Antes de los sucesos protagonizados por las compañías mencionadas, que trajeron crisis importantes en la primera parte del siglo XXI, surgió la necesidad de esta figura de Buen Gobierno Corporativo. No es que no existiera antes, sino que se definió mejor y se precisó su existencia y funciones.
Existe un cambio de paradigma en cuanto a lo que era el gobierno corporativo hasta el caso de los Lehman Brothers, Enron, Goldman Sachs y todas las empresas que generaron la necesidad de que existiera una instancia superior que no solamente esté atenta a los resultados financieros, sino que existan una serie de medidas, acciones e instancias que permitan a la organización 'encarrilarse' hacia la materialización de sus propósitos.
Luego, lo que corresponde a ese gobierno corporativo es conocer la dinámica del negocio en cuanto a su capacidad de generar los beneficios financieros, si se trata de una empresa privada; en un ente público la misión del gobierno corporativo es garantizar que los recursos se usen adecuadamente para los fines para los cuales fue concebida esa institución.
Este es el centro del gobierno corporativo, pero su misión abarca bastante más que esto. Existen diferentes habilidades que debe desarrollar un gobierno corporativo y por lo que se espera que su actividad sea proactiva.
En las organizaciones actuales el gobierno corporativo no solo debe enfocarse en el aspecto financiero o en la planificación estratégica, también en el desempeño operativo de la organización.
Del mismo modo, deben estar muy atentos a la creación y desarrollo de una cultura organizacional que les permita ser sostenibles. Deben preocuparse por las relaciones que tiene la empresa con sus proveedores y preguntarse: ¿con quiénes hacemos negocios? ¿los objetivos financieros excesivamente ambiciosos van en detrimento de las ventajas competitivas del negocio? Esas son las preguntas que debe hacerse un gobierno corporativo, y, por ende, allí surge la necesidad de contar con habilidades blandas que van más allá de saber leer estados financieros y números, porcentajes e inversiones.
Habilidades blandas para un buen gobierno corporativo:
Intuición: es importantísima en los negocios. Se discute mucho si los negocios son ciencia o arte y la verdad es que es un intermedio entre ambas cosas. Es el arte de utilizar la ciencia para poder mantener a flote una propuesta de solución ante el mundo.
Una solución que puede ser muy pequeña, como un mini supermercado dentro de un conjunto residencial, o una solución para interconectar al mundo a través de los videos y fotografías, como puede ser Instagram. Un negocio es, al final, una propuesta de solución ante un conjunto de problemas. En la medida en que esa solución sea más satisfactoria y apreciadas por los beneficiarios, es cuando una organización tiene más valor.
Capacidad de comunicación: el gobierno corporativo emite una serie de políticas, pero estas no pueden ser monolitos de 45 páginas, porque ese sería un mal instrumento. El gobierno tiene que trascender y entender quién es su interlocutor, para quién va esa política, tiene que hablar el lenguaje de su gente, ser simple, llano y suficientemente transparente para que no queden lugar a dudas, por ejemplo, al relacionarse con proveedores que estén en nuestro mismo target de calidad.
Aprendizaje rápido: el aprendizaje tiene que ser más rápido que los cambios que hay en el entorno, aprender de las dinámicas internas y externas en las que se centra el negocio, saber cómo se comporta el consumidor, cómo se comportan los entes reguladores, cómo funciona las leyes, cómo se mueven los competidores, saber deslastrarse de paradigmas, aprender que la búsqueda de las nuevas generaciones no está en Google, sino en Tik Tok, entonces debemos tener presencia ahí para que nos busquen.
Flexibilidad: en cuanto a la forma de operar el gobierno corporativo, es importante hacer que la organización sea flexible. Mucho se habla sobre la resiliencia, pero esta tiene una característica fundamental, que es la flexibilidad. Si los tomadores de decisiones de la organización son rígidos, la organización no será flexible ni resiliente.
Empatía: necesitamos entender las conductas de los demás, comprender cuándo hay objetivos que son alcanzables o no, porque crecer muy rápido, ser lideres del mercado es muy deseable, pero no debería menoscabar la salud mental d ellos trabajadores. Esta es una de las habilidades principales porque un objetivo es que la propuesta sea atractiva para los trabajadores porque allí radica la cultura organizacional y la posibilidad de desarrollar una estrategia ganadora. Y esto es posible siempre y cuando se pueda atraer talento de alto valor.
Pensamiento estratégico: siempre queremos ganar, pero debemos saber a qué darle prioridad para alcanzar el gran objetivo. Todos queremos ganar rápido, sin embargo, hay riesgos que están en el contexto: hacer negocios con empresas corruptas, explotar coltán en una zona protegida y con especies en peligros de extensión.
Las ganancias serían importantes, pero la propuesta corre riesgos relevantes, la ética de la organización jugaría un papel importante. El dinero sería menos importante que la transparencia y el hecho de que la organización sea percibidas como transparentes.
Tomado de: https://www.isotools.org/