sábado, 24 de abril de 2021

¿CÓMO HACER PARA QUE NO TE ROBEN TU IDEA DE NEGOCIO?

¿Crees que tienes la idea del siglo? ¿Te da miedo compartirla con los demás porque piensas que te la pueden copiar? ¿Estás buscando alguna forma de proteger tu idea para que no te la roben? 

Has llegado al artículo adecuado. Vamos a reflexionar juntos sobre el miedo a que copien tu negocio y los pasos que deberías seguir.

Un miedo muy extendido
Como consultor para emprendedores, trabajo a diario con personas que tienen una idea de negocio, que están muy ilusionadas con el proyecto, y que en muchas ocasiones tienen algunos reparos en compartir información conmigo. Sucede particularmente cuando se trata de una idea de negocio original e innovadora. Creo que ocurre lo siguiente:

El emprendedor tiene una “revelación” acerca de una posible idea de negocio.
Tras unas primeras averiguaciones, se convence de que su idea tiene potencial.
Se ilusiona con la idea, y decide ponerla en marcha, pensando que va a ser muy rentable.
Ya convencido de que tiene una buena idea en manos, le entra el miedo de que alguien la descubra y se le adelante, arrebatándole los beneficios esperados.

¿Te suena de algo? Si estás leyendo este artículo, es muy posible que hayas pasado por un proceso muy similar al que estoy describiendo.

Este miedo lo he visto muchas veces en compañeros emprendedores, o en clientes míos. Y les suelo tranquilizar explicándoles lo mismo que haré a continuación en el artículo. Sin embargo, el miedo es una emoción, y por mucho que apele a la razón, en algunos casos ciertas personas lo siguen arrastrando pese a todos mis argumentos.

¿Se puede evitar que te roben la idea?
A diferencia de un producto o un programa informático, una idea de negocio no se puede patentar. Algo, que, por otro lado, tiene bastante sentido. Una idea es un concepto muy general. No puedes restringir los derechos de “vender cosas por Internet” o “montar un local de comida rápida” a la primera persona a quien se le haya ocurrido. Así que, olvídate de patentes, salvo que hayas diseñado algo muy específico que se pueda proteger legalmente.

Con los profesionales con quien trabajes, quiero decir, asesores como yo, puedes firmar acuerdos de confidencialidad. Lo cierto es que suelo hacerlo con mis clientes, pero al mismo tiempo les digo la realidad: no tengo ninguna intención de montar por mi cuenta ninguno de los negocios que me presentan porque no me interesa. Mi objetivo es ayudarles a poner todas las opciones de su lado para que funcione, no copiarlos.

Y una vez que hayas iniciado tu proyecto, una vez que esté en el mercado, no puedes evitar que otros emprendedores se inspiren de tu idea y lancen proyectos competidores. Pero, curiosamente, eso último no suele preocupar mucho a los promotores. De alguna manera, piensan que si son los primeros a desarrollar la idea, tendrán la ventaja suficiente para triunfar antes de la competencia.

¿Qué les digo a mis clientes y a cualquier emprendedor que muestra este miedo?
Suelo empezar explicando que una idea no vale nada. Sí, lo has leído bien. Esa idea tan chula a la que le tienes tanto cariño, esa idea que piensas que puede hacerte millonario, no vale nada. No digo que no sea buena, no digo que pueda tener potencial. Pero por sí sola no vale absolutamente nada. Porque lo que realmente importa es la implementación, y esa última depende totalmente del equipo promotor.

¿Sigues por aquí? Bien, continuemos. Otra cosa muy importante que tienes que saber es que ser el primero en lanzar un nuevo concepto de negocio es una ventaja muy relativa. Es cierto que en algunos casos las empresas pioneras han tenido mucho éxito, pero yo me atrevería a afirmar que es bastante más habitual que triunfen empresas que han llegado después, con una versión mejorada de la misma idea. Airbnb no fue la primera plataforma que propuso alquiler de habitaciones entre particulares, pero fue la que consiguió desarrollar el mercado. De las que intentaron hacer lo mismo antes, no se sabe casi nada porque no tuvieron éxito, pero no significa que no lo hayan intentado.

