La transformación digital, es un proceso complejo que implica algo más que la adopción de tecnologías.
En el entorno actual, la mera adopción de gestores documentales en la nube no es suficiente para competir en igualdad de condiciones.
Para que la organización siga siendo competitiva y tenga oportunidad de ocupar un puesto en el mercado, necesitará un cambio completo que la lleve a ser más eficaz y eficiente, ocupar el mínimo tiempo posible en labores administrativas y de gestión y dedicar esos recursos a la creación de valor para los clientes.
Transformación digital. Más personas que tecnología
Finalmente, cualquier organización está compuesta de personas, que son las que determinan el carácter de la misma, interiorizan su cultura, ponen en práctica los valores y se desarrollan personal y profesionalmente alineadas hacía unos objetivos corporativos guiados por las líneas de acción marcadas.
Partiendo de esta base, si las personas no están comprometidas y convencidas de la utilidad de la transformación digital el proceso no terminará de completarse nunca.
Para que la organización pueda implementar una transformación digital completa será necesario comenzar con las personas, con la cultura y los valores de la organización que finalmente son los que marcan el comportamiento de quienes deben adoptar esta transformación en su día a día.
Cambio de mentalidad para la transformación digital.
En ocasiones, sobre todo cuando las personas que componen la organización llevan mucho tiempo trabajando en las mismas y pertenecen a grupos de edad maduros, encontramos gran cantidad de frenos ante un proceso de transformación digital.
Es normal si tenemos en cuenta que las personas, por naturaleza, suelen tener miedo al cambio, algo que se ve acrecentado cuanto mayor es la edad y menor su capacidad de adaptación.
El cambio debe ser paulatino y siempre contar con un objetivo claro, algo que comparten (o deberían compartir) todos los integrantes de la organización: aportar el máximo beneficio para el cliente.
El cliente final es lo único que comparten en muchas ocasiones todos los integrantes de la organización, es el motivo final de su trabajo y en el que que todos impactan en mayor o menor medida.
Si la cultura organizacional está bien definida y cuenta con el cliente como pilar central sobre la que se articulan el resto de componentes de la organización, contar con un objetivo claro enfocado en la maximización del valor transmitido, será mucho más sencillo que el proceso de transformación digital sea compartido por todos. Obviamente, para ello, el objetivo de la transformación digital también debe estar orientado a la mejora del valor percibido por el cliente.
Personas clave en la transformación digital
Las personas, a través del cambio en la cultura organizacional son la clave para que el camino sea más fácil, sin embargo no es el único que deberá afrontar la organización. Este cambio cultural debe partir de la alta dirección y ser transmitido con eficacia por todo el organigrama, para lo que será imprescindible contar con varias figuras clave:
Alta dirección:
Su compromiso con el cliente debe ser máximo y tener claro el objetivo final de todo el proceso. Es su obligación, poner la vista y el foco en el largo plazo y transmitirlo correctamente a los eslabones inferiores de la cadena.
Mandos intermedios:
Finalmente son quienes más capacidad de transmisión tienen hacia todas las personas de la organización, quienes más tiempo pasan con líderes de procesos y responsables. Son ellos quienes deberán conocer al detalle sus respectivas áreas y los procesos que las integran de forma que puedan liderar el cambio cultural, tecnológico y de reingeniería de procesos que implica la transformación digital.
Director de Transformación Digital:
Dentro de la figura de mandos intermedios deberá existir una figura clave, el responsable del proceso de transformación digital que será la cabeza visible que mantenga el foco puesto en los objetivos. Esta persona deberá ser quien, con ayuda, planifique, guíe, coordine y verifique que el proceso de transformación digital se está completando en plazo y bajo los estándares marcados.
Líderes de proceso:
Su papel es clave ya que son los mayores conocedores de los detalles menores de los procesos y las personas que se ven implicadas en ellos. Son quienes más control tienen sobre los recursos y en quienes deberá apoyarse la implementación de nuevas tecnologías.
Serán ellos quienes podrán aportar ideas en la reingeniería de procesos o acerca de las necesidades técnicas necesarias para alcanzar los objetivos.
Área de TI:
No todas las organizaciones cuentan con un área de Tecnologías de la Información preparada para el cambio debido al grado de especialización que será necesario en ciertas materias técnicas. Por este motivo suele ser necesario reforzar el área con personas jóvenes y altamente cualificadas que aporten conocimiento especializado y nuevas ideas.
El área de TI a menudo puede tener poco contacto con el resto de integrantes de la organización y esto es algo que debe cambiar también para que el proceso de transformación digital marche según lo planificado. Su implicación en cada proceso y la relación con las personas que los ejecutan debe ser estrecha para saber captar sus necesidades y traducirlas a la tecnología necesaria en base a los objetivos.
Tomado de: https://www.isotools.org/