martes, 4 de julio de 2017

7 COMPORTAMIENTOS DE UN BUEN LÍDER EN EJECUCIÓN DE LA ESTRATEGIA


Existen tres elementos fundamentales que deben tenerse en cuenta en toda estrategia que desee ejecutarse con éxito. 

  • El primero de ellos habla de las actitudes y comportamientos que debe poseer el líder de la estrategia. 
  • El segundo hace hincapié en el imperativo de implantar una sólida cultura de la ejecución de la estrategia en la organización. 
  • En tercer lugar, encontramos la necesidad de contar con las personas adecuadas en los lugares adecuados.
Hoy nos vamos a centrar en cuáles son esos rasgos y actitudes que deben definir a la persona que ostentará el rol de líder. Él será el responsable de guiar al equipo en el camino hacia los resultados y hacer que esa ejecución de la estrategia no sé quede en una correcta definición, si no que se materialice en logros y mejora de la organización.


El buen líder conoce a su equipo

Parece una obviedad, pero en muchos casos esta premisa tan simple no se cumple. La persona encargada de asumir el rol de líder debe tener un profundo conocimiento del personal y de la organización. Esta información le facilitará la labor de conectar personalmente con los miembros del equipo y hará más sencilla la tarea de personalizar su misión, dándole a cada trabajador la función que mejor desempeñará según sus características. Este comportamiento favorece el diálogo honesto, pero es importante tener cuidado con personas que puedan tomarse como algo personal cualquier problema que surja.



El buen líder es realista

Este conocimiento del entorno corporativo, ayudará al líder a ser realista y, por tanto, consciente de las debilidades de la organización. Frecuentemente, las fortalezas se identifican con facilidad, pero no ocurre así con los puntos débiles. Conocerlos es saber priorizarlos y actuar ante ellos.

El buen líder prioriza


La persona que ejerza el liderazgo debe tener la capacidad de establecer metas y prioridades claras. Sabe que el éxito en la ejecución de la estrategia está mucho más cerca si se centran los esfuerzos en 3 ó 4 iniciativas bien definidas que en 10. Cuando el número de proyectos a sacar adelante es tan elevado es frecuente que se pierda la perspectiva de qué es influyente en los logros de la organización y qué no. El discurso del líder siempre será claro y directo, y será percibido por el equipo de forma comprensible.


El buen líder se centra en la acción

Este rasgo es clave en el éxito de la ejecución de la estrategia. Todas las decisiones y pasos que da el líder están encaminados a la acción, no deja ninguna cuestión el aire. Cada reunión terminará con tareas encomendadas a quien sea necesario y se definirán plazos y recursos necesarios para su cumplimiento. De igual forma, si el líder no está comprometido con determinada iniciativa, no la pondrá en marcha hasta que no sea así.


El buen líder recompensa a quiénes lo hacen bien

De nuevo, nos encontramos ante una premisa que parece obvia y que, sin embargo, a menudo no se tiene en cuenta. El líder que espera determinados resultados, recompensa al equipo de acuerdo a ellos. La falta de coherencia en este sentido supone una desalineación entre la estrategia y las personas. Esto repercute directamente y consituye un lastre para la organización.

El buen líder aumenta las capacidades del personal


Aunque la formación académica supone la semilla del conocimiento, la realidad es que el 80% de las capacidades de un trabajador se adquieren fuera de las aulas. El líder potencia y aumenta las capacidades de su equipo a través de la formación constante, y les hace conscientes de que se trata de une relación “win to win”, en la que el trabajador gana en conocimientos y en prestigio de cara a la organización y ésta también sale beneficiada de ello.


El buen líder posee una buena inteligencia emocional

Esta es una cualidad que hoy en día se torna fundamental en un buen líder. La fortaleza emocional y la capacidad de resolver situaciones con asertividad y seguridad en sí mismo. Hay una serie de actitudes que dibujan el perfil de una persona emocionalmente inteligente. Estas son:

  • Es transparente: No tiene nada que ocultar, su actitud es auténtica.
  • Acepta las críticas: Es consciente de sí mismo y posee la capacidad de aprender de sus éxitos y errores.
  • Controla sus emociones: Esto le permite no dejarse llevar por su ego, ser flexible ante los cambios y mantener su integridad y honestidad.
  • Es humilde: Esta característica le permitirá ser consciente de sus puntos débiles y tener la certeza de que puede aprender de cualquiera en cualquier momento.

Tomado de: https://www.isotools.org

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