viernes, 15 de enero de 2021

GESTIÓN DEL RIESGO: ¿CÓMO COMUNICARNOS EN TIEMPOS DE CRISIS COVID-19?

La gestión del riesgo forma parte del día a día desde que la pandemia global provocada por el COVID-19 sumergió a las empresas en un mar de incertidumbre.

Aunque en artículos anteriores ya hemos comentado tanto sobre la continuidad del negocio, el entorno VUCA o los riesgos en cuanto a la seguridad de la información, justo ahora mismo hay un elemento que, seguramente, va a ser diferenciador en las empresas que hagan acopio de la gestión de riesgos. 

En este caso, nos estamos refiriendo a la comunicación.

Sí, es cierto, garantizar la continuidad del negocio, saber replanificar nuestra estrategia en un contexto cambiante, conocer nuestra empresa y sus recursos y saber actuar frente al cambio es fundamental, pero estarán de acuerdo, que en el hecho de que, si no hay comunicación ante la gestión del riesgo, de nada sirve todo lo anterior.

Es por ello que en el artículo de hoy hablaremos sobre cómo nos comunicamos y cómo podemos comunicarnos en estos tiempos de crisis frente a la gestión del riesgo, especialmente, tomando de referencia la norma ISO por excelencia en estos casos, la ISO 31000 de Gestión de Riesgos Corporativos.

Comunicación y gestión del riesgo actual

Aquí podemos diferenciar entre tres perspectivas diferentes que se abordan de distintas maneras.

En primer lugar, desde el punto de vista de la salud pública, las autoridades sanitarias, por ejemplo en países Europeos como España, están realizando un verdadero esfuerzo de comunicación.

Su estrategia se basa en difundir la información más importante considerando cada grupo de interesados, de manera que el público sea capaz de reconocer y entender los mensajes, evitando el pánico y favoreciendo el lineamiento respecto a acciones específicas para mejorar la situación frente a la gestión del riesgo.

Sólo de esta manera, todos somos conscientes de la importancia que tiene lavarse las manos con jabón frecuentemente, el uso de mascarillas para evitar dispersar micro-gotas con el estornudo que pueden contagiar a otras personas, el reporte de síntomas iniciales, etc.

En segundo lugar, la perspectiva de los propios actores del sistema de salud. En este caso, se torna fundamental abordar cuestiones como el uso de EPP o EPI´s (Equipos de Protección Individual) o la higiene hospitalaria, entre otros.

En último lugar, y no menos importante, el enfoque desde la propia empresa u organización, es decir, de la seguridad y salud en el trabajo, especialmente, para los empleados y también, sobre los riesgos que sobre los procesos se puedan identificar en esta circunstancia extraordinaria.

Comunicación y gestión del riesgo con la ISO 31000

Esta norma voluntaria sobre la gestión de riesgos corporativos es de gran ayuda en las organizaciones en la actualidad, y en este apartado os lo vamos a explicar.

Ya una su cláusula 6.2 habla de cómo la comunicación en la gestión del riesgo es la mejor forma de que las diferentes partes interesadas entiendan los riesgos, el fundamento de las decisiones que se han tomado, y el motivo de las acciones que vayan a llevarse a cabo y que son necesarias.

Por lo tanto, no identifica la comunicación del riesgo como una obligación, sino como una información relevante que ayudará a mejorar nuestro comportamiento y modificar nuestras acciones, optimizando además, las decisiones que vayan a tomarse.

Es por ello, que en esta época de incertidumbre generada por el COVID-19, la ISO 31000 es una herramienta que pasa de interesante a necesaria.

Hay algunas cuestiones que nos ayudarán en este proceso de comunicación y gestión del riesgo, como por ejemplo las siguientes:
  • ¿Cuál será el impacto que tendrá el confinamiento frente a la imposibilidad de acceder al centro de trabajo?
  • Se confirma un caso de coronavirus entre los empleados, y ha estado trabajando en el centro las últimas dos semanas anteriores al confinamiento, ¿qué hacemos?
  • ¿Cómo se verá afectada nuestra cadena de suministro debido al bloqueo del resto de países?
  • La variación del precio del dólar, ¿qué impacto tendrá sobre nuestras finanzas?
  • ¿Tenemos un Plan de Contingencia?
  • ¿Tenemos recursos para afrontar el teletrabajo?
Si nos planteamos estas cuestiones y tomamos medidas mediante la correcta comunicación y gestión del riesgo, estamos un paso más cerca de garantizar la supervivencia de nuestra organización.

Cómo abordar la comunicación y gestión del riesgo

En este caso, seguir los principios que establece la norma ISO 31000 ayuda y mucho, sobre todo, porque nos da la mejor información posible y ofrece dinamismo en la forma de respuesta.

Es decir, incorporar las buenas prácticas y principios de la ISO 31000 nos permitirá reaccionar con mayor rapidez y fluidez frente a cualquier elemento disruptivo que amenace la continuidad de nuestro negocio.

Por ello, la comunicación es fundamental, ya que ayuda a entendernos y alinearnos todos dentro del mismo contexto, obteniendo feedback y verificando si la planificación surge efecto o deben ser modificadas determinadas acciones.

En conclusión, una correcta comunicación permitirá abordar mejor los riesgos, ya que hará conscientes a todos y sobre todo a los que toman las decisiones, de que no se trata sólo de un tema de salud pública, sino de la supervivencia o no de la organización.

Tomado de: https://www.isotools.org/

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