En las últimas semanas, hemos publicado diversos artículos relacionados con la estrategia.
Básicamente, todos ellos han sido enfocados a arrojar luz sobre su aspecto más crucial, la ejecución. Por ejemplo, hemos hablado cuáles son las claves para la ejecución de la estrategia y hemos hecho especial hincapié en la correcta elección de los líderes.
Además, hemos detallado los procesos básicos de personas y operaciones, e incluso hemos analizado las causas que suelen hacer fracasar la ejecución de la estrategia.
De hecho, continuaremos en esta línea. Hoy, describiremos cuál sería la secuencia de pasos necesaria para ver la estrategia convertida en una realidad. Y lo más importante, dando resultados.
Estos tres pasos son los siguientes:
- Definición de la estrategia
- Despliegue de la estrategia
- Seguimiento y ajuste de la estrategia
1. Definición de la estrategia
La estrategia es, esencialmente, lo que organización espera alcanzar. Puede parecer que el orden lógico es realizar en primer lugar la definición y posteriormente la ejecución, pero no es exactamente así. En el momento de definir la estrategia debe hacerse pensando en la posterior ejecución. Básicamente, para saber si la organización está preparada en cuanto a medios para llevarla a cabo.
Por esta razón, no perder el foco en la ejecución nos va a asegurar una definición más viable. Esto hace que, indiscutiblemente, las personas que van a estar involucradas en la ejecución, deban estar presentes en la definición.
1. En primer lugar, se deben priorizar los objetivos y las ideas. Mientras esto no sea así, obviamente, el diseño estratégico no va a ser completo. Del mismo modo, es fundamental formular las ideas de manera entendible y motivadora para toda la organización.
Este primer paso sería equivalente a la Etapa 1: “Desarrollar la estrategia” del modelo Executium Premium de Norton y Kaplan.
2. Despliegue de la estrategia
Este concepto hace referencia, básicamente, a la materialización de la definición teórica de la estrategia, es decir, cuando se transforma en resultados tangibles.
En este punto intervienen los siguientes factores:
- Planes de actuación: Estos planes establecen en detalle las acciones necesarias y sus responsables, además de marcar los hitos y explicitar de qué manera se van a medir los resultados.
- Gestión del Cambio: Comúnmente, existe una actitud reacia a afrontar los cambios en la organización. Es tarea del líder transmitir la importancia de este cambio e inculcar la visión y la perseverancia necesarias al equipo.
- Personas: Es en este punto donde cobra sentido lo que comentábamos en este post acerca de la importancia de ubicar correctamente a las personas en la organización.
- Comunicación de la estrategia y alineamiento directivo: Ideas formuladas de manera sencilla y entendible por aquellos que se van a encargar de ejecutarlas. Es muy positivo ser conscientes de los éxitos obtenidos en las metas que se han ido marcando. De esta forma, pueden darse a conocer al equipo y esto supone un extra de motivación.
- Procesos, organización y sistemas: Hay que atender a la estructura de la propia organización y a los procesos clave de la ejecución de la estrategia. Es fundamental contar con los recursos técnicos que nos permitan obtener la información y el seguimiento adecuados.
- Atención al detalle en la ejecución: Muchas veces en los pequeños detalles está el éxito. No hay que pasarlos po alto y cuidarlos en la gestión del día a día.
Esta fase se corresponde con las siquientes etapas del modelo Executium Premium de Norton y Kaplan:
2: “Planificar la estrategia”
3: “Alinear la organización”
4: “Planificar las operaciones”
3. Seguimiento y ajuste de la estrategia
En este paso intervienen dos elementos:
- En primer lugar, los modelos de seguimiento
- Seguidamente, cambio y ajuste de la estrategia
El primero de ellos, el modelo de seguimiento, analiza si se está cumpliendo con la definición y, además, verifica la sistematización de la ejecución de la estrategia. Gracias a esto, es posible localizar los focos problemáticos y actuar para resolverlos. Esta es, sin duda, una excelente forma de inculcar la mejora continua a la organización.
Es fundamental que las organizaciones definan correctamente sus indicadores clave. Estos deben estar estrechamente ligados con los resultados y deben expresar el grado de cumplimiento de las conductas establecidas como adecuadas por la organización. De hecho, lo interesante es definir dichos indicadores en cascada para que permitan detectar mejoras en las relaciones causales.
El alcance de este seguimiento debe ir más allá de la estrategia. De la misma manera, debe contemplar otras inciativas de la organización que puedan influir en los resultados.
En resumen, la meta es que la organización al completo adopte y normalice una cultura de revisión como elemento que favorezca la ejecución de la estrategia.
Esta fase se corresponde con las siguientes etapas del modelo Executium Premium de Norton y Kaplan:
5: “Monitoreo y aprendizaje”
6: “Evaluar y Adaptar”
Tomado de: https://www.isotools.org