La Alta Dirección debe demostrar el liderazgo y compromiso en ISO 31000:2018, promoviendo el uso del enfoque de proceso y de la mentalidad de riesgo.Así reza el artículo 5.2 de la nueva norma ISO. Pero ¿Qué significa en la práctica y cómo lograrlo?
Es claro que los órganos superiores de gestión y supervisión en la organización deben garantizar que la gestión de riesgos se integre en todas las actividades de la organización, como una forma de demostrar el liderazgo y compromiso en ISO 31000:2018.
Cómo puede la Alta Dirección demostrar el liderazgo y compromiso en ISO 31000:2018
Al igual que ha sucedido con otras normas ISO de reciente publicación, el liderazgo de la Alta Dirección se ha posicionado como elemento esencial para la conducción de las actividades que definen la implementación de ISO 31000:2018.
La norma ha reforzado la idea de que la gestión de riesgos es algo que debe ser intrínseco a la organización por medio del liderazgo y compromiso de la Alta Dirección, como una forma de formar una cultura y una integración con los procesos en los que se invite a la participación de todos los empleados.
La organización, y, en especial la Alta Dirección puede demostrar el liderazgo y compromiso en ISO 31000:2018 a través de las siguientes acciones:
- Implementar y personalizar todos los componentes del marco del sistema.
- Generar un documento que establezca la política en la que se refleje el enfoque sobre la gestión de riesgos, así como un plan y una línea de acción sobre el tema.
- Asignar y garantizar los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para que se implementen los procesos de gestión de riesgos.
- Delegar las responsabilidades asignando niveles de autoridad que garanticen la supervisión y la rendición de cuentas dentro de la organización.
Los beneficios que obtiene la organización al demostrar el liderazgo y compromiso en ISO 31000:2018
Estas acciones, por sí solas, permiten demostrar el liderazgo y compromiso en ISO 31000:2018 de la Alta Dirección. Pero más allá de cumplir con el requisito de la norma, esto permite que la organización alinee la gestión de riesgos con sus objetivos, sus estrategias y su cultura.
Igualmente, la organización reconoce y aborda sus obligaciones y sus compromisos, y establece la cantidad y el tipo de riesgo que puede tolerar, asegurando que esto sea comunicado a todos los empleados y a las partes interesadas.
Finalmente, la organización promueve así el control sistemático de los riesgos y garantiza que el marco de gestión de riesgos es el adecuado de acuerdo con el contexto de la organización.
La Alta Dirección es responsable de administrar el riesgo, en tanto que los órganos de supervisión se encargan de garantizar que los riesgos se toman en cuenta en forma adecuada a la hora de establecer los objetivos de la organización.
Por supuesto, en el cumplimiento de estos objetivos, la formación y la capacitación desempeñan un papel fundamental. ¿Cómo incorporar estos elementos?
Tomado de: https://www.escuelaeuropeaexcelencia.com
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