sábado, 9 de diciembre de 2017

GESTIÓN DE LA EXCELENCIA: LOS OCHO PRINCIPIOS BÁSICOS

Algunos de los principios de la gestión de la excelencia son lograr resultados equilibrados, gestionar por procesos o favorecer la creatividad y la innovación.
La Gestión de la Excelencia en una empresa, como ya hemos visto anteriormente en el artículo “¿Qué es un Sistema de Gestión de la Excelencia”, se basa en una filosofía de gestión cuyo campo de actuación es global y completo y cuya finalidad va a centrarse en el éxito a largo plazo de la organización mediante la satisfacción equilibrada y continua de las necesidades y expectativas de todos los Grupos de Interés de la empresa.

De forma más simple, hablamos de que la dirección y las gestiones que se realizan en una organización deben ser comprendidas y se debe actuar de tal manera que se pueda satisfacer a todos los Grupos de Interés, es decir a los clientes, empleados, proveedores, sociedad, etc., teniendo en cuenta la realidad dinámica y cambiante de las necesidades de nuestros clientes.

Es decir, la empresa ya conoce y controla toda su organización interna, sus procesos de producción, la calidad de sus productos o servicios, etc., y ahora fija su vista en toda la sociedad que le rodea. Deja de pensar que esta sola, para darse cuenta que forma parte de una sociedad. Ahora debe comprender que su actuación no sólo se centra en crear un producto u ofrecer un servicio, sino que debe vigilar y cuidar una serie de pasos, desde el uso de materia prima a la eliminación final del producto fabricado al final de su vida útil.

Después de que tenemos clara la base sobre la que nos sustentamos, ya podemos pensar en la Excelencia como el modo sobresaliente de gestionar la Organización y obtener resultados y, para ello, vamos a emplear ocho principios conocidos como los “Conceptos Fundamentales de la Excelencia”.

Los ocho principios básicos de la gestión de la excelencia.
La Gestión de la Excelencia no es un simple sello que lucir, sino que se define como una estrategia que se sustenta en ocho principios claves.
 Dichos conceptos son los siguientes:
  1. Lograr resultados equilibrados: como ya hemos visto la Excelencia depende del equilibrio y la satisfacción de las necesidades de todos los Grupos de Interés relevantes para la Organización.
  2. Añadir valor para los clientes: una organización que ha implantado adecuadamente la Excelencia conoce y comprende en profundidad a sus clientes respondiendo a las necesidades y expectativas que tienen en cada momento.
  3. Liderar con visión, inspiración e integridad: como ya vimos en anteriores post, el comportamiento y carácter dinámico de los líderes permite que puedan ejercer la capacidad de adaptar, de reaccionar y de ganarse el compromiso de todos los empleados con el fin de implicarlos positivamente en la empresa.
  4. Gestionar por procesos: debemos ver la empresa como un conjunto de procesos claros e integrados entre sí, que hace posible y garantiza la implantación sistemática de las Políticas, Estrategias, Objetivos y Planes de la Organización.
  5. Alcanzar el éxito mediante las personas: el potencial de cada una de las personas de la Organización crece al existir valores compartidos y una motivación que genera un crecimiento personal en todos los ámbitos que permite que se desarrolle una cultura de confianza y asunción de responsabilidades.
  6. Favorecer la creatividad y la innovación: se debe gestionar la empresa teniendo en mente las premisas de aprendizaje, innovación y mejora continua.
  7. Desarrollar alianzas: la Organización trabaja de un modo más efectivo cuando establece con sus partners unas relaciones mutuamente basadas en confianza, compartir conocimientos e integración.
  8. Asumir la responsabilidad de un futuro sostenible: el mejor modo de servir a los intereses a largo plazo de la organización y las personas que lo integran es adoptar un enfoque ético, superando las expectativas y la normativa de la comunidad en su conjunto.
IDEA CONSULTORES & ASESORES S.A.S. puede ayudarle en el proceso de transición o en la implementación, control, medición, mejora y todos los temas de su Sistema de Gestión (ISO 9001:2015, ISO 14001:2015, OHSAS 18001 (ISO 45001), ISO 31000 y otras normas). Coctáctenos, uno de nuestros profesionales lo visitará.

Tomado de: https://www.sbqconsultores.es

LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO EN LA NORMA ISO 9001:2015

En este apartado de la Norma se ven reflejados muchos de los cambios que la versión del 2015 ha introducido, como son las partes interesadas y los riesgos y oportunidades.
Ya hemos visto en anteriores artículos algunos de los puntos que estructuran y dan forma a la Norma ISO 9001:2015 en referencia a la anterior versión del 2008, como “Los riesgos y las oportunidades en la ISO 9001:2015”, “El contexto en la Norma ISO 9001:2015” y “El liderazgo en la Norma ISO 9001:2015”.

