Anticiparse a posibles amenazas es una excelente forma de poder actuar rápido en caso de crisis para tomar las medidas adecuadas. Una empresa puede enfrentarse a todo tipo de problemas.
En este artículo, vamos a ver como preparar el negocio para una crisis, sea cual sea. En tiempos de incertidumbre económica y de alta inflación, me parece un aspecto importante de la gestión empresarial. Pero una crisis no necesariamente viene de fuera, como veremos a continuación.
¿Qué es una crisis empresarial?
Se podría definir una crisis como un evento inesperado, generalmente inevitable, que afecta de manera significativa la actividad de la empresa, hasta el punto de poder representar un riesgo significativo para su viabilidad. En otras ocasiones, puede ser un evento que impacte directamente la reputación y la imagen de marca de la compañía, con un potencial daño a su buena marcha económica si no se gestiona adecuadamente.
Ejemplos de crisis que pueden representar un riesgo para una empresa
- La coyuntura macroeconómica. En caso de crisis económica generalizada, suelen coincidir varios factores muy peligrosos para la viabilidad de un negocio. Me refiero a bajadas de facturación, impagos de clientes con líneas de crédito, o restricciones sobre la financiación, entre otras cosas.
- Un problema de reputación. Un error de comunicación, haber gestionado mal la relación con un cliente, un antiguo empleado haciendo declaraciones dañinas, o cualquier otro evento que pueda influir en la imagen de marca de la empresa.
- Cambios normativos o fiscales que tengan un impacto negativo muy significativo en la buena marcha del negocio.
- Un fallo técnico, como por ejemplo haber fabricado productos defectuosos, o sufrido una brecha de datos confidenciales.
- La aparición de nueva competencia, que sea capaz de captar una proporción alta de los clientes de la empresa en poco tiempo.
- Que un empleado estratégico se vaya de la empresa.
¿Cómo preparar una empresa o un negocio para una crisis?
Etapa 1: identifica los principales riesgos y amenazas
Si quieres estar preparado para los eventos que podrían dañar tu empresa, lo primero es saber qué tipo de acontecimiento podría afectar tu negocio. Obviamente, no se puede anticipar todo. Por ejemplo, era bastante difícil imaginar hace unos años que podía suceder algo como la pandemia y los confinamientos. Pero eventos como una crisis económica, la aparición de un nuevo competidor fuerte, o la salida de un trabajador clave son mucho más predecibles y probables.
No se trata de identificar todo lo que podría salir mal, sino de tener una idea de los principales riesgos y amenazas, con sus impactos sobre tu negocio.
Etapa 2: diseña un plan de contingencia
¿Qué harías en caso de que tus ventas bajasen un 20% por culpa de una crisis económica? ¿O si tu cliente principal que te paga a crédito tuviera dificultades financieras y te hiciera un impago?
En el primer caso, probablemente reducirías estructura en tu empresa, bajando costes y quizás dejando ir a una parte de la plantilla. En la segunda situación, si no lo puedes evitar, podría ser muy grave para tu empresa, incluso provocar una quiebra.
Por eso, tu plan de contingencia no se puede limitar a las medidas que tomarías una vez que se pueda producir la crisis. Tienes que anticipar algunos problemas y ponerles remedios. Por ejemplo, si ves que la línea de crédito de tu cliente principal es muy grande, puedes contratar un seguro, o intentar reducir las condiciones de pago a cambio de un descuento comercial, entre otras medidas. También puedes reducir gastos antes de que haya una crisis, para disponer de más margen en caso de bajada de facturación en el futuro.
Etapa 3: mantente atento de la actualidad
Un empresario tiene que seguir un mínimo las noticias que pueden afectar su negocio. Así te enterarás de la aparición de un competidor que pueda ser una amenaza seria, o del riesgo de recesión económica.
Se suele decir que la información es poder, pero va más allá. También importa mucho la velocidad en la que se toman las acciones. Si estás al tanto de lo que está sucediendo, podrás tener una mejor visión de lo que podría pasar.
Pongo un ejemplo muy real. En una economía con una alta inflación que posiblemente sea de origen monetaria, se puede anticipar subidas de tipos de interés. A su vez, esas subidas muy probablemente provoquen una ralentización económica, sino directamente una recesión. Sabiéndolo, un empresario puede identificar mejor los riesgos concretos para su empresa, y adaptar su plan de contingencia.
Etapa 4: cuando suceda la crisis, actúa rápido
En algunas ocasiones he explicado en el blog que una de las grandes cualidades para un emprendedor es ser capaz de tomar decisiones. Quedarse paralizado y pensando en exceso en las distintas alternativas no suele funcionar. Es mejor actuar y rectificar pronto si fuera necesario.
Por ejemplo, en un artículo reciente hablaba de la inflación. Frente a una situación económica como esa, hay dos formas de proceder. No hacer nada, y esperar que las cosas se arreglen solas, o tomar medidas preventivas, para intentar minimizar el impacto. Obviamente, es mucho mejor ir tomando acción, porque si las cosas no van a más, consigues mejores beneficios, y si se complican, el impacto sobre tu negocio será menor.
La cuestión es no verse a tomar medidas obligado por la situación. Imaginando que te hayas anticipado a un escenario de bajada de ventas, idealmente ya sabrás qué costes puedes reducir, de qué empleado puedes prescindir, e incluso puede que hayas guardado un presupuesto para la posible indemnización. Si, al contrario, te esperas a verte obligado por las circunstancias, es posible que no seas tan objetivo a la hora de decidir quien se tiene que marchar, o que tengas que prescindir de más personas. Además, incluso podrías no disponer del dinero de las indemnizaciones, lo que complicaría aún más la situación.
Siempre hay que preparar tu empresa para una posible crisis
Las recesiones ocurren cada década, más o menos. Pero hay muchas más crisis que pueden afectar tu negocio. En un mundo donde las disrupciones tecnológicas y los cambios de modelos de negocio son cada vez más frecuentes, es fundamental estar preparado para cualquier cosa.
No te esperes, prepara tu negocio para las crisis que puedan surgir.
Tomado de: https://crearmiempresa.es/