martes, 29 de agosto de 2017

NORMA ISO 21500: GUÍA PARA LA GESTIÓN DE PROYECTOS

Cuando hablamos de la norma ISO 21500 estamos haciendo referencia al conjunto de indicaciones o pautas sobre Dirección y Gestión de Proyectos. 
Estas pautas concretan la forma en la que una compañía gestiona sus normas en relación a los proyectos, los procesos, los tiempos o los riesgos entre otros.

La norma ISO 21500 ha sido elaborada como una guía cuyo objetivo principal es conseguir dar una orientación a las organizaciones en su gestión. Por ello, la norma ISO 21500 no incluye requisitos como tal y no ha sido elaborada con ningún tipo de fin de certificación. Esta es una de las cuestiones que difiere con el estándar de sistemas de gestión de calidad, ISO 9001, el cual ofrece una descripción de los procedimientos y sistemas que se recomiendan a las compañías para la mejora de los procesos y cuestiones operacionales.

Esta norma ISO 21500 da soporte a uno de los principales motores económicos mundiales como son los proyectos. 
Conocer la gestión y saber gestionar los proyectos es una cuestión que cada día está adquiriendo una mayor importancia. Como ya hemos mencionado, la norma ISO 21500 ofrece una descripción detallada y muy explicativa de los conceptos y procesos que se consideran relevantes en esta línea, por eso, su finalidad es la ayuda a directores de proyecto, principiantes o experimentados, a aplicar las mejores prácticas en la gestión de sus proyectos, mejorando los resultados de negocio y concluyendo sus misiones con éxito. La norma europea puede hacerse extensible a multitud de áreas, lo que amplía aún más su utilidad. Está diseñada para permitir su aplicación a:
  • Cualquier tipo de organización. Incluidas las organizaciones públicas, privadas o comunitarias.
  • Proyectos de diversa índole. Independientemente de su complejidad, tamaño y duración.
Si deseas conocer más información sobre el resto de normas ISO disponibles actualmente para la mejora de los sistemas de gestión puedes visitar el resto de artículos de nuestro blog, como por ejemplo “¿Cómo implementar las normas ISO?”.


Objetivos

El principal objetivo de la norma ISO 21500 es recomendar a las distintas compañías una forma profesional de elaborar los proyectos cumpliendo con los estándares más exigentes, demandados por el mercado global. Esta norma ofrece una descripción de alto nivel acerca de los diferentes conceptos y procesos que componen las buenas prácticas en dirección y gestión de proyectos.

Dado que ofrece una descripción de alto nivel sobre conceptos y proyectos, los nuevos directores de proyectos junto con los gerentes con experiencia pueden servirse de la norma ISO 21500 para lograr una mejora del éxito del proyecto y la consecución de resultados empresariales.

La estructura de la norma ISO 21500 continua con las directrices del PMBOK, el ya conocido estándar del PMI. Esta estructura posibilita la aplicación genérica en cualquier empresa independientemente del tamaño o sector en el que opere.


La norma ISO 21500 persigue la estabilización y sistematización de tareas, así como la homogeneización de las actividades. Es decir, pretende que el resultado de un proceso sea el mismo independientemente de la persona que lo realiza.

Gracias a la implementación de la norma ISO 21500 se desea conseguir que las compañías conecten sus objetivos con proyectos exitosos, potencien la mejora continua en toda la organización, tener en cuenta las sinergias positivas o los posibles conflictos con las partes interesadas antes de que aparezcan, mejorar la empleabilidad y movilidad de los usuarios y la capacidad para trabajar en proyectos internacionales.

Ventajas

Los beneficios de la aplicación de norma ISO 21500 en la compañía incluyen:
  • Fomento de la transferencia de conocimientos entre proyectos y organizaciones.
  • Mejora de las condiciones de ejecución de las diferentes etapas de los proyectos.
  • Fomentar los procesos de licitación y su eficiencia.
  • Promoción del uso de una terminología de gestión de proyectos coherente.
  • Aumento de la flexibilidad de los trabajadores de gestión de proyectos.
  • Adecuación de la capacidad de los equipos de proyecto para su trabajo en entornos internacionales.
Como conclusión podríamos decir que adecuarse a lo que dispone la norma ISO 21500 supone avanzar hacia la internacionalización, adaptándose a las nuevas condiciones de globalidad en los mercados, sobre todo en un entorno de eficiencia y sostenibilidad que parte de una buena integración y una coordinación eficaz.


Tomado de: https://www.isotools.org/

PLAN DE INTEGRACIÓN: ANÁLISIS DE CONTEXTO


Para que la integración de sistemas de gestión tenga el éxito deseado es necesario elaborar un Plan de Integración, para lo cual tendremos en cuenta varias directrices.

En primer lugar hablaremos del análisis del contexto, es necesario para que la organización sea consciente de la situación inicial, de este modo es posible la identificación y análisis de la situación y características actuales como:
  • Los conocimientos y experiencias con las que cuenta la organización para realizar el proceso de integración.
  • Las exigencias y expectativas de clientes y partes interesadas vinculadas a las áreas de gestión que se van a integrar.
  • Si existe o no sistemas encaminados a la satisfacción de estas necesidades.
  • Los posibles riesgos que pueden sufrir durante el proceso de integración.
Gracias al análisis del contexto, las organizaciones podrán seleccionar el modo más adecuado para la implantación de un sistema integrado y el nivel que alcanzara dicho sistema.

Para realizar el análisis del contexto es necesario que las organizaciones reflexionen y evalúen:

La madurez con la que cuenta la organización en la gestión por procesos, en este caso las organizaciones debe identificarse con uno de estos niveles:
  • Nivel mínimo: Cuando no existe un enfoque a procesos o simplemente este se encuentre limitado a ciertos procesos.
  • Nivel máximo: En este caso la organización cuenta con procesos definidos, acompañados de la documentación pertinente, los responsables de estos procesos también están debidamente establecidos, así como los indicadores.
La complejidad de los requerimientos de los clientes y otras partes interesadas como proveedores, accionistas, etc. Dependerá en función del número, grado de necesidad, dependencia, etc.

El alcance del sistema de gestión que se desee implantar o que ya estén implantados. Esto dependerá siempre de:
  • El numero de sedes de la organización.
  • Los productos o servicios prestados.
  • El abastecimiento o subcontratación.
  • El tipo de áreas a gestionar (calidad, medio ambiente y seguridad y salud en el trabajo).
  • Los procesos desarrollados.
El riesgo vinculado al proceso de implantación del sistema de gestión integrado que dependerá del:
  • Volumen y nivel de exigencia de la legislación.
  • Impacto derivado del incumplimiento de la legislación.
  • Grado de implicación del personal de la organización.
  • Recursos y capacidades organizativas.
Una vez realizado la evaluación de los parámetros, se debería desarrollar un análisis DAFO, es decir, analizar las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades de la organización antes de realizar la planificación de las actividades del Plan de Integración. Este ejercicio, en lo posible, debe involucrar los diferentes niveles de la organización y termina con el diseño de las estrategias para la aplicación del DAFO.