De las brechas existentes en la región latinoamericana con respecto al emprendimiento innovador, mejoramos en unas y retrocedemos en otras. ¿Cómo promover el avance de los ecosistemas de emprendimiento de manera más sostenida?
POR HUGO KANTIS*
En 2014, en el Prodem empezamos a producir un índice que mide las condiciones para el surgimiento de emprendimientos dinámicos e innovadores. El último reporte de este Índice aporta importantes datos acerca de la evolución de los contextos emprendedores a nivel nacional y una comparación con respecto a cinco años atrás. Al ver sus resultados, una primera mirada hace notar que, en la mayoría de los países de América Latina, el indicador general que mide estas condiciones es el mismo que hace cinco años. ¿Es que la región no ha experimentado avances?
Con casi dos décadas de investigaciones junto a organismos internacionales como el BID, fuimos testigos y protagonistas de varios cambios positivos en los ecosistemas de emprendimiento en la región, por lo que no pudimos dejar de sorprendernos y preguntarnos cómo era posible que el Índice se mantuviera igual para estos países. ¿Se trataba de un error en la medición?
Era necesario profundizar en el análisis para darnos cuenta que los índices finales eran muy similares, pero que lo que ocurría es que cada país había avanzado en algunas de las 10 dimensiones del Índice y retrocedido en otras. Entonces, en el balance, el indicador no había cambiado.
¿Qué lectura debemos dar a estos resultados? Posiblemente haya muchas y varíen de país en país. Sin embargo, hay una que es común a todos ellos: el carácter sistémico del emprendimiento hace necesario que exista un desarrollo equilibrado de las distintas dimensiones. No significa creer que todo puede ocurrir simultáneamente, pero una estrategia de largo plazo debe tenerlo muy presente.
Avance de los ecosistemas de emprendimiento
Cuando uno mira la gráfica de los componentes del Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (ICSEd) y compara a los países más avanzados (línea azul) con los latinoamericanos (líneas verde y naranja), la primera cuestión que surge a nivel intuitivo es que los países avanzados dibujan una suerte de rueda. Y, como dice el dicho, una imagen vale más que mil palabras: “la rueda, rueda”. Por otro lado, la figura que representa a los países de América Latina es muy irregular; dista de ser una rueda. Por ello, el emprendimiento avanza con mayor lentitud y dificultad.
Fuente: ICSEd 2017
Conclusión: no alcanza con hablar de ecosistemas. También hay que actuar de manera sistémica a la hora de promover el emprendimiento y buscar estrategias de desarrollo equilibrado para todas las dimensiones en el largo plazo (Lea más sobre los ejes y dimensiones).
Si avanzamos en la dimensión de educación emprendedora o en la de financiamiento, pero retrocedemos en la de capital social que ayuda a tejer redes de contacto, debemos trabajar por un mayor balance. Lo mismo ocurre si hay progresos en cultura pero no hay resultados en políticas. Leyendo el último reporte del Índice, uno puede analizar la situación de cada país.
Nuevas fuentes de dinamismo emprendedor
La buena noticia en América Latina es que existen nuevos factores dinamizadores de los ecosistemas de emprendimiento innovador que no estaban presentes cinco años atrás. Desde 2015, como parte de la investigación del Índice, 15 países de la región han reportado el lanzamiento de 131 iniciativas dinamizadoras. Identificamos cuatro de las tendencias más importantes.
1. Grandes empresas apuestan a los emprendedores
Quizá el factor dinamizador más llamativo sea la irrupción de las grandes empresas que apuestan por el emprendimiento como vía de innovación abierta y alimentación de sus modelos de negocios. Numerosas empresas que son la punta de un iceberg que promete crecer. ¿Cómo se posicionan los gobiernos y los distintos actores del ecosistema frente a estas iniciativas? ¿Qué condiciones deben darse para que estas grandes corporaciones contribuyan verdaderamente al desarrollo del ecosistema y al surgimiento de nuevos emprendimientos?
2. Emprendedores jóvenes en nuevos roles
Otro factor importante tiene que ver con el reciclaje de emprendedores, quienes, en una nueva etapa de canalización de sus energías, fundan aceleradoras, espacios de coworking, redes de ángeles inversionistas, asociaciones de emprendedores, entre otras iniciativas. Junto con las grandes empresas, y a otras organizaciones que se regionalizan, forman parte de una dinámica privada emergente en ecosistemas que están fuertemente desbalanceados hacia el protagonismo del gobierno e instituciones de soporte. Habrá que profundizar en su seguimiento.
3. Organizaciones de soporte se expanden en la región
Las organizaciones de apoyo a los emprendedores, salvo excepciones como por ejemplo Endeavor o Wayra, tienen como marco de operaciones el ámbito nacional o incluso subnacional. Esto surge de su misión o inclusive de estar financiadas por gobiernos que buscan promover el emprendimiento a nivel nacional. En los últimos años, sin embargo, cada vez son más las que se proyectan hacia otros países o incluso a nivel latinoamericano, ya sea por la propia definición de su misión, como es el caso de Prodem, o bien como parte de su estrategia de desarrollo, como Nxtp.Labs de Argentina o Carao Ventures de Costa Rica. Y esto no sólo ocurre en el campo de los fondos de capital emprendedor, en donde las escalas de mercado cuentan, por ejemplo Kaszek Ventures. Muchas veces son los mismos gobiernos los que invitan u ofrecen incentivos para que organizaciones líderes de otros países participen de su ecosistema.
4. Gobiernos fomentan el emprendimiento de manera más sofisticada
Luego de una etapa caracterizada por la ampliación del número de gobiernos que adoptan iniciativas de fomento del emprendimiento dinámico e innovador, se asiste actualmente a una fase en la cual los gobiernos buscan perfeccionar y diversificar sus programas e instrumentos. Tal el caso pionero de Corfo en Chile, con la fuerte ampliación de iniciativas de redes de mentores, hubs y cowork, capital semilla para regiones; el caso del Programa Innóvate en Perú con los proyectos de desarrollo de ecosistemas en regiones y las redes de ángeles; o el de Sepyme en Argentina que viene impulsando una ley de emprendedores, clubes de emprendedores, ciudades para emprender, fondo de fondos y programas de empresarios senior.
Los índices constituyen aproximaciones a la realidad, pero hacen posible discusiones productivas entre distintos actores y permiten explorar rumbos de acción para mejorar la situación actual.
Si bien en los últimos cinco años los países latinoamericanos no han registrado avances significativos en los valores del Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico, debido a la existencia de efectos compensatorios entre unas dimensiones que progresan y otras que retroceden, vimos que hay noticias de factores dinamizadores que pueden impactar positivamente en la evolución futura de los ecosistemas de emprendimiento. Pero para cerrar las brechas, el desafío es lograr un desarrollo sistémico equilibrado en el largo plazo.
*Hugo Kantis (Phd) es Director del Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem) y de la Maestría en Economía y Desarrollo Industrial de la Universidad Nacional de General Sarmiento (Argentina). Académico y experto en emprendimiento e innovación, diseño y evaluación de programas de fomento. Miembro del Comité Editorial de revistas indexadas como Venture Capital (Reino Unido) y referee de Small Business Economics. Autor de numerosos libros y artículos sobre la temática.
Tomado de: https://blogs.iadb.org
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