¿Entonces? ¿Qué puedes hacer?
Un ejercicio de honestidad y humildad
Empieza por hacerte las preguntas correctas. No sigas obsesionado con la idea, más bien pregúntate si tú eres la persona más adecuada para llevarla a cabo. Y tienes que ser muy honesto contigo mismo, reconozco que no es fácil. Quizás sea más sencillo analizarlo si empiezas por imaginar cual sería el perfil ideal para llevar a cabo la idea de negocio.

Déjame poner un ejemplo. Imagina que tu idea consiste en crear una plataforma online con un servicio equis destinado a los particulares. Tras analizar la idea te das cuenta que lo más estratégico será el diseño funcional del portal y el posicionamiento web del mismo. De allí que una persona experta en desarrollo web y en seo probablemente sería la más adecuada para llevar el proyecto. No solo ahorraría mucho dinero al evitarse contratar a profesionales externos, sino que tendría más flexibilidad y tomaría mejores decisiones al entender tanto el propósito de la plataforma como los aspectos técnicos.

No digo que tengas que tener el perfil perfecto para emprender tu idea, pero sí que tienes que ser consciente de que cuanto más alejado sea tu perfil de los requisitos del negocio, menos probable es que tengas éxito.

La realidad sobre riesgo e innovación
Otro aspecto fundamental  es que aceptes una gran verdad. Los negocios más innovadores y originales son los que tienen un mayor porcentaje de fracaso. Tu idea puede ser genial, pero por un motivo u otro, la gente no quiere comprarla. Porque no es fácil convencer al cliente de que cambie sus costumbres. Si montas un enésimo bar o restaurante, quizás no sea muy original, pero con tomar algunas buenas decisiones y hacerlo bien prácticamente te aseguras el éxito. Si lo que propones es rompedor, es otra cosa.

Además, tienes que entender que si parece que nadie ha pensado antes que tú en esa idea de negocio puede ser porque no hay mercado. Quizás otros lo hayan intentado sin éxito, y no sabes de ellos precisamente porque no han tenido éxito.

Enfocado al éxito
Ahora seamos un poco más optimistas. Pensemos en la posibilidad de que tu proyecto triunfe. El éxito es lo que atrae a las copias. Dicho de otra manera, si en algún momento empiezan a “robarte la idea” es buena señal, significa que hay negocio. Por eso tienes que centrarte en tu proyecto, hacerlo lo mejor que puedas, y olvidarte de aquel miedo. Si lanzas tu negocio y funciona, entonces tendrás que seguir innovando para seguir consiguiendo éxitos. Y tendrás que luchar con otras empresas, porque competir y emprender siempre van de la mano.

No tengas miedo a compartir tu idea. Cuanto más información tengas de otras personas, mejor para tu idea. Puedes usar esa información para reforzar tu proyecto. Mientras tu idea no se haya convertido en ingresos de efectivo, no te preocupes por los ladrones de ideas. Ellos no copian conceptos que no han demostrado nada. Ya, una vez tengas éxito, por supuesto tendrás que tener una prudencia razonable respecto a algunos aspectos claves de tu negocio, pero ya es otra historia.

Olvídate de paranoias. Puede que tengas una idea muy buena, pero lo cierto es que es tan difícil lograr triunfar con una idea muy innovadora que nadie te va a copiar, y si lo hacen, reza para que tengan éxito porque entonces tú también lo podrás conseguir. El reto no es tener que competir, sino conseguir vender a un número suficiente de clientes para que tu negocio sea rentable. No te equivoques de pelea. Hazlo lo mejor que puedas.

Tomado de: https://crearmiempresa.es/

EL MÉTODO JAPONÉS QUE AGILIZARÁ TU NEGOCIO

Pero afortunadamente existen metodologías que nos permiten aplicar formas ágiles e inteligentes de organizarnos. 

Una de ellas es la metodología Kanban, una palabra japonesa que significa “cartel”, y consiste en visualizar los flujos de trabajo de una tarea a través de la utilización de recursos gráficos en una estrategia de mejora constante de procesos.

Luego, ¿cómo funciona la metodología y qué la hace tan efectiva?

Kanban: organización del flujo de trabajo

El método Kanban fue originalmente enunciado por David J. Anderson, ingeniero de Microsoft, como aproximación a un proceso exponencial y evolutivo para las empresas.

Inspirado en la metodología de trabajo de la compañía de autos Toyota, es una forma de organizar el desorden que rodea a muchos equipos que necesitan priorizar lo importante y conocer el flujo de trabajo y el WIP (work in progress) tolerable con el fin de proporcionar al cliente un mejor servicio final.

