La Dirección por objetivos es un estilo de dirección eficaz y motivador, ya que el directivo distribuye entre sus colaboradores no las tareas, sino los objetivos que hay que cumplir, dejando en sus manos la iniciativa en cuanto a los medios.
Por tanto, dirigir por objetivos significa delegar decisiones y también señalar previamente los criterios según los cuales se van a juzgar los resultados.
Este nuevo enfoque de la función directiva centra su preocupación en el para qué del centro educativo, en la capacidad de integrar sus objetivos con un alto nivel de compromiso y aceptación por parte de los componentes de la comunidad educativa, manteniendo en función de esos objetivos la identidad del centro y propiciando la renovación continua del mismo en una constante adaptación de la institución al medio social en que vive. Para ello, obviamente, los objetivos del centro deben estar claramente definidos.
Tres aspectos, estrechamente relacionados, destacan en la dirección por objetivos: planificación participada, coparticipación y corresponsabilidad.
El personal del centro debe participar en la elaboración y planificación de los objetivos institucionales, así como llevar a cabo una participación conjuntamente con sus compañeros, teniendo en cuenta que para que otros puedan realizar las tareas que tienen encomendadas, primero otros deben realizar las suyas. Se crea una motivación a través del compañerismo.
Las funciones del director en este contexto son:
- Concepción del centro global, considerado como un todo
- Actitud motivadora, creativa y potenciadora de compromisos individuales
- Determinación concreta, específica y compartida de los objetivos individuales
- Planificación participativa de actividades
- Asignación concreta de responsabilidades de cada uno en los resultados
- Coordinación de las aportaciones de los sectores de la comunidad escolar
- Renovación constante de las metas de la organización en base a los resultados
- Mantener una estructura relacional
- Dirección centrada en tareas de impulso, motivación, apoyo y comprensión
- Aceptación de responsabilidades compartidas por todos
- Alto grado de comprensión y aceptación de los objetivos
Los objetivos institucionales deben fijarse en las siguientes áreas:
- Productividad de la organización: dónde se tiene en cuenta la evolución de los alumnos
- Integración en la organización: desarrollo personal y profesional de los docentes, su participación en la toma de decisiones e innovación y cambio
- Salud de la organización: buen funcionamiento de los recursos humanos y materiales con el entorno
- Realimentación de la organización: teniendo en cuenta los resultados de objetivos de análisis de la situación y del proceso de rectificación.
En todo centro educativo que quiera seguir la metodología de la dirección por objetivos, se deben definir los mismos y realizar una planificación de cómo se llevará a cabo la consecución de dichos objetivos, siempre contando con la colaboración de toda la comunidad educativa (personal del centro en primer lugar, padres y alumnos en segundo).
Es muy importante que el personal del centro se sienta integrado en la consecución de los objetivos y actúe de forma conjunta con el resto de personas. Para ello, el director debe desempeñar su papel de coordinador de todo el proceso, ayudando y motivando en todo momento a sus colaboradores.
Para hacer más llevadera esta función, cuenta con una solución Balanced Scorecard o CMI, que permite al centro definir sus objetivos estratégicos, además de iniciativas, etapas y tareas derivadas de éstos. Y unos indicadores y metas, que permiten ver la evolución y consecución de los objetivos.
Tomado de: https://www.isotools.org
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