Pensar en gestión de calidad es pensar en ISO 9001. Muchas organizaciones están preocupadas por la calidad y no es de extrañar.
Hoy en día, es casi imprescindible demostrar un certificado de calidad ya sea en los procesos de nuestra organización o en el producto si deseamos exportar a otro país.
Es más, incluso a la hora de elegir un producto de las mismas características, elegiremos aquel que esté certificado a otro que no.
Además de los motivos anteriores, existen otros muchos para plantearse una certificación en ISO 9001:2015. Esta certificación implica que las organizaciones incorporen principios de calidad en sus procesos, productos y servicios. Esto puede llegar a ser complejo, por lo que es común cometer errores en gestión de calidad en las primeras fases de implementación de un SGC. Por este motivo, es necesario que los profesionales del sector sepan cómo afrontarlos y aplicar las correcciones necesarias.
Una buena ayuda para tratar estos errores lo antes posible es establecer una cultura empresarial enfocada en la mejora continua del sistema. También, es preciso mencionar que muchos de los errores de un SGC son repetitivos, lo que quiere decir que, aquellos profesionales de la gestión de calidad que hayan vivido situaciones similares, sabrán cómo resolver las dificultades con las que se encuentran.
A continuación, pasamos a describir algunos de los errores más comunes entre los profesionales en gestión de calidad.
Es importante conocer los errores más frecuentes en gestión de calidad para no repetirlos
Los errores más comunes
Usar los mismos procedimientos que otras organizaciones
Cada empresa es un mundo completamente diferente, por eso, pensar que la adaptación de procesos de una empresa a otra funcionará sin haber analizado el contexto si quiera es un grave error. No importa que una empresa sea del mismo sector que otra, el contexto podría ser completamente diferente, por lo que los procesos podrían cambiar en gran medida.
No ser partícipe del proceso de implementación
Contar con un consultor externo que nos ayude a la hora de implementar un SGC puede ser de gran ayuda. Sin embargo, dejar que el consultor realice esta tarea exclusivamente y que el personal, en especial la Alta Dirección no se implique, es un grave error. Esto se debe a que contar con un SGC implica un mantenimiento buscando siempre la mejora continua. El consultor externo se desvincula del proyecto una vez implementado el SGC, por lo que si no se conocen las labores de gestión de calidad nuestro sistema no será viable.
Falta de documentación
La mejora continua es fundamental en un SGC. Uno de los métodos que se utilizan para conseguirla es seguir el ciclo PHVA (Planificar, Hacer, Verificar, Actuar). Si durante estas fases se encuentra algo que debamos mejorar, o incluso una no conformidad, es necesario documentarla para contar con la información necesaria a la hora de aplicar las acciones correctivas necesarias.
Opinión clientes en gestión de calidad
Un SGC tiene como objetivo certificar la calidad de procesos, servicios y productos de una organización. Por este motivo la opinión del cliente es algo fundamental. Sin embargo, es un grave error adaptar las sugerencias que los clientes aportan sin haberlas estudiado antes. El proceso correcto implica que se analice tanto la recurrencia de la sugerencia o reclamación como la importancia de las mismas y actuar en función de los resultados.
Periodicidad de las auditorías
En general, las auditorías internas se realizan anualmente para comprobar el estado del Sistema de Gestión. Sin embargo, una empresa que acaba de implementar el Sistema es más propensa a cometer errores en las labores de gestión de calidad, por lo que sería un error no auditar el sistema más frecuentemente para encontrar fallas y corregirlas los antes posible.
Seguimiento recomendaciones de un auditor interno
El auditor externo es un completo profesional en cuanto a Sistemas de Gestión. En este caso, en los de calidad. Sus recomendaciones y directrices evidentemente son valiosas y pueden ayudarnos a mejorar nuestro sistema. Sin embargo, no debemos olvidar que es un auditor externo, por lo que no conocerá personalmente las particularidades del SGC y no podrá guiar de forma tan efectiva como el propio personal de la empresa. Esto quiere decir que, a pesar de la valiosa información que ofrecerá en sus informes, no debemos seguirla punto por punto sin analizar su efectividad en nuestro sistema.
Tomado de: https://www.nueva-iso-9001-2015.com