miércoles, 27 de noviembre de 2019

TÉRMINOS DE LA ISO 22301: GESTIÓN DE LA CONTINUIDAD DEL NEGOCIO


El estándar ISO22301 facilita la sistematización de un Sistema de Gestión de la Continuidad del Negocio a las empresas con el objetivo de disminuir el riesgo para que las empresas no se paralicen por las amenazas.

La ISO-223021 nos proporciona una serie de pautas para el control, sistematización, adopción y mejora del sistema para atacar a las amenazas.

Los términos fundamentales de la norma ISO 22301 son:
  • MTPD: Periodo Máximo admisible de interrupción.
  • RPO: Límite mínimo para la continuidad del negocio. Es el nivel más bajo de productos o servicios fundamentales para fabricar una vez que se sigan con las actividades habituales de la organización.
  • SGCN: Sistema de Gestión de la Continuidad del Negocio. Este se va a encargar de mantener, planificar y mejorar la continuidad de dicho negocio.
  • MAO: Interrupción Máxima Aceptable. Es el tiempo máximo que la actividad puede estar parada. Si se supera dicho límite habrá un daño inadmisible.
  • Existencia del tiempo límite máximo para la restauración de los recursos, para la reparación y de la continuidad del negocio.
El contenido del estándar ISO-22301 es la siguiente:
  • Planificación.
  • Soporte.
  • Intervención, responsabilidad y compromiso de la alta dirección.
  • Conocimiento tanto de la organización como del entorno que les rodea.
  • Operatividad y funcionamiento.
  • Auditoria interna.
  • Desarrollo y evaluación del desempeño
  • Mejora continua.
La implantación de la ISO-22301 va a proporcionar a las organizaciones:
  • Definición especifica tanto de las responsabilidades como de las obligaciones a la alta dirección.
  • Importancia del conocimiento de los objetivos y del control de los mismos a través de unos métodos específicos.
  • Proyección eficiente de los recursos con la finalidad de obtener la certificación de la continuidad de la actividad.


Tomado de: https://www.isotools.org/

CÓMO ROMPER TU HÁBITO DE PROCRASTINACIÓN EN 21 DÍAS SIN USAR LA FUERZA DE VOLUNTAD

¿Procrastinas? ¿Hay momentos en los que aplazas las cosas que sabes que mejorarán tu vida y/o tu negocio?

Cuando hago esta pregunta en mis presentaciones y talleres en vivo, 80 por ciento de las manos en la audiencia se levantan. El resto, por supuesto, está esperando a contestar a la pregunta después. (Sí, sí, un pequeño chiste de procastinación).

Ahora, la mayor parte de la gente está de acuerdo en que procstinar los aleja de sus metas; pero es un hecho que la procastinación evitará que llegues a tus metas.

La pregunta lógica entonces es, ¿Cómo dejamos de procastinar? El problema con esa pregunta es que los humanos no somos lógicos. (Pregúntenle a Mr. Spock.)

La cuestión detrás de esta pregunta, entonces, es ¿cuáles son esos malos hábitos y cómo podemos cambiarlos? A finales de la década de los 90, un grupo de neurocientíficos del MIT descubrieron que los hábitos se forman en el cerebro, un proceso que Charles Duhigg, autor de El poder de los hábitos, llama “el ciclo del hábito”:

Primero: la entrada
El primer elemento del ciclo del hábito es la entrada, la pista. La entrada es lo que hace que un hábito pase. También podríamos llamarlo estímulo.

Por ejemplo, digamos que estás sentado en tu escritorio, y estás pensado en hacer esa “cosa” que ayudaría a que tu negocio creciera. Puedes estar pensando “Sabes, debería escribir ese artículo… o llamara a ese prospecto… o hacer ese Speech de ventas… o terminar ese video de entrenamiento.”

Así que ahí estás, pensando en hacer esa acción que realmente te ayudaría a ganar más dinero o a hacer crecer tu negocio.

Siguiente: la rutina
Después pasamos al siguiente elemento del ciclo, llamado rutina. Esto es lo que haces después de que el estímulo ocurre.

