martes, 1 de noviembre de 2016

IMPLEMENTACIÓN COMPLETA O PARCIAL DE LA ISO 9001: ¿QUÉ ES MEJOR?

Saber si es mejor implantar la Norma ISO 9001 en toda la empresa o solo en una sección de ella no es una ciencia exacta ya que depende de muchas variables que deben ser tenidas en cuenta.
La implantación de la ISO 9001 o Sistema de Gestión de la Calidad, como ya hemos dicho en anteriores artículos, se convierte en una decisión estratégica que ha de ser tenida en cuenta por los empresarios a la hora de planificar el futuro de su empresa y su proyección en el mercado.

Sin embargo, a la hora de adoptar esta decisión debemos tener en cuenta también si deseamos que se produzca una implantación completa o, por el contrario, una implantación parcial.

En este artículo voy a exponer a través de dos ejemplos la importancia de elegir correctamente entre la implantación completa o parcial de la Norma ISO 9001.

Consideraciones de la implementación parcial de la Norma ISO 9001.

En el caso de que se desee implantar de forma parcial la norma internacional ISO 9001 o Sistema de Gestión de la Calidad debemos de tener en cuenta que la sección en la que la implantemos no intervenga en otras cadenas de producción. De la misma forma hay que considerar que sea una de las secciones o cadenas de producción que mejor aprovechamiento puedan realizar de esta norma y de los beneficios y ventajas que aporta.

Implementación parcial de la ISO 9001 mal aplicada.

Pongamos un ejemplo de un caso de implantación parcial mal aplicado: imaginémonos que nos encontramos en una empresa de producción de llaves que se compone de dos secciones de producción muy diferenciadas: la primera de ellas sería el tratamiento del metal para aportarle la dureza y el peso requerido para el producto final; la segunda de estas secciones de producción se centraría en transformar este metal bruto en la llave final y prepararla para su venta.

Debido a la competitividad que se vive en el mercado de la producción y venta de llaves, la empresa toma la decisión estratégica de implantar la norma ISO 9001 o Sistema de Gestión de la Calidad, pero la implanta sólo en la primera de las secciones de producción.

De esta forma, la empresa consigue controlar eficazmente y eficientemente el tratamiento del metal de las llaves, pero cuando llega al punto de la fabricación de estas, no se controla que la producción se haga con la misma calidad que venían consiguiendo desde el principio.

Se puede producir el caso de que un producto inicial con muy buena calidad, pierda sus propiedades excelentes en el momento de pasar a la producción por una mala ejecución o se utilice inadecuadamente el material de que dispone produciéndose un despilfarro no controlado ya que no existe un control exhaustivo en todo el proceso.

También hay que tener en cuenta, la confusión que se crea en la producción y entre los trabajadores cuando deben realizar una serie de medidas de control para unos procesos concretos pero para los siguientes no hace falta ninguno de estos controles.

Para este ejemplo es un error realizar una implantación parcial y es más rentable para esta empresa implantar un Sistema de Gestión de la Calidad total que le aseguraría que el producto ha pasado por una serie de controles y que la calidad del este y de la producción está garantizada.

Implementación parcial de la ISO 9001 correcta.

Ahora, pongamos un ejemplo de una implantación parcial de forma correcta: se puede producir el caso en que la empresa tenga varias cadenas de producción muy diferenciadas, que no compartan ningún paso en común, y para el que sería posible implantar un sistema de calidad parcial con total comodidad.

Un ejemplo de este tipo de empresas serían las que, teniendo una base central, se componen de una cadena de producción de llaves, otra de puertas, otra de ventanas y otra de cemento.

En este caso, la implantación de la norma ISO 9001 en la producción de llaves garantizaría una producción excelente y una gran eficiencia en el servicio y en la gestión de este campo, pero no afectaría a ninguna de las otras cadenas de producción.

Este hecho se debe a que, aunque compartan la misma cabeza, cada una de las cadenas de producción son distintos cuerpos, por lo que cuando uno sufre un cambio, el resto ni lo percibe. Es decir, tenemos una misma dirección pero distintas empresas, con distintas características y distintas necesidades y, por lo tanto, se le pueden aplicar distintas políticas de calidad, implantando o no, según sea preciso, un Sistema de Gestión de la Calidad según la ISO 9001.

Conclusiones.

Podemos resumir que según lo visto en el primero de los ejemplos aquí expuesto, es más interesante que implantemos la norma ISO 9001 de forma completa, pero en el caso de que la empresa tenga distintas cadenas de producción bien diferenciadas se puede implantar sin ningún problema la ISO 9001 o Sistema de Gestión de la Calidad de forma separada, ya que la calidad influiría en un solo producto producido pero los controles serían efectivos en todo el proceso.

Aunque parezca que la diferencia es clara, las variables que hay que estudiar son tan amplias como las variedades de empresa que existen, por lo que es muy aconsejable que cuando una empresa desee implantar un Sistema de Gestión de la Calidad según la ISO 9001 se ponga en las manos de expertos que le aconsejen que es lo más adecuado para su situación particular. En IDEA Consultores le asesoraremos sobre cualquier consulta que desee realizar sobre la implantación, mantenimiento, auditoría y certificación del Sistema de Gestión de la Calidad según la ISO 9001 en su norganización.

Tomado de: http://www.sbqconsultores.es/

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