Sin embargo, ahora voy a hablar de otro apartado de la Norma donde vamos a poder ver reflejados todos los cambios introducidos con la nueva versión, como son las partes interesadas y el estudio de sus necesidades y expectativas o la evaluación de los riesgos y oportunidades.

La importancia del seguimiento y medición en la Norma ISO 9001:2015.
La capacidad de ofrecer información de valor que permita evaluar la eficacia de las acciones emprendidas y mejorar es clave para asegurar la fortaleza de la Norma ISO 9001:2015.
 Debemos adentrarnos en este punto teniendo presente que la fortaleza de un sistema de gestión de calidad radica en su capacidad de ofrecer información de valor que permita evaluar su eficacia y asiente las bases para mejorar. Para ello, realizar una sistematización del seguimiento y medición de los procesos se convierte en una herramienta clave para alcanzar la eficacia y eficiencia de un sistema de gestión de la calidad.

En este marco es en el que se incluye este capítulo 9. y en concreto el punto 9.1., “Seguimiento, medición, análisis y evaluación” que nos indica que, como mínimo, las actividades sobre las que la empresa debe realizar un seguimiento y medición son las que la norma a lo largo del documento ha ido indicando como son la satisfacción del cliente o los objetivos de calidad.

Además, se debe determinar cuándo se realiza el seguimiento y la periodicidad en la que van a analizarse los resultados para extraer conclusiones y acciones que contribuyan a la mejora.

La satisfacción del cliente no sufre modificaciones.

Sobre la satisfacción del cliente no presenta modificaciones respecto a lo que ya veníamos observando en la norma desde la versión del año 2000. A modo de ayuda a la comprensión de este punto se incluye en la Norma una nota aclaratoria con algunos ejemplos de seguimiento de la satisfacción del cliente como las reuniones por parte de la empresa con ellos, el análisis de la cuota de mercado, las garantías utilizadas o la retroalimentación del cliente.

Al fin y al cabo, la satisfacción del cliente no solamente se percibe a través de las encuestas sino que la fidelidad o las felicitaciones nos aportan informaciones relevantes para poder evaluarla, aportando una mayor amplitud de datos que podemos utilizar para evaluar si estamos cumpliendo con sus expectativas y si están satisfechos con el producto y/o servicio ofrecido.

Dos herramientas clave: Auditoría Interna y Revisión por la Dirección.

Por último, en los apartado 9.2., “Auditorías Internas” y 9.3., “Revisión por la dirección”, nos adentramos en las dos herramientas de análisis más potentes del sistema de gestión de la calidad y las que nos aportan un mayor nivel de información sobre las situaciones de mejora, entre otros aspectos.

Con relación a las Auditorías Internas la revisión no aporta novedades, realizando solamente una redacción más clara y concisa que transmite mejor los pasos a realizar y la importancia, al fin y al cabo, de realizarlas de acuerdo a los requisitos mínimos indicados en la norma.

Por otro lado, en la “Revisión por la dirección” tendremos nuevas entradas que deben ser revisadas por la alta dirección y que amplían las entradas a tener en cuenta en las que se indican a continuación:
  1. el estado de las acciones establecidas en las revisiones por la dirección anteriores;
  2. la revisión de los posibles cambios en las cuestiones externas e internas;
  3. la información sobre el desempeño y la eficacia del sistema, incluyendo:
  • la satisfacción del cliente y la retroalimentación de las partes interesadas;
  • los objetivos de calidad y el grado en el que han sido alcanzados;
  • la conformidad de los productos y/o servicios
  • el desempeño de los procesos
  • las no conformidad detectadas y la eficacia de las acciones correctivas llevadas a cabo
  • los datos extraídos en el seguimiento y medición
  • las auditorías previas
  • la evaluación de los proveedores
   4. los recursos empleados han sido adecuados;
   5. el análisis de las acciones establecidas en relación con los riesgos y las         oportunidades.
   6. las oportunidades de mejora detectadas.


Con todos estos datos, la revisión de la dirección establecerá las nuevas oportunidades de mejora que han de ser tenidas en cuenta y las acciones a realizar, los recursos necesarios para el futuro por parte de la organización y los cambios que son necesarios realizar en el sistema de gestión de la calidad para que siga siendo eficaz.

De esta forma, este documento se convertirá en el reflejo de la alineación de los planes estratégicos de la organización con el sistema de gestión de la calidad y demostrará la implicación de la alta dirección en el sistema, en el logro de los resultados esperados  y en la mejora continua.

