad de inversiones, evaluar el impacto de préstamos y optimizar el uso de los recursos disponibles.
Ahora veamos el caso de una startup que quiere expandirse a un nuevo mercado, pero no lo tiene claro. La asesoría financiera realiza un plan de viabilidad y descubre que el proyecto requiere una inversión inicial demasiado alta en comparación con los ingresos proyectados. La empresa decide reforzar su posición en el mercado actual.
Además, las asesorías financieras pueden implementar herramientas como presupuestos detallados, proyecciones de flujo de caja y análisis de riesgos financieros, que permiten a las pymes tomar decisiones basadas en datos y no en suposiciones.
Asesoría fiscal
El cumplimiento de las obligaciones tributarias es uno de los mayores desafíos para las pymes, y más cuando las normativas cambian con frecuencia. Una asesoría tributaria ayuda a asegurar que la empresa cumpla con todas sus responsabilidades fiscales.
Una pequeña cadena de cafeterías recibe una notificación de inspección fiscal. Gracias a su asesoría tributaria, que lleva un registro impecable de todas las declaraciones y pagos, la empresa supera la inspección sin problemas ni multas.
Evitar sanciones y optimizar impuestos no solo protege a la empresa de riesgos legales, sino que también libera recursos que pueden destinarse a otras áreas, como innovación o expansión.
Estrategias adicionales para el control de riesgos
Si bien las asesorías son fundamentales, hay otras medidas que las pymes pueden poner en marcha para tener un mejor control de riesgos:
- Formación del personal. Asegúrate de que tu equipo esté formado en temas clave como cumplimiento normativo, gestión de inventarios o atención al cliente. Un equipo bien preparado reduce errores operativos.
- Tecnología y digitalización. Tener las versiones más actuales de los software de contabilidad y de los sistemas de gestión empresarial (ERP) permite automatizar procesos y minimizar riesgos por errores humanos.
- Seguros empresariales. Contratar pólizas que cubran riesgos específicos, como responsabilidad civil o interrupción de negocio, puede ser una red de seguridad ante imprevistos.
- Separación de tareas y procedimientos internos. Para luchar contra errores y fraudes, es importante diseñar unos procedimientos internos muy claros, sobre todo para aspectos sensibles como compras y pagos.
- Auditorías internas periódicas. Revisar regularmente el cumplimiento de los procedimientos ayuda a detectar fallos antes de que se conviertan en problemas graves.
Cuando trabajaba en automoción, teníamos procedimientos muy estrictos para comprobar inventarios y sistemas de doble firma para todos los pagos. Así se evitan tentaciones innecesarias.
Toma las riendas del control de riesgos en tu negocio
Adoptar un enfoque proactivo en el control de riesgos, con el apoyo de asesorías especializadas, no solo protege a la empresa, sino que también impulsa su crecimiento. Entre los beneficios más destacados están:
- Cumplimiento normativo. Evitas multas y sanciones que pueden desestabilizar tu negocio.
- Mejor toma de decisiones. Con datos precisos y análisis expertos, puedes invertir y expandirte con confianza.
- Ahorro de recursos. Optimizar impuestos y gestionar eficientemente los recursos libera capital para nuevas oportunidades.
- Mejor reputación. Una empresa que opera dentro de la legalidad y con finanzas sanas genera confianza en clientes, proveedores y socios.
Tomado de: https://crearmiempresa.es/