Es interesante proponer una reflexión sobre la forma en que las entidades se relacionan con la ciudadanía, las ciudades crecen, las culturas se mezclan en un collage de hábitos, lenguajes y visiones diferentes de la realidad, y las instituciones públicas se esfuerzan por suplir las necesidades de los ciudadanos, adoptando estrategias para el goce de derechos y el cumplimiento de deberes.
Por: Jaime Torres-Melo *
En los últimos años, ha sido evidente que la información institucional publicada no es tan comprensible para los ciudadanos. La investigadora Sandra Fisher-Martins llama la necesidad de cerrar esta brecha informativa “el derecho de entender.” Las entidades públicas utilizan un lenguaje técnico, administrativo y legalista. Esto genera una brecha, inicialmente comunicacional, entre el Estado y los ciudadanos, que compromete la confianza y el ejercicio de derechos, como el de acceso a la información.
En este contexto, la Veeduría Distrital de Bogotá desarrolló la estrategia Comunicación para la gente inspirada en el trabajo realizado por el Departamento Nacional de Planeación de Colombia DNP, que en el 2015 elaboró la Guía de lenguaje claro para servidores públicos de Colombia. La estrategia se constituye en una iniciativa dirigida a las entidades distritales, que inicialmente centró sus esfuerzos en la traducción de documentos técnicos a un lenguaje accesible y sencillo y que posteriormente se enfocó en generar competencias en las entidades para que puedan elaborar y transformar sus documentos de forma autónoma, teniendo siempre presente el lenguaje claro.
A continuación, algunos puntos claves que permiten generar contenidos en lenguaje sencillo y accesible para la ciudadanía:
1. Identificar los problemas más recurrentes en la comunicación con los ciudadanos
Asegurarse de conocer cuáles son los problemas en la comunicación escrita con los ciudadanos. Para esto, se puede llevar a cabo un grupo focal con ciudadanos para identificar los documentos o formatos que más les cuesta entender; así como revisar las solicitudes de aclaración realizadas por la ciudadanía en los diferentes canales de atención de las entidades.
2. Fortalecer las competencias comunicacionales de los servidores
Al mejorar las competencias comunicacionales, se podrán mejorar los documentos o formatos que han identificado como aquellos que los ciudadanos no comprenden, no utilizan o que hacen uso equivocado. Estas piezas se convierten en el elemento de trabajo de los talleres de simplicidad, que son un ejercicio de análisis participativo en el que se revisan aspectos de forma y fondo de los documentos y se aprende haciendo.
Algunos elementos para considerar en este punto son: densidad del texto, es decir, considerar los espacios en blanco, párrafos extensos, distribución del texto y el orden en las ideas; inclusión de herramientas visuales como imágenes, gráficos, viñetas; coherencia entre el formato de títulos, subtítulos, viñetas, enumeración; traducción de siglas y abreviaciones; entre otros.
3. Asegurar que la comunicación sea para la gente
Una vez se elabore el documento, es necesario verificar que sea comprensible para las personas a quienes está dirigido. Solo así puede producirse masivamente.
En Bogotá, Colombia, se aplicó esta metodología durante el 2017 en 16 talleres con 12 entidades públicas del Distrito Capital. Gracias a ello, se han fortalecido las competencias comunicacionales de 232 servidores y contratistas, y se han traducido a lenguaje ciudadano 37 documentos y formatos.
Las competencias impartidas se deben evidenciar en la estructura de futuros documentos y formatos, reflejando una intención clara en el sentido, los contextos y fines de la comunicación, lo que redundará en la construcción de confianza en lo público, la transparencia de los trámites y servicios, y la optimización de los recursos.
Por Jaime Torres-Melo, Veedor Distrital de Bogotá
Tomado de: https://blogs.iadb.org/
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