Los propietarios de riesgos son esas personas que designamos para que “vigilen” una amenaza.
Los propietarios de riesgos deben estar pendientes de ese posible evento que tiene la capacidad de afectar negativamente el logro de un objetivo, y procurar que no suceda, o que no cause un impacto mayor.
Los propietarios de riesgos, en general, deben monitorear el riesgo que les ha sido asignado y evaluar su comportamiento. Es como vigilar un volcán y avisar cuando presente señales de erupción. Es una responsabilidad muy grande, que no todos están preparados para asumir.
Sin propietarios de riesgos, las amenazas serán responsabilidad de todos, y a la vez, de nadie, con las consecuencias negativas que ello conlleva. Pero, desafortunadamente, no siempre es entendida la magnitud de la responsabilidad que se asume.
Propietarios de riesgos – ¿Cómo garantizar que cumplan con sus obligaciones?
Hablamos recientemente de la necesidad y la importancia de asignar correctamente el propietario de un riesgo. Pero garantizar que la persona elegida asuma la responsabilidad y cumpa con sus obligaciones es otra cosa. Estos tres pasos serán muy útiles para alcanzar ese objetivo:
Hacer que el propietario del riesgo conozca y entienda con precisión la obligación
Muchos propietarios de riesgos, al recibir la designación, creen que su responsabilidad es evitar a toda costa que el riesgo ocurra, y, en el evento de que así sea, hacer todo lo posible para minimizar el impacto, ayudar a los afectados y tratar de regresar las cosas a su estado inicial.
Esto no es únicamente así. La gestión de riesgos tiene un alcance que se limita a identificar, evaluar, categorizar y priorizar, y monitorear. La responsabilidad de los propietarios de riesgos va hasta donde van estas acciones, y así debe saberlo y entenderlo la persona a la que se le ha asignado un riesgo.
Pero, hay una cuestión que no se debe olvidar: la gestión de riesgos es dinámica, continua y cíclica. El propietario de un riesgo puede acostumbrase a las características que conoce cuando recibe la asignación. Estas circunstancias pueden cambiar, y por eso es recomendable que se haga una rotación de riesgos, lo que obliga al nuevo propietario a realizar nuevas evaluaciones y a actualizar la información.
Establecer consecuencias para el incumplimiento
Las organizaciones tienen un sistema de penalizaciones para el incumplimiento de las obligaciones que implica cada puesto de trabajo. Cuando los empleados no cumplen con sus tareas con eficiencia, son penalizados con disminución de sus ingresos, o con sanciones que pueden ir hasta el despido, dependiendo de la gravedad del incumplimiento.
La dificultad con las responsabilidades que asumen los propietarios de riesgos, es que muchas veces estas no forman parte integral de sus tareas. Es como una tarea opcional, como un favor, que se cumplirá si queda tiempo o si el empleado realmente quiere hacerlo.
Una forma eficaz para hacer que el propietario del riesgo rinda cuentas sobre esa responsabilidad en particular, es incluirla en las evaluaciones de desempeño, de tal forma que entre a formar parte del proceso de evaluación general del empleado y su rendimiento. Así, el incumplimiento tendrá consecuencias.
Los propietarios de Riesgos Corporativos tienen la responsabilidad de tratar, controlar y hacer seguimiento a un riesgo ¿Cómo asegurar que lo hagan? Apréndelo aquí. ISO 31000
Elegir el propietario del riesgo adecuado
Hablamos de la necesidad de establecer consecuencias para el incumplimiento del propietario del riesgo. Pero es importante determinar la causa raíz del incumplimiento.
El desinterés por la tarea o la falta de comprensión de su importancia, como la hemos planteado en los ítems anteriores, puede ser la causa. Pero también es probable que el empleado no tenga la capacidad o el conocimiento necesario para acometer la labor, o no cuente con los recursos adecuados.
Esto puede suceder por varias razones: el nivel del empleado no le permite tomar decisiones o implementar acciones correctivas. O, simplemente, no tiene conocimiento sobre el área de gestión de riesgos.
De ahí la importancia de asignar esta responsabilidad a la persona indicada y dotarla de los instrumentos necesarios para que la desempeñe con eficacia.
Tomado de: https://www.escuelaeuropeaexcelencia.com/