En este ejemplo, estás pensando si deberías hacer esa actividad que te ayudaría a ganar más dinero. Así que, ¿qué es exactamente lo primero que haces después de que tienes ese estímulo?

Aquí es donde la cosa se pone interesante. El cerebro humano es altamente eficiente. Esa es la buena noticia, sin embargo, también es una mala noticia, porque tu cerebro es tan eficiente que cuando encuentra una forma de hacer las cosas, no quiere cambiarla.

Lo que significa que cuando empiezas a hacer algo (formar un hábito) tu cerebro tiende a querer mantenerlo, incluso cuando tú, dueño de dicho cerebro, quieres hacer algo diferente.

Por ejemplo, de manera consciente sabes que procastinar no es un buen hábito y que tener este hábito te está costando dinero y tiempo. Sin embargo, como tu cerebro es tan eficiente, este se encuentra diciendo básicamente “Oye, lo que tenemos está bien… ¿Para qué quieres cambiar?”.

Así que tienes el estímulo o entrada (piensas sobre hacer esa cosa que te hará ganar más dinero), y luego haces… otra cosa. Ver videos de gatitos en YouTube, revisar Instagram, ver Netflix, ir a la cocina por un snack, revisar Instagram de nuevo… distracciones con posibilidades infinitas.

Luego: la recompensa
El tercer elemento del ciclo del hábito se llama recompensa. Los investigadores del MIT descubrieron que después de hacer tu rutina el cerebro libera “hormonas felices”, incluyendo las endorfinas. Las endocrinas interactúan con los receptores de tu cerebro que reducen tu percepción del dolor. Las endorfinas también tienen un efecto positivo en la percepción del cuerpo, similar a la de la morfina. Es como si tu cerebro dijera, “Ah gracias, necesitaba eso.”

Piensa en eso un momento. Cuando estás haciendo algo que disfrutas, algo que acostumbras hacer (un hábito) tu cerebro se siente mejor. ¡Y ese es justamente el problema! Porque con el tiempo, si sigues haciendo este hábito, tenderás a seguirlo haciendo de manera inconsciente, aunque conscientemente sepas que este hábito no te va a llevar a donde quieres ir.

Pero, ¿qué crees? ¡A tu cerebro no le importa! Porque tu cerebro ya está produciendo su recompensa (es decir, sus endorfinas) por hacer lo que lo hace sentir bien y tu cerebro no quiere empezar a hacer cosas que tal vez lo hagan sentir incómodo (y por lo tanto, le causen dolor).

La cosa es que cuando intentas cambiar tus hábitos usando el viejo método de “la fuerza de voluntad”, lo que realmente estás intentando hacer es pelear contra tu propio cerebro. ¿Ves por qué esto casi nunca funciona?

La razón por la que la fuerza de voluntad no es suficiente
Los maestros del éxito tradicional se enfocan casi siempre en la forma de llegar al éxito, esto es, la forma en la que debes cambiar tu comportamiento para obtener resultados diferentes. Algo que suena perfectamente lógico, ¿cierto?

Sin embargo, en mi experiencia de más de 20 años como coach de cientos de emprendedores igualitos a ti en todo el mundo, me ha mostrado que cuando la gente intenta utilizar esos programas tradicionales sobre cómo cambiar sus hábitos parece que estuvieran intentando clavar un clavo en una pared… con una motosierra.

No hay nada malo con la motosierra… si lo que quieres es derribar un árbol. Sin embargo, si lo que quieres es clavar un clavo en una pared, estás usando la herramienta equivocada para lograrlo.

El punto es que, aunque no hay nada realmente “malo” con intentar usar tu fuerza de voluntad para cambiar tus hábitos, hay estudios científicos que han demostrado que la fuerza de voluntad es un recurso limitado, uno que, irónicamente, se usa bastante para intentar cambiar de hábitos.

La razón por la que estás más cerca de lo que imaginas
La buena noticia es que estás más cerca de lo que crees de poder cambiar el hábito de procastinar sin usar tu fuerza de voluntad.

¿Cómo lo sé? Porque creo que ya debes haber invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo en todos esos programas tradicionales para intentar cambiar tus hábitos.

