En América Latina este es un tema que hasta ahora se está implementando.
Por: Andrés Julián Gómez Montes
Al momento de escribir este artículo, Apple estaba en pleno lanzamiento de su nuevo producto estrella, el iPhone X. En Colombia, ¿ya pre ordenó el suyo? ¿Qué está esperando para hacerlo? Ahora, yo no trabajo para Apple ni para ninguno de sus distribuidores, y no gano nada con esta pauta, es otro mi mensaje.
Como muchas personas, y me incluyo en esta lista, cada año, dos o máximo tres, cambiamos nuestro celular, antes de los básicos y ahora de los inteligentes. En mi caso es una gran herramienta de trabajo, mi asistente personal y con el tiempo se vuelve lento, feo, rayado y por un tema de status e imagen, no es malo tener un celular reciente e incluso de gama alta o media (y no solo es con Apple, aquí entran otras marcas como Samsung, LG, Lenovo y muchas más).
Cada vez que cambiamos celular, quien lo vende nos entrega una caja con el equipo, adaptador de corriente, cable de carga y para conectar al computador, quizás unos audífonos, manuales y otros elementos de la caja. Y como consumidores no nos damos cuenta del daño que hace esto al medio ambiente, pues mucho de esto se podría obviar.
Por ejemplo, quizás no es necesario que nos incluyan cargador ni cable, de hecho, lo sensato es que reutilicemos estas piezas e incluso, que los gobiernos impongan altos impuestos por la venta de estos accesorios. En mi caso, creo que puedo tener más de 15 adaptadores, todos más o menos compatibles, cuando en exceso, realmente estoy usando cinco. ¿Y el resto? Algún día acabarán en la basura.
Las “economías circulares” buscan cambiar esto, que inicia por un tema de conciencia ecológica, pero que aborda muchos otros conceptos. Por ejemplo, incluye la sostenibilidad empresarial, pero de una forma muy diferente a cómo actualmente lo abordan la mayoría de empresas (hay gran desconocimiento sobre este tema y lo que usualmente entendemos con esto, es erróneo). Por ejemplo, Apple, Samsung y similares podrían comercializar un muy buen celular, diseñado para durar años o décadas, dónde se adquieren con el tiempo nuevas piezas para irlo actualizando. Este modelo de negocio lo implementa actualmente una empresa holandesa llamada Fairphone y a Apple y a Samsung seguramente no les interesa esto, pues su negocio se basa en la obsolescencia de corto plazo.
Este caso de los celulares es solo uno de miles de ejemplos, donde el consumismo se ha priorizado frente a otros temas vitales para el planeta y la humanidad. Como parte de las economías circulares, se plantean esquemas para alargar la vida útil de los productos, así como de los materiales y evitar en lo posible, que materiales contaminantes y de difícil degradación, acaben llenando los basureros y océanos del mundo. Por ejemplo, también se buscan otros materiales que sean ecológicamente sostenibles y responsables.
Este cambio de visión no es fácil para la mayoría de empresas, sin embargo, es una visión que hace varios años se está imponiendo con gran fuerza en Estados Unidos, Europa y otras regiones, por los amplios beneficios, incluyendo el económico, que trae consigo. En América Latina este es un tema muy nuevo y que hasta ahora las empresas, gobiernos y otros actores empiezan a conocer.
Precisamente para darle un impulso a esta incitativa, en Medellín el 29 y 30 de noviembre, se realizará el primer evento latinoamericano de esta temática. A Colombia vendrán los principales actores, no solo de la región, sino de todo el mundo. Este espacio, llamado Cefa 2017, Foro de Economía Circular de las Américas, es un excelente espacio tanto para que las empresas, consultores, asesores, gobierno, organizaciones sin ánimo de lucro, academia y estudiantes, aprendan de este tema y lo lleven a la práctica.
Es una excelente noticia que se haya seleccionado a Colombia como la primera sede de este evento regional, que el próximo año partirá para Chile.
Quienes vendrán a compartir su conocimiento son personas de muy alto nivel y es una gran oportunidad para aplicar las economías circulares, no solo por los beneficios a nuestras empresas, sino en lograr una real armonía entre lo que realizamos productivamente, junto con el planeta y la sociedad.
Tomado de: https://www.larepublica.co/
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