La Gestión de Riesgos es, a día de hoy, uno de los puntos de preocupación más comunes que las empresas, sean grandes o pequeñas, tienen.
Es posible que ya todos conozcan la definición de riesgo como “un evento o condición incierta que, si sucede puede tener un efecto negativo o positivo en los objetivos del proyecto”.
Así es, un riesgo también puede tener un impacto positivo, ya que puede ser un foco de nuevas oportunidades.
La norma ISO 31000 de Gestión de Riesgos ofrece las directrices y principios necesarios para poder gestionar el riesgo en las organizaciones, por lo que es una de las normas más consideradas por las empresas y de mayor demanda en capacitación.
No obstante, este artículo no versará sobre esta norma, sino sobre los aspectos más fundamentales de la Gestión de Riesgos en cuanto a los proyectos.
Si quiere conocer más sobre la norma ISO 31000 y los beneficios de implementarla, puede leer nuestro artículo, haciendo clic aquí.
Igualmente, a la hora de afrontar los riesgos, nos podemos encontrar con dos situaciones:
- Una, que se origine un riesgo residual tras la implementación de las medidas para mitigarlo.
- Dos, que tras implementar las medidas y corregir el riesgo, ese produce un riesgo secundario, como consecuencia de dichas medidas.
Procesos de la Gestión de Riesgos en Dirección de proyectos
Los procesos considerados para realizar la Gestión de Riesgos de los proyectos, tienen lugar dentro de los grupos de procesos existentes dentro de la Dirección de proyectos.
Grupo de procesos de la planificación
Encontramos los siguientes:
- Planificación de la Gestión de Riesgos: aquí deben definirse cómo se han de llevar a cabo las actividades de Gestión de Riesgos para un proyecto.
- Identificación de riesgos: como bien indica, se identifican los riesgos individuales del proyecto, las fuentes que los ocasionan y se dejan documentadas sus características.
- Análisis cualitativo de riesgos: se evalúan asignándoles una probabilidad de ocurrencia y de impacto, principalmente. De esta manera, se establece la prioridad de acción para cada uno de los riesgos individuales.
- Análisis cuantitativo de riesgos: debe analizarse numéricamente el efecto combinado de los riesgos identificados para el proyecto, así como otras posibles fuentes de incertidumbre sobre los objetivos generales inherentes al proyecto.
- Planificación de la respuesta ante los riesgos: generar estrategias y opciones para abordar los riesgos y sus consecuencias, tanto en el proyecto en general, como para cada uno de los riesgos individuales identificados.
Grupo de procesos de ejecución
Aquí, se encuentra relacionado la implementación de la respuesta ante los riesgos. En este caso, se trata de implementar la planificación realizada para abordar los riesgos.
Grupo de procesos de monitoreo de los riesgos
Para el monitoreo de riesgos, consiste en el seguimiento y control de la implementación de la planificación establecida para abordar los riesgos.
De esta manera, también se podrán identificar nuevos riesgos y así evaluar la efectividad de las medidas indicadas en la planificación.
Un riesgo también puede tener un impacto positivo…
4 aspectos fundamentales para aplicar la Gestión de Riesgos en proyectos
Finalmente, vamos a comentar cuatro aspectos que se consideran esenciales a la hora de aplicar la Gestión de Riesgos en un proyecto.
Como ya mencionamos anteriormente, todos estos aspectos están relacionados con los grupos de procesos existentes dentro de la Dirección de Proyectos.
Estos 4 aspectos son:
- Tamaño del proyecto: se plantean cuestiones tales como, cuál es el enfoque de la gestión del riesgo del proyecto respecto al tamaño del equipo, presupuesto, duración o alcance, o si puede justificarse la simplificación del proceso de gestión de riesgos.
- Complejidad del proyecto: se tiene que determinar si los niveles de innovación, tecnología, acuerdos comerciales o interfaces que hacen que aumente la complejidad del propio proyecto, precisan un enfoque más sólido en la gestión de riesgos.
- Importancia del proyecto: establecer la importancia del proyecto desde el punto de vista de la estrategia de la empresa. Para ello, se debe tener en cuenta si va a generar oportunidades de importancia o si aborda bloqueos organizacionales o si se vincula a innovaciones en los productos.
- Enfoque de desarrollo: considerar si se trata de un proyecto en cascada, donde los riesgos pueden seguirse secuencialmente, o su es de enfoque ágil, y debe abordarse al principio de cada interacción y durante la propia ejecución.
Tomado de: https://www.isotools.org/