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Tomado de: http://www.sbqconsultores.es/

EL CONTEXTO Y LA PLANIFICACIÓN EN LA NORMA ISO 14001:2015

Junto con las partes interesadas o la gestión de riesgos, el contexto es uno de los requisitos novedosos introducidos con la revisión de la Norma ISO 14001, sin olvidar los matices incluidos en el capítulo de planificación operacional.
En anteriores artículos ya he hablado de otras novedades que la versión 2015 de la Norma ISO 14001 ha introducido en el universo del sistema de gestión ambiental como son las partes interesadas, el papel del liderazgo, los objetivos ambientales o la comunicación, tanto interna como externa.

Sin embargo, ahora le llega el turno a otros dos requisitos que adquieren relevancia o se matizan, en el caso de uno de ellos, en la norma ISO 14001:2015: la comprensión del contexto y la planificación operacional. Para ello voy a tomar como referencia la publicación “ISO 14001:2015. Los ejes de la revisión”.

Un nuevo requisito en la Norma ISO 14001:2015: la comprensión del contexto.
Dentro de la Norma ISO 14001:2015 la identificación de los elementos externo e internos que forman el contexto, así como los matices incluidos en la planificación operacional, son esenciales para garantizar la eficacia de las acciones emprendidas.
 En el apartado 4.1., “Comprensión de la organización y de su contexto”, la revisión de la norma indica que la empresa debe determinar de una forma más exhaustiva y detallada el contexto de la organización, es decir, hay que dibujar todo el escenario donde las empresas se sitúan teniendo en cuenta todos aquellos aspectos externos e internos que la afectan de forma directa o indirecta, positiva o negativamente, para alcanzar los resultados y objetivos planificados.

De esta forma, ya no sólo es importante la gestión interna sino que hay que fijar la vista en el exterior ya que todas estas situaciones que suceden fuera de la empresa afectan a la consecución de los resultados, a la realización de procesos y a la labor de alcanzar las metas que se ha marcado.

Algunos ejemplos que se pueden tener en cuenta para definir el contexto pueden ser:
  • las condiciones ambientales relacionadas con la biodiversidad;
  • el uso del suelo o la contaminación existente;
  • el contexto cultural;
  • la legislación aplicable;
  • el entorno competitivo;
  • el marco financiero;
  • etc.

Dentro del contexto interno se pueden valorar las actividades realizadas, el conocimiento disponible, la dirección estratégica, la cultura y las personas.

A la hora de definir el contexto no debemos dejarnos llevar y no dedicar la atención que este aspecto requiere ya que disponer de una imagen completa, llena de matices, con información objetiva y actualizada es clave para establecer, implementar, mantener y mejorar el sistema de gestión ambiental implantado.

Algunos ejemplos aplicados a situaciones reales del contexto serían:
  • recalificación de terrenos colindantes.
  • desvíos de cauces de ríos.
  • medidas para establecer los parámetros de emisiones a la atmósfera.
  • reacondicionamiento de las instalaciones de la organización.
  • aumentos o despidos en la plantilla de la empresa.

Los matices de la planificación y el control operacional.

En relación con la planificación y el control operacional la revisión de la norma no ha introducido grandes novedades respecto a la versión del 2004, más allá de algunos matices.

De esta forma, la organización debe definir las pautas de control operacional que considere necesarias para cada proceso, no perdiendo de vista en ningún momento todos aquellos criterios que se han establecido para garantizar un buen desempeño ambiental.

Partiendo de este punto, debe asegurarse de que las operaciones y procesos asociados se realizan de forma controlada para alcanzar los objetivos ambientales, gestionar los aspectos ambientales significativos y los riesgos asociados con amenazas y oportunidades, y cumplir con los objetivos marcados dentro de la política ambiental.

Todo ello sin olvidar la necesidad de controlar los cambios planificados y, cuando no es posible preverlos, examinar sus consecuencias ya que la gestión del cambio eficaz se convierte, en este punto y a lo largo de todo el documento, en una de las bases para garantizar que se alcancen los resultados previstos de forma continuada en el tiempo.

No debemos olvidar aquellos procesos subcontratados que afectan en su capacidad de desempeño ambiental y que, por lo tanto, deben estar controlados o, por lo menos, la empresa deberá influir en ellos.

La gran novedad en este apartado se encuentra en la inclusión del enfoque de ciclo de vida que aporta relevancia a la necesidad de que los objetivos de desempeño ambiental no se limiten a un solo aspecto o proceso que realiza la empresa, sino que abarquen toda la vida del producto, desde su creación a su destrucción, pasando por su uso, es decir, el ciclo de vida, desde que nace hasta que muere.

De esta forma y para concluir, la empresa determinará aquellos requisitos ambientales indispensables para la compra de productos y/o servicios, comunicándoselos a los correspondientes proveedores externos, incluyendo los subcontratistas y potenciando así que estas partes interesadas se impliquen de forma activa en el sistema de gestión ambiental y en el desempeño ambiental eficaz, así como en el logro de los resultados previstos.

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Tomado de: https://www.sbqconsultores.es/