Tiene una serie de principios básicos concebidos para evitar dos grandes problemas de las startups:

- Procrastinación: muchas startups tienen grandes ideas, grandes proyectos, grandes propuestas, pero no consiguen aterrizar ninguna porque o bien se empiezan pero no se llevan hasta el final, o se abandonan por el camino por irrealizables. Kanban reduce la procrastinación porque asigna un tiempo a cada tarea con el fin de eliminar la dispersión.

- Organización: otro gran problema de las empresas de nueva fundación es que todos quieren hacer muchas cosas, sin centrarse en sus áreas. A veces no queda otro remedio, pero es mejor que cada uno sepa exactamente qué es lo que tiene que hacer y tenga clara su dedicación.

Los 9 principios de la metodología Kanban

Lo mejor del método Kanban es su sencillez y su escalabilidad. Cualquier empresa puede beneficiarse de su utilización. Se resume en 9 sencillos principios que son los siguientes:

1. Empieza con lo que haces ahora mismo

No hay una forma concreta de ejecutar el método. Si ya posees un flujo de trabajo determinado, puedes adaptarlo a Kanban. Los cambios no son radicales desde el inicio.

2. Persigue el cambio evolutivo y exponencial

Kanban está diseñado para evitar roces con tu flujo de trabajo actual. Los cambios radicales se desaconsejan por el hecho de que pueden provocar que pierdas el sentido de lo que haces. En cambio, se centra en hacer pequeños cambios, más que en reinventar la rueda.

3. Respeta los procesos actuales, roles y responsabilidades

Tu modelo actual de trabajo puede no ser del todo malo, y eso es lo mejor de Kanban, que reconoce las ventajas de tu modelo y trata de mejorarlas evolutivamente. Es tu misión detectar qué se puede mejorar en cada fase del desarrollo del producto.

4. Fomenta el liderazgo a todos los niveles

La definición de liderazgo ha cambiado mucho en los últimos años. Kanban empodera hasta a la persona que hace una pasantía. No necesitas ser el CEO para aplicarlo. Cada miembro de tu equipo debe tener una mentalidad de mejora continua, tratando cada día de hacerlo mejor y más rápido.

5. Visualiza el workflow

Es fundamental que puedas percibir el flujo de trabajo que tienes delante.

Si eres capaz de ver todo lo que hay por delante, puedes definirlo, y por tanto acotarlo. La forma obvia es utilizar un panel con columnas de tu proceso. No todos los procesos son iguales, así que no todas las columnas tienen por qué parecerse. Define tu proceso con tus stakeholders para tratar de que el Kanban te ayude al máximo. Utiliza post-its, rotulador o software, no hay una norma escrita.

6. Limita el WIP al máximo posible

Seamos sinceros, no es mejor trabajador el que más cosas empieza, sino el que más termina en mejor estado.

No importa que seamos capaces de ponernos con veinte proyectos a la vez si solo sale uno en tiempo y forma. Calcula cuál es el WIP tolerable por tu equipo con un estándar de calidad. Igual al principio es un único proyecto, pero con la mejora de procesos y de calidad puede que cada día seas capaz de sacar más adelante.

7. Gestiona el ciclo y evalúa

Una vez finalizado el primer ciclo Kanban, deberías hacerte preguntas. ¿Todo fluye bien? ¿Hay algún punto en el que nos hemos quedado atorados? No temas cambiar partes del proceso si ayudan.

8. Las políticas del proceso deben ser explícitas

Todos deben conocer a la perfección el proceso y todos deben entenderlo. Si hay un solo miembro del equipo que no comprende alguna parte del proceso, o dicha parte es demasiado compleja, explícaselo o cámbiala. Todos deben saber la misma lengua.

9. Mejora colaborativamente utilizando modelos y el método científico

Comparte tu modelo Kanban con colegas de oficio, personas de confianza u otros profesionales que no sean tu competencia. Discute con ellos. Mide siempre, desde el número de proyectos que salen, la calidad objetiva en cuanto a satisfacción del cliente, y no temas cambiar algo si consideras que puede funcionar. El feedback y la mejora continua es la piedra angular del Kanban, así que no dudes en preguntar y en cambiar.

Tomado de: https://es.weforum.org/