A partir de ahora, deja de usar tu fuerza de voluntad para cambiar tus hábitos y mejor usa mi método “R.I.S.E.S” (por sus siglas en inglés):

1. Reconoce tu estímulo. ¿Qué estímulo da pie a este hábito? Durante los próximos 7 días identifica exactamente qué pasa en tu vida que te hace procastinar. Por ejemplo, ¿procastinas porque tienes miedo? ¿Navegas en internet porque te sientes solo?

2. Aísla tu rutina. ¿Qué haces exactamente después de que aparece tu estímulo? Por ejemplo, cuando sentimos miedo, tendemos a alejarnos de lo que nos está causando esa emoción. Así que si tienes miedo de llamarle a ese prospecto, la forma más fácil de evitarlo es navegar en Internet para no tener que enfrentarte a ese miedo.

3. Identifica tu recompensa. Por ejemplo, procastinar puede hacerte sentir seguro porque no tienes que enfrentar tu miedo o lo que pudiera pasar si realmente hicieras eso que estás pensando hacer. ¿Qué recompensa obtienes de hacer este hábito?

4. Expón tu creencia. Cada hábito produce una creencia que se correlaciona, por ejemplo, un procrastinador crónico puede pensar “trabajo mejor bajo presión”. ¿Qué creencias estás teniendo que te impiden dejar ir este hábito?

5. Sustituye por una mejor rutina. En lugar de navegar sin rumbo en Internet, ¿Qué pasaría si le marcaras a ese prospecto o terminaras ese reporte? ¿Qué pasaría si realmente hicieras eso que te da miedo hacer?

Por supuesto que cuando hagas esto tendrás que enfrentar tus miedos y retar tus creencias, y eso es algo sumamente incómodo, algo que la mayoría de las personas no quiere hacer.

Sin embargo, si quieres cosechar los beneficios de romper el hábito de procastinar, puede que te des cuenta de que (en palabras del filósofo y autor George Addair) “todo lo que siempre has querido está del otro lado del miedo.”

Tomado de: https://es.weforum.org

BENEFICIOS DE ADOPTAR UN SISTEMA DE COMPLIANCE


El pasado año 2010 se aprobó en España la nueva ley, con la que surgía la responsabilidad penal de la persona jurídica, lo que ha supuesto un acercamiento del sistema de Compliance a todas las organizaciones para paliar el efecto intimidante que produce la mera posibilidad de una condena penal para cualquier empresa.

El sistema de Compliance o cumplimiento normativo hace referencia a una doble aportación de valor a la empresa: por un lado es garantía de respeto a la legalidad y de confianza, y, por otro, como mecanismo de atenuación de la responsabilidad penal de la persona jurídica, en caso de que se cometan determinados delitos por miembros de la organización.

Los beneficios del sistema de Compliance son muchos y muy diversos, en especial para las organizaciones o empresas que decidan implementar un sistema de gestión de cumplimiento normativo, sea o no con el objetivo de evitar y prevenir los riesgos penales. Este hecho es constatable puesto que el sistema de Compliance en sí mismo comprende el análisis detallado y pormenorizado de diferentes bloques normativos entre los que cabe destacar mercados y competencia, sectores regulados, fiscalidad y seguridad social, seguridad e igualdad en el trabajo, consumidores, sociedad de la información y comunicación, blanqueo de capitales, soborno y corrupción. Actualmente, un sistema de gestión Compliance que no contemple el análisis de las diferentes tipologías delictivas que pueden afectar a la organización está incompleto.

Por todo esto, las organizaciones españolas que, en 2010, cuando entró en vigor la responsabilidad penal de la persona jurídica, ya contaban con un sistema de gestión de Compliance han incluido la gestión de riesgos penales en sus procesos. Por otro lado, aquellas que no disponían en ese momento de algún sistema y que, movidas por el incentivo del Código Penal, han decidido implementar un Sistema de Gestión de Compliance Penal (como aparece recogido en la normativa española UNE-19601). Los diferentes tipos penales que pueden afectar a la empresa son de los más variado y necesariamente requieren el análisis de los riesgos comprendidos en los bloques normativos antes mencionados. Por todo esto, es más común en la actualidad hablar de la transversalidad del Compliance Penal.

