domingo, 11 de febrero de 2018

ISO 31000 Y LOS 11 PRINCIPIOS DE LA GESTIÓN DE RIESGOS


La norma UNE-ISO 31000 “Gestión del riesgo. Principios y directrices” es un estándar desarrollado en colaboración por ISO e IEC que provee principios y directrices genéricas sobre la gestión del riesgo. 

Se trata de una norma general, de aplicación a cualquier organización independientemente del tamaño o sector y que no es certificable.


Al tratarse de una norma general, la ISO/IEC 31000 no establece directrices para el tratamiento de riesgos concretos sino que da orientaciones para la implantación de un sistema de gestión del riesgo que sea compatible con los estándares de gestión de riesgos particulares de cualquier sector.

ISO 31000 está estructura en tres elementos claves para una gestión de riesgos efectiva, transparente, sistemática y creíble. Dichos elementos son:
  • Principios de la gestión de riesgos
  • Marco de trabajo para la gestión de riesgos
  • Proceso de gestión de riesgos

Principios de ISO 31000

En primer término, una efectiva gestión de riesgos debería satisfacer una serie de principios según el siguiente listado:
  1. Crear y proteger valor para ayudar a alcanzar los objetivos de la organización y mejorar su desempeño.
  2. Estar integrada en los procesos de una organización. Hacer la responsabilidad del riesgo una responsabilidad de cada gerente.
  3. Ser parte de la toma de decisiones. La gestión del riesgo ayuda a la toma de decisiones evaluando la información sobre las distintas alternativas.
  4. Tratar explícitamente la incertidumbre. Trata aquellos aspectos de la toma de decisiones que no son ciertos, la naturaleza de esa incertidumbre y como puede solucionarse.
  5. Ser sistemática, estructurada y oportuna. Contribuye a la eficiencia y a la obtención de resultados fiables.
  6. Basarse en la mejor información disponible. Los insumos del proceso de gestión del riesgo están basados en fuentes de información fiables.
  7. Alinearse al contexto y al perfil de riesgos de la organización.
  8. Tener en cuenta factores humanos y culturales. Las capacidades, percepciones o intenciones humanas pueden facilitar o dificultar el logro de los objetivos de la organización.
  9. Ser transparente e inclusiva. Asegurar que la gestión del riesgo sea abierta, visible y accesible involucrando a las partes interesadas y responsables de la organización.
  10. Ser dinámica, iterativa y sensible al cambio. La gestión de riesgos debe ser capaz de detectar y responder a los cambios de la organización y de su entorno.
  11. Facilitar la mejora continua de la organización. Las organizaciones deberían desarrollar e implementar estrategias para mejorar continuamente el enfoque de la gestión del riesgo.
Marco de trabajo de la ISO 31000

Esta norma recomienda desarrollar, implementar y mejorar de forma continua un marco de referencia, cuyo propósito es integrar el proceso de gestión de riesgos en la dirección, estrategia y planificación, procesos, políticas, valores y cultura de toda la organización.

El Marco de Trabajo sigue la estructura del ciclo de vida PHVA, con una etapa previa de Mandato y Compromiso.

La norma establece una serie de mandatos que debe cumplir la dirección de la organización para asegurar la efectividad de la gestión de riesgos, así como una planificación estratégica y rigurosa. [/div]

Proceso de gestión de riesgos

Este proceso consta de tres etapas: establecimiento del contexto, valoración de riesgos y tratamiento de los mismos.

La parte más importante es establecer el contexto en el que trabaja la organización, para conocer el entorno en el que la organización busca alcanzar sus objetivos y así poder gestionar, identificar, analizar, valorar y tratar los riesgos que puedan suceder.


Si lo desea, IDEA CONSULTORES & ASESORES S.A.S. puede ayudarle en el proceso de transición o en la implementación, control, medición, mejora  y todos los temas de su Sistema de Gestión (ISO 9001:2015, ISO 14001:2015, ohsas 18001, y otras normas). Coctáctenos, uno de nuestros profesionales lo visitará.

Tomado de: https://www.isotools.org

SMART CITY Y NORMAS: CLAVES PARA EL FUTURO

Las “Smart Cities” o Ciudades Inteligentes y las Normas o Sistemas de Gestión se convierten en compañeros de viaje inseparables en el camino de la innovación y la gestión eficaz.
El concepto “Smart City” está cobrando cada vez mayor relevancia, marcando el futuro de las urbes y su camino en la innovación y búsqueda para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y aportar soluciones a las necesidades de su día a día.

Sin embargo, no podemos olvidar que detrás de las “Smart Cities” o Ciudades Inteligentes también se encuentran numerosas normas que, como la ISO 37120, UNE 178501 o UNE 178101, aportan su granito de arena en aspectos muy concretos.

En este artículo voy a exponer brevemente la importancia de las ciudades, el concepto de “Smart City” y su origen, así como alguna de las numerosas normas existentes y su relevancia para todas aquellas ciudades englobadas o que quieren formar parte de las llamadas ciudades inteligentes.

Breve visión de la importancia de la ciudad
El futuro de las ciudades está marcado por el concepto “Smart City” que tiene como compañero inseparable las Normas ISO – UNE.
Las ciudades se han caracterizado siempre por ser cunas de innovación tecnológica, reformas sociales, fuentes de expansión económica y desarrollo cultural. Es decir, se asientan y definen por ser fuertes y poderosos intercambiadores de ideas y de colaboración que hacen que se innove de forma constante.


En esta realidad, la tecnología ha ocupado un papel protagonista propiciando una transformación de gran calado que busca aportar soluciones a los problemas urbanos, proporcionar una mejor calidad de vida de los habitantes de la urbe e innovar en nuevos campos de actuación que marcarán el futuro.

Si nos fijamos en los números la importancia de la ciudad a nivel demográfico también es relevante. Y es que las urbes ocupan el 2% de la masa terrestre pero, por contrapartida, cuentan con el 51% de la población. Tendencia que se incrementará si sigue la evolución actual, llegando en el año 2050 al 80% de urbanitas.

Teniendo estas breves pinceladas en mente, la importancia de las ciudades es palpable. Ciudades, cada vez más marcadas por la transformación de la gestión, operativa y diseño, que tienen como finalidad ser más eficaces, eficientes e inteligentes. Lo que podríamos incluir de una forma muy global en el concepto de “Smart Cities”.

El concepto de “Smart City” y su origen.

A día de hoy, todos hemos oído mencionar en más de una ocasión el término “Smart City” o Ciudad Inteligente en su versión en español, sin embargo comprender lo que significa y caracteriza este concepto es clave si queremos pasar de un mero reconocimiento a un conocimiento completo.

De forma general, podríamos colocar el origen de las Ciudades Inteligentes en los años 40 del pasado siglo con la aparición y desarrollo de los controles de sistemas organizados mediante la utilización de sensores y dispositivos que estaban capacitados para realizar cambios en la operativa de los mismos.

De esa primera experiencia, la historia u origen de las “Smart Cities” está marcada por altibajos hasta que, entrado el siglo XXI, apareció el concepto de Ciudad Inteligente como un proyecto de futuro para las ciudades creado por la empresa IBM, a la que después se le han ido uniendo otras empresas como la estadounidense Cisco.

Si nos adentramos en la definición del concepto “Smart City” también podemos ver una clara evolución desde un primer concepto centrado en la eficiencia energética, impacto ambiental y cambio climático, a una visión más amplia en la que se han incorporado nuevos objetivos centrados en aumentar la competitividad económica, mejorar la calidad de vida, desarrollar nuevos modelos administrativos, tener presente la seguridad ciudadana y aplicar los avances tecnológicos como una parte activa del mismo.

De esta forma, podemos tomar como referencia la definición aportada por AENOR que nos indica que una “ciudad inteligente es la visión holística de una ciudad que aplica las TIC para la mejora de la calidad de vida y la accesibilidad de sus habitantes, y asegura un desarrollo sostenible económico, social y ambiental en mejora permanente”.

Smart City y Normas ISO-UNE: compañeros de viaje.
No podemos pensar en las “Smart Cities” sin tener presente a su compañero inseparable de viaje: las normas o sistemas de gestión.
Estas, aunque menos visibles y no tan llamativas, ocupan un lugar relevante al aportar, en muchos de los casos, una guía o un marco de actuación para los distintos campos que se encuentran englobados dentro del términos de Ciudad Inteligente como, por ejemplo, redes de servicios públicos, redes de telecomunicaciones, electricidad, redes de agua, open data, redes de acceso y transporte, etc.

Algunas de estas normas, como la UNE-ISO 37120:2015, Desarrollo sostenible en las ciudades. Indicadores para los servicios urbanos y la calidad de vida, “define y establece metodologías para un conjunto de indicadores que guíen y midan el desempeño de los servicios urbanos y la calidad de vida”. Al fin y al cabo, tenemos que tener presente que la base de la “Smart City” se basa en contar con datos relevantes en puntos clave, aportados por los distintos indicadores, que se basan en sensores en muchos de los casos, y que permiten evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos marcados, las tendencias y evolución.

Por otro lado, podemos destacar la Norma UNE 178501:2016, Sistema de gestión de los destinos turísticos inteligentes, de reciente publicación, que “especifica los requisitos para establecer, implementar, mantener y mejorar un sistema de gestión de un Destino Turístico Inteligente que considere adecuadamente la innovación, el uso de tecnologías, la accesibilidad universal y la sostenibilidad de dichos sistema”.

Y, por último, una Norma nacida en el seno, al igual que la anterior, del comité AEN/CTN 178, centrada en la gestión eficaz del agua: la Norma UNE 178101-1:2015.

Esta norma se encuentra incluida en la serie UNE 178101 que tiene como objetivo marcar las pautas para “definir métricas aplicables a las redes de los servicios públicos: agua, residuos, energía (electricidad y gas), telecomunicaciones y transporte, para facilitar los mejores servicios a los ciudadanos, a la vez que procurar la máxima eficiencia y una fácil integración en el entorno”. Todos ellos aspectos clave, cuya gestión eficaz de dichos recursos y tratamiento adecuado de los desperdicios es esencial y se encuentra en la base de todas aquellas urbes que deseen englobarse dentro del término “Smart Cities”.

En este artículo apenas he arañado la importancia de la “Smart City” para el futuro y de cómo está cambiando y cambiará el escenario de las urbes en los años venideros, todo ello de la mano de las distintas normas o sistemas de gestión ya publicadas así como todas aquellas que están en proceso y dentro de poco verán la luz.

En próximos artículos, seguiremos hablando de temas más concretos como movilidad, tecnología o sostenibilidad enmarcados en las “Smart Cities”, por lo que, si todavía no estás suscrito al blog te recomiendo que lo hagas para no perderte ninguna novedad.

Tomado de: https://www.sbqconsultores.es/