Detallamos a continuación los principales beneficios de contar con un sistema de gestión de Compliance:

Evita condenas penales a la persona jurídica, administradores y personal de la organización.

La implementación de un sistema de gestión de Compliance Penal ayuda a las organizaciones a mantener un comportamiento de respeto a la legalidad y previene la comisión de delitos, por tanto, la condena a una sanción penal.

La diferencia entre un sistema de gestión de Compliance por bloques o centrado en los aspectos legales que hemos mencionado anteriormente es que limita la cobertura fiscal de la organización. Sin embargo, con el sistema de gestión de Compliance Penal se analizan todos los riegos penales o posibles delitos que puedan generar responsabilidad a las organizaciones. Además, se otorga a la organización la posibilidad real de quedar exenta de responsabilidades si el riesgo se materializa, o, como mínimo, que se atenúe.

El sistema de Compliance o cumplimiento normativo hace referencia a una doble aportación de valor a la empresa

Las sanciones penales previstas para las personas jurídicas, que en España tienen todas las consideraciones de graves según el artículo 33.7 del Código Penal, van desde la multa hasta su disolución, pasando por la suspensión de actividades, la clausura de locales, la prohibición temporal o definitiva de realizar ciertas actividades, la inhabilitación para obtener ayudas públicas o contratar con el sector público temporalmente, y hasta la intervención judicial.
Evita otras sanciones judiciales y administrativas.

El Código Penal no es la única normativa que las organizaciones deben respetar, hay todo un universo de obligaciones legales que afecta a las organizaciones tan amplio que el establecimiento de un sistema de gestión de Compliance es casi obligatorio. Citamos por ejemplo diversos organismos en España que plantean normas y leyes de obligado cumplimiento como la Agencia Tributaria, AEPD, SEPBLAC…

Asimismo, no sólo entra en juego la responsabilidad penal de las organizaciones, sino que también hay que tener en cuenta la propia autorregulación de la misma que viene generalmente recogida en Códigos de Conducta y Políticas entre otros compromisos voluntariamente asumidos.

Contribuye al correcto funcionamiento de los mercados.

Los sistemas de gestión basados en el cumplimiento normativo favorecen un buen funcionamiento del mercado, evitando las distorsiones de la competencia desleal que normalmente conlleva actos de corrupción cometidos por organizaciones o, más bien sus dirigentes, poco escrupulosos.

De este modo, la aceptación de los principios del Buen Gobierno Corporativo, relacionados desde siempre con el establecimiento de sistemas de gestión Compliance, suponen la adopción de compromisos con las buenas prácticas empresariales, que marca sobretodo la consecución de los objetivos económicos de forma ética. Y ello contribuye, desde luego, a la igualdad de oportunidades y a generar confianza, factores clave para la rentabilidad de la organización.

Genera mayor reputación y competitividad.

La aceptación de sistemas de gestión Compliance supone una carta de presentación insuperable para las organizaciones, ya que debido a su establecimiento lanzan un mensaje claro acerca de la forma de trabajar y hacer negocios que mantiene la empresa. La transparencia, la honestidad y el compromiso con el cumplimiento normativo contribuyen con la mejora de la reputación de las organizaciones.

Cualquier cliente, proveedor o potencial socio va a preferir contratar los servicios, adquirir los productos o forjar alianzas con aquellas organizaciones que cuenten con claros compromisos éticos de respeto a la legalidad y transparencia.

Evita el fraude interno.

El establecimiento de políticas, procedimientos y procesos, con sus los protocolos necesarios para llevarlos a cabo de forma exitosa, supone un mayor control y claridad sobre el trabajo realizado dentro de la propia organización. Adquiriendo un sistema de gestión Compliance se evita el fraude interno, las desviaciones indeseadas de materia prima, de ventas a clientes de dudosa reputación y, en definitiva, de aquellos gastos que finalmente no tienen justificación lógica.


Tomado de: https://www